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Pedro de Pedrosa

Biografía

Pedrosa, Pedro de. Licenciado Pedrosa. Segovia, 1503 – Madrid, 11.X.1563. Consejero de Órdenes, de Castilla y de Inquisición.

Hijo del consejero real Juan González de Pedrosa, pronto quedó huérfano cuando su padre falleció en el curso de una misión en Nápoles. Quedó al cuidado de su madre, Beatriz Maldonado, en Salamanca, donde estudió las primeras letras y cursó Leyes en la Universidad; se graduó de bachiller. Continuó allí sus estudios hasta que llevó en competida oposición una beca legista en el Colegio de Santa Cruz de Valladolid, donde ingresó, como años atrás hiciera su padre, el 10 de febrero de 1533. Licenciado en Derecho Civil, no tardó en ser nombrado fiscal de lo Criminal en la Chancillería de esa ciudad, cargo que pareció servir hasta su salida del colegio con el manto y beca de colegial y en el cual pudo experimentar la visita realizada al tribunal por el deán de Córdoba en 1540. De su paso por el colegio le quedó también su amistad con Gaspar de Quiroga.

Durante su ejercicio como fiscal adquirió notoriedad a ojos del Emperador al proponerle la recogida, custodia y organización de los papeles administrativos, sumidos en gran desorden en las comunidades.

Carlos V le ordenó acometer esta misión junto al fiscal de lo Civil y el escribano de Cámara del Consejo Real, Agustín de Zárate, para lo que se trasladaron a Medina del Campo con objeto de reconocer la documentación existente en el castillo de la Mota. Tras consumar el encargo, remitieron el inventario de los papeles al Emperador, así como una relación detallada del estado en que se encontraban, solicitando su adecuado traslado, colocación y custodia.

Pedrosa permaneció en Valladolid hasta su promoción como oidor de la Chancillería de Granada el 6 de agosto de 1544, tribunal en el que no permaneció largo tiempo, favorecido por los cambios que estaban aconteciendo en la Corte. Tras sonar su paso en 1547 tanto a la Chancillería de Valladolid como al Consejo Real, el relevo cortesano de 1545-1547 propició su nombramiento como oidor del Primer Tribunal al año siguiente. En ese destino sería nuevamente propuesto para el Consejo Real en 1549, pero su acceso al entramado conciliar se produjo como consejero de Órdenes por título de 23 de diciembre de ese año, en sucesión del licenciado Sarmiento, si bien no tomó posesión de la plaza hasta el 21 de febrero del año siguiente; ostentaba el hábito de Santiago. Su intervención en el desempeño administrativo del Consejo de Órdenes quedó patente en la provisión de encomiendas, pero en el campo en el que más se distinguió Pedrosa fue en el económico, específicamente en lo referente a las alteraciones sufridas por las finanzas de las Órdenes Militares en tiempo del Emperador.

En el seno de las Órdenes no había desaparecido el malestar por el desequilibrio entre las rentas desmembradas, desde 1529, y las recompensas recibidas.

Por esta razón, y en medio de un clima de creciente alejamiento entre Roma y la Corona hispana, el Papa no había querido confirmar algunas cartas de venta de las realizadas, lo que condujo al príncipe Felipe a convocar hacia 1553 una junta formada por el presidente Antonio de Fonseca, el licenciado Menchaca, el doctor Velasco (todos del Consejo), el licenciado Gregorio López, del Consejo de Indias, y el licenciado Pedrosa, del Consejo de Órdenes, para dirimir el ajuste a derecho de las mencionadas recompensas. Los reunidos fueron de la opinión de que debía indemnizarse correctamente a las Órdenes, para guardar la real conciencia, acuerdo que denotaba a las claras la procedencia ebolista de los ministros y la nula beligerancia jurisdiccional de este grupo con la sede apostólica.

El papel de Pedrosa en el seno del Consejo de Órdenes también adquirió singular relieve en septiembre de 1552 cuando, tras la muerte del presidente Enrique de Toledo, el Emperador le encargó que con sus compañeros tuviera cuidado de la expedición de los asuntos. Con todo, no permaneció mucho más tiempo en este organismo, puesto que se le abrió la puerta del Consejo Real, para el que ya había sido propuesto en 1551. Su acceso se consumó durante la presidencia de Antonio de Fonseca, por título dado en Bruselas el 13 de marzo de 1554, en la vacante de Castillo de Villasante, de la que tomó posesión el 14 de mayo.

En el ejercicio de esta plaza procuró afirmar la superioridad del Consejo en cuestiones protocolarias.

Asimismo, consciente el Emperador de la utilización personal que Valdés estaba haciendo de los detenidos por la Inquisición de Valladolid, nombró como sucesor del licenciado Galarza en la Suprema al licenciado Pedrosa, con la probable intención de fiscalizar los pasos del inquisidor general, según se aprecia en la renuencia que éste mostró a emitir su título. La orientación política del licenciado hacia posturas ebolistas se tradujo, cercano el regreso de Felipe II, en la propuesta de su candidatura, entre otros cargos, para la presidencia de Órdenes por Francisco de Borja el 5 de mayo de 1559. Pero la posición administrativa de Pedrosa no sufriría ya alteración, más allá de su entrada en el tribunal de la Contaduría Mayor a lo largo de 1560 —con el licenciado Montalvo— y la recepción formal de su título como consejero de la Suprema en 1562, si bien falleció poco tiempo después. Desde entonces, los personajes con quien había trabado relación a lo largo de su carrera administrativa intercedieron por la concesión de diversas mercedes para su mujer e hijos.

 

Fuentes y bibl.: Real Academia de la Historia, SC, H-21; Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, lib. 332c, fols. 20v., 73-74r., 250r. y 417v., lib. 333c, fols. 141v.-142r. y 216; Archivo General de Simancas, Estado, leg. 13, n.º 144; leg. 84, n.os 90-91; leg. 90, n.os 31 y 104; leg. 103, n.os 275-276; leg. 108, n.º 195; leg. 109, n.os 89 y 91; leg. 121, n.º 27; leg. 129, n.º 7; Escribanía Mayor de Rentas, Quitaciones de Corte, leg. 5, n.º 69; leg. 31, n.os 1173- 1187; Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª época, leg. 1688, s. n.; Biblioteca Nacional, ms. 781, fols. 16v. y 17v.-18r.; Instituto Valencia de Don Juan, Madrid, envío 56, caja 75, s. n.; envío 91, n.º 343.

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Alejandro López Álvarez

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