Montalvo, Francisco de. Martín Muñoz de las Posadas (Segovia), 1495 – ?, III.1550. Consejero de Castilla y de Inquisición Descendiente de la antigua familia de los Montalvo de Arévalo. Tras obtener el grado de bachiller en Cánones, ingresó, el 20 de septiembre del año 1527, en el Colegio de San Bartolomé de Salamanca. En esa época ya figuraba en los memoriales que manejaba Juan Pardo de Tavera para la provisión de oficios. En este centro obtuvo la licenciatura en Cánones, y se ocupó entre los año de 1530 y 1533 de una cátedra que lleva el mismo nombre que la licenciatura y que antes había sido ocupada por Juan Rodríguez de Figueroa.
Desde el año de 1532 fue, también, juez metropolitano del arzobispado de Santiago en la ciudad donde había realizado sus estudios, síntoma de unas relaciones —no se olvide que la mitra compostelana era ostentada por el presidente Tavera— y una aptitud para la tarea judicial, que cuajaron en su paso como oidor a la Chancillería de Granada en 1533.
Cuando llegó a la ciudad granadina le otorgaron una plaza en el Consejo de Órdenes, que por aquel momento presidía García de Padilla. Para obtener este cargo se le tramitó hábito de la Orden de Calatrava.
Sin embargo, rechazó la promoción, debido a que en la Orden de Calatrava no permitían el matrimonio y además pertenecer a dicha Orden le perjudicaría a la hora de acceder al hábito de la Orden de Santiago, en la cual sí que se permitía el matrimonio. Su llegada a la Corte se vinculó con la del presidente de Castilla, Fernando de Valdés, quien había ostentado el mismo cargo en la Chancillería de Valladolid hasta julio de 1539. Desde su llegada a la Corte Valdés tuvo como objetivo consolidar su posición cortesana, de modo que emprendió un reclutamiento cauteloso de ministros que colaborasen en este objetivo. Una de sus primeras acciones en pro de su consolidación fue la visita que mandó realizar a Martín Tristán Calvete, su sucesor en la diócesis ovetense, a Granada, antes de que dicha visita finalizase y gracias a un memorial que Valdés introdujo sobre los candidatos que él proponía para la plaza, Francisco de Montalvo fue nombrado alcalde de Casa y Corte por título firmado en Ypres el 11 de noviembre de 1540. En carta al Emperador de 13 de diciembre de 1540, el presidente alabó la decisión regia, “teniendo solo respecto al servicio de VM d parescio aca que este es la persona que conviene para ello, y asi se le ha hecho saber para que con brevedad venga a servir”. Tomó posesión el 25 de diciembre y aunque por el momento, la promoción de Montalvo a alcalde se trataba de un solitario testimonio del ascendiente de Valdés en la Corte, este hecho mostraba la influencia que empezaba a tener y que tendría el inquisidor general. El 6 de julio de 1544 Montalvo fue nombrado oidor del Consejo Real, coincidiendo con el momento en el que el patronazgo de Valdés le permitía realizar la provisión de plazas relevantes.
Desde entonces, Montalvo, participó en la política dirigida por Valdés. Con todo, cuando fue sustituido Valdés en la presidencia por Hernando Niño, se apresuró a recomendarle a su deudo Diego de Espinosa.
El uso que Niño hizo de Espinosa como su provisor en el obispado de Sigüenza denotó la elevada capacidad de mediación de Montalvo, correspondiente a su posición en la Corte, que ha llevado a afirmar su presencia en la cámara de los regentes Maximiliano y María, confundiéndole con Hernando Martínez de Montalvo.
Ello no le impidió seguir mostrándose proclive al patrón asturiano. Cuando falleció Ibáñez Aguirre en 1547, Fernando de Valdés fue nombrado inquisidor general, y se mostró contrario a la petición del Rey de incluir oidores del Consejo Real en la Suprema, petición que atendía a la necesidad de poner orden en los enfrentamientos que se estaban produciendo entre los inquisidores de Granada y la Chancillería de dicha ciudad. El Emperador trató de hacerle cambiar de opinión proponiendo la entrada de los licenciados Galarza, luego relevado por Cortes, y Francisco de Montalvo, por su experiencia granadina. Pero Valdés mantuvo su postura en negativo, hasta que accedió, momento en el que tanto Montalvo como Cortes se dieron cuenta de que su escasa antigüedad en el Consejo Real les perjudicaba a la hora de votar en la Suprema, y exigieron contar con precedencia. Finalmente, el temprano fallecimiento del licenciado Cortes pareció reducir la entidad del problema y Montalvo se incorporó al Consejo de Inquisición, pero su muerte en marzo de 1550 empeoró el expediente del organismo. Dejó numerosos hijos y deudos y su vacante en el Consejo Real fue ocupada por el doctor Jacobo González de Arteaga.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Estado, leg. 13, n.º 21; leg. 50, n.º 243; leg. 84, n.º 319; leg. 1466, n.os 217-220; Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª época, leg. 573, s. n.; Escribanía Mayor de Rentas, Quitaciones de Corte, leg. 18, n.os 483-494.
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Alejandro López Álvarez
