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José Gutiérrez Agüera

Biografía

Gutiérrez Agüera, José. Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), m. s. XIX – ?, f. s. XIX-p. s. XX. Jurisconsulto y diputado a Cortes

El cursus honorum de este diputado a Cortes hay que rastrearlo, como tantos otros, en la administración y en las aulas de la Facultad de Derecho de la Universidad Hispalense. En los comicios de 1879, como representante del partido Conservador, ocupó escaño por Jerez de la Frontera (Cádiz). Tras las elecciones generales de 1881 fue reelegido por este distrito gaditano.

Después de la muerte de Alfonso XII, acaecida el 25 de noviembre de 1885, tendrá lugar una honda crisis política. Hasta ese momento, la Restauración canovista había logrado superar la guerra civil con una fórmula de convivencia, y los obstáculos tradicionales con un supremo arbitraje en el disfrute del poder por los partidos dinásticos. Se había diseñado una fórmula capaz de dar cabida a los partidos de izquierda y de derecha, bajo la lealtad a la monarquía, basándose en la legalidad constitucional, de buscar un equilibrio entre las distintas fuerzas políticas separadas por el 68. Precisamente, ese aperturismo fue lo que hizo comprender a Cánovas que en esos momentos era preciso un cambio en el gobierno: el político malagueño decidió ceder el poder al líder de la oposición.

El primer gobierno de la Regencia, que perduraría hasta el 7 de octubre de 1886, era un gabinete “de altura” o lo que los historiadores llaman Pacto de El Pardo. Las elecciones a Diputados se verificaron el 4 de abril. De ellas salió electo Gutiérrez Agüera por el distrito de Huelva. Años más tarde, en 1888 fue nombrado representante de España en Bruselas, renunciando al cargo de diputado. En elección parcial eligieron a Santaana y Rodríguez.

Las elecciones del 27 de marzo de 1898 fueron las segundas convocadas durante lo que algunos historiadores han llamado II Guerra de la Independencia (1895-1898). Se desarrollaron en un contexto político en el que la frustración colonial incidió y magnificó una crisis interna latente cuyas raíces son anteriores y de naturaleza diversa. España, por su posición histórica —como potencia colonial—, y estratégica —en el control del estrecho— se vio involucrada en las tres grandes áreas geográficas conflictivas del momento: Caribe (Cuba), Mar de China (Filipinas) y Mar de Alborán (Marruecos).

Pese a los esfuerzos de Cánovas por conceder a Cuba personalidad administrativa en marzo de 1897, las relaciones con Estados Unidos no mejoraron. Su política perdía apoyo, incluso dentro de España. La situación se agravó para los conservadores cuando, el 8 de agosto de 1897, su dirigente cayó asesinado en manos del anarquista Angiolillo. La muerte de Cánovas, en vísperas del desastre colonial, agudizó la crisis política.

Tras el gobierno puente de Azcárraga, Sagasta asumió el poder el 4 de octubre de 1897. Sus primeras gestiones fueron la destitución de Weyler y, sin consultar previamente a las Cortes, la concesión de la autonomía para Cuba. Se esperaba que la independencia apaciguara los ánimos y pacificara la isla, evitando el conflicto armado con Estados Unidos. No obstante, tras la voladura del Maine, se rompió las negociaciones con España y, a partir del 21 de abril, la guerra era un hecho. En el decurso de los acontecimientos Gutiérrez Agüera fue nombrado subsecretario de Estado. Se ocuparía de la dirección de este ministerio del 18 al 24 de mayo de este difícil año para la historia de España. La guerra concluyó, como es harto sabido, con la firma del Tratado de París, el 10 de diciembre de 1898, por el cual España cedía Puerto Rico y Filipinas a Estados Unidos, a cambio de veinte millones de dólares. Un año después, las Palaos, Marinas y Carolinas fueron vendidas a Alemania por veinticinco millones de pesetas.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie Documentación Electoral, 82 n.º 7, 89 n.º 11, 101 n.º 5.

F. P. Pavía, Galería biográfica de los Generales de Marina, Jefes y personajes notables que figuraron en la misma corporación desde 1700 a 1868, Madrid, 1873, 3 vols.; M. Ossorio y Bernard, Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX, Madrid, Imprenta y litografía de J. Palacio, 1903; M. Méndez Bejarano, Diccionario de escritores de Sevilla, I, Sevilla, 1922; F. Cuenca, Biblioteca de autores andaluces, II, La Habana, A. Dorrbecker, 1925; M. Izquierdo Hernández, Historia clínica de la Restauración, Madrid. Plus Ultra, imp., 1946; C. Seco Serrano, Alfonso XIII y la crisis de la Restauración, Madrid, Rialp, 1979; Final del Imperio. España, 1895-1898, Madrid, Siglo Veintiuno de España, 1984; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, t. I, Madrid, Espasa-Calpe, S.A., 1988; J. M. Cuenca Toribio, Parlamentarismo y antiparlamentarismo en España, Madrid, Congreso de los Diputados, 1995; E. Diego García, 1895: la guerra de Cuba y la España de la Restauración, Madrid, Ed. Complutense, 1996; E. Diego García, (dir.), “Hacia el 98, la España de la Restauración y la crisis colonial 1895-1898: Seminario celebrado en la Escuela diplomática los días 28 al 31 de octubre de 1996”, en Cuadernos de la Escuela Diplomática, 13 (1997); J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles (1705-1998)?, Madrid, Editorial Actas, 1998; F. Navarro (dir.), La Enciclopedia, t. II, Madrid, Salvat editores, 2003.

 

M.ª José Ramos Rovi

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