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Francisco Bernaldo de Quirós y Mariño de Lobera

Biografía

Bernaldo de Quirós y Mariño de Lobera, Francisco. Marqués de Campo-Sagrado (V), vizconde de las Quintanas, Oviedo, 28.IV.1763 – Madrid, 5.II.1837. Militar, político.

Francisco José Bernaldo de Quirós, Alas, Carreño, Huergo, Mariño de Lobera, Pardo de Figueredo; titular de la Casa Solariega de los Quirós en el Principado de Asturias; regidor alguacil mayor de la ciudad de Oviedo; marqués de Campo-Sagrado y vizconde de las Quintanas, como figura en sus capitulaciones matrimoniales con María Escolástica Valdés (su primera esposa), nació en el seno de una familia patricia de Oviedo.

Ingresó como cadete de artillería en la Academia de Segovia el 16 de junio de 1777. Ascendió a subteniente de ese arma el 26 de octubre de 1780, en la que sucesivamente obtuvo los ascensos de teniente graduado de infantería el 6 de abril de 1784, teniente de artillería el 28 de abril de 1789, ayudante segundo del 6.º batallón del arma el 4 de abril de 1789 y ayudante mayor del mismo el 20 de julio de 1790.

Como oficial del arma de artillería, participó primero en la expedición para la reconquista de Menorca, tomando parte en el ataque al castillo de San Felipe y su ocupación el 5 de febrero de 1782.

De Menorca marchó a tomar parte en el sitio de Gibraltar que había comenzado en septiembre de 1779, distinguiéndose en el establecimiento de una batería de ocho morteros y en la instalación de nuevos cañones en uno de los reductos españoles.

El 3 de febrero de 1792 solicitó del Rey pasar al arma de infantería como capitán del regimiento de España, accediendo Su Majestad a lo solicitado. Ya como capitán de infantería y graduado de teniente coronel, participó en la guerra contra la República francesa de 1793, en el sector del Pirineo aragonés, como ayudante de campo del general Valdés y, con el mismo destino en el sitio de Tolón, hallándose en la defensa del fuerte de Malbusquet, frente al joven Napoleón Bonaparte, donde recibió dos contusiones en el pecho, permaneciendo en ese destino hasta el reembarque de las tropas españolas e inglesas el 18 de diciembre.

En 1795, después de la paz de Basilea, fue nombrado coronel del regimiento de nobles de Asturias de guarnición en Oviedo. De allí pasó a Ferrol para mandar el regimiento de Asturias, hasta que en 1797, en guerra con Inglaterra, se hizo cargo en Sevilla del mando del primer regimiento provisional de infantería, con el que marchó a la isla de León, donde permaneció de guarnición durante tres años.

En 1801 fue destinado de teniente coronel al regimiento de infantería de Valencia, de guarnición en Madrid, donde el 2 de agosto de 1802 el Rey le ordenó “abandonar la Corte y trasladarse a su país” (Asturias).

El 25 de marzo de 1803 se le concedió el retiro como coronel de infantería en la plaza de Oviedo y un haber pasivo de quinientos cuarenta escudos mensuales.

El 2 de mayo de 1808 se encontraba en Madrid, como lo prueba la concesión de la Cruz de Distinción, el 24 de noviembre de 1816, “por haber abandonado la Corte en aquellas fechas para tomar parte en la lucha contra los franceses”.

Producido el levantamiento en Asturias entre los días 9 y 25 de mayo, la Junta del Principado, excitada por el futuro conde de Toreno y Flórez Estrada, decretó la movilización de un ejército de veinte mil hombres y el ascenso de gran número de generales, jefes y oficiales, entre los cuales, el 23 de junio, lo fue a teniente general el marqués de Campo-Sagrado, a quien nombró inspector general de las tropas del Principado. Ese ascenso fue confirmado por la Junta Central, en nombre del Rey, el 26 de diciembre de 1809.

Designado diputado de la Junta Central en representación de Asturias, se incorporó a ella el 25 de septiembre de 1808, formando parte de su Sección de Guerra, que tenía encomendada la dirección de la guerra bajo la soberanía del pleno de la Junta Central, mientras la Junta Militar la tenía de la dirección, coordinación y apoyo de las operaciones subordinada al secretario de Estado de la Guerra.

Pero en aquella entusiasta y caótica guerra esa distinción de funciones, tan clara en los reglamentos, jamás fue real, produciéndose incesantes interferencias entre los distintos niveles territoriales y entre los diferentes órganos de gestión y dirección en mengua de la eficacia.

La labor de Campo-Sagrado en esa Sección de Guerra fue ingrata, porque nunca se logró alcanzar el objetivo propuesto de un ejército de trescientos cincuenta mil infantes y cincuenta mil jinetes, y porque las Juntas Provinciales fueron siempre reticentes en la obediencia.

Defendió a Cuesta frente a las acusaciones de Wellington e intentó, sin éxito, la fortificación de Sierra Morena que le fue encomendada, al negarle las poblaciones de la zona la mano de obra necesaria y no encontrar ni tropas ni artillería para guarnicionarla.

El 22 de junio de 1809 se formó la Sección Ejecutiva de la Junta Central y a ella se incorporó Campo- Sagrado. Tras la desastrosa batalla de Ocaña, en su sesión del 26 de noviembre, el marqués hizo un informe demoledor y a la vez realista de la situación. Dice: “La experiencia tristemente nos enseña que nuestros Ejércitos no deben componerse de grandes masas, porque ni tenemos generales tan prácticos que puedan manejarlas y, aunque hubiera alguno capaz, nuestras tropas no tienen la instrucción para ejecutar las maniobras y habríamos de reducir nuestros Ejércitos a la fuerza de 30.000 hombres de todas las Armas”.

Disuelta la Junta Central y creado el Consejo de Regencia el 29 de enero de 1810, Campo-Sagrado abandonó Cádiz en compañía de Gaspar Melchor de Jovellanos el 26 de febrero, arribando a Muros de Noya el 6 de marzo. Poco después de su llegada, ambos solicitaron permiso para volver a Cádiz para defenderse de los ataques publicados contra los componentes de la Junta Central, autorización que concedió la regencia el 30 de abril.

Durante su estancia en Muros de Noya, Campo- Sagrado y Jovellanos dirigieron conjuntamente una Memoria a la regencia en defensa de la Junta Central, firmada por ambos en marzo de 1810. Campo- Sagrado marchó a Cádiz donde permaneció hasta el 18 de diciembre, después de que la Memoria lograra la difusión deseada, mientras Jovellanos moría en el mismo Muros de Noya.

Volvió a Asturias, hasta que el general Castaños, el 6 de agosto de 1812, le nombró comandante general interino de Galicia bajo su inmediata dependencia, con residencia en Santiago. En Galicia tuvo problemas con la formación de los ayuntamientos constitucionales, siendo suspendido de su cargo y procesado el 22 de marzo de 1813.

El 14 de julio de 1814 fue nombrado capitán general de Cataluña y presidente de su Audiencia, para pasar a ser secretario de Estado de la Guerra el 22 de octubre de 1815, cargo en el que se mantuvo hasta el 19 de junio de 1817 en que renunció al mismo.

Durante el denominado Trienio Liberal, el 19 de abril de 1822, se le eximió de las responsabilidades contraídas en Galicia y se archivó su proceso.

Tras la entrada de los absolutistas en Madrid, el 28 de mayo de 1823, la regencia le nombró capitán general de Castilla la Nueva, hasta que el 17 de febrero de 1824, ya por decisión real, volvió a Cataluña como capitán general interino por ausencia del barón de Eroles, su titular, cargo en el que fue confirmado el 17 de julio de 1825. Durante su mando interino y efectivo contribuyó a la pacificación del Principado a la vez que impulsó las obras del canal de Urgel y el de la orilla izquierda del Llobregat.

Cesó el 9 de septiembre de 1827 y regresó a Madrid como decano del Consejo Supremo de la Guerra y del Tribunal Supremo de Guerra y Marina, hasta que el 11 de septiembre de 1836 presentó su renuncia a la Reina gobernadora por su delicado estado de salud, pasando a la situación de cuartel.

Falleció en Madrid el 5 de febrero de 1837.

Estaba en posesión de las Grandes Cruces de Carlos III y de San Hermenegildo, así como la de Lis de Francia.

En 1801 había contraído matrimonio con Escolástica Valdés Inclán y, fallecida ésta, lo hizo de nuevo en 1803 con su hermana María Jacoba Valdés Inclán, que le sobrevivió.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Hoja de Servicios y exp. personal del marqués de Campo-Sagrado; Archivo Histórico Nacional, Sección Estado.

Conde de Toreno, Historia del levantamiento, guerra y revolución de España, París, Librería Europea de Baudry, 1838; A. Cánovas del Castillo (dir.), Historia General de España, Madrid, El Progreso Editorial, 1890; M. G. Jovellanos, Memoria en que se rebaten las calumnias divulgadas contra los individuos de la Central, La Coruña, Francisco Cándido Pérez Prieto, 1811; D. Ruiz, Asturias Contemporánea: 1808-1975: síntesis histórica: textos y documentos, Madrid, Siglo XXI de España, 1981; M. Artola, Historia del Reinado de Fernando VII, en J. M.ª Jover Zamora (dir.), Historia de España de Menéndez Pidal, Madrid Espasa Calpe, 1996, vol. XXXII; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Actas, 1998, págs. 390-393; J. Priego López, Guerra de la Independencia, 1808-1814, Madrid, San Martín, 1972- 2000, 7 vols.

 

Andrés Cassinello Pérez

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