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Eduardo Úrculo

Biografía

Úrculo, Eduardo. Santurce (Vizcaya), 21.IX.1938 – Madrid, 31.III.2003. Pintor y escultor.

En 1941 su familia se trasladó a vivir a Sama de Langreo (Asturias), donde transcurrió la juventud de Eduardo Úrculo. Desde muy joven desempeñó diversos trabajos, aunque muy pronto se sintió atraído por el arte, que comenzó a practicar de forma autodidacta en una serie de historietas tituladas Tánger, No existe crimen perfecto, Detective por vocación y Apache y Operación: París, publicadas en el diario ovetense La Nueva España.

En 1957 expuso por primera vez en el Hogar del Productor de La Felguera, donde recibió los elogios de los críticos Jesús Villa Pastur y Pedro Caravia, lo que revirtió en la concesión de una beca del Ayuntamiento de Sama de Langreo para realizar estudios de pintura en Madrid. En 1958 asistió a clases de Dibujo en el Círculo de Bellas Artes y realizó varias visitas a las zonas marginales de la capital, donde pintó una serie de obras próximas al expresionismo, de temática social. Al año siguiente, y renovada su subvención por parte del Ayuntamiento de Langreo, se trasladó a París y se matriculó en la Académie de la Grande Chaumière, de Montparnasse, donde siguió trabajando con la temática del paisaje urbano influido por la obra de Utrillo. Asimismo, presentó una obra titulada Les ouvriers en el Salón Nacional de Bellas Artes del Museo de Arte Moderno, y ese mismo año, expuso con gran éxito sus cuadros de París en la Sala Cristamol de Oviedo.

En 1960 se trasladó al Sáhara para realizar el servicio militar y, poco después, a Tenerife, donde conoció a Maud y al teórico Eduardo Westerdahl, cuya influencia se plasmó en la realización de un tipo de pintura cercana al informalismo, tal y como se advirtió en la exposición del Instituto de Estudios Hispánicos del Puerto de la Cruz. Dos años más tarde, fijó su residencia en Madrid, donde cultivó una pintura de esperpento y sátira combinada con trabajos de ilustración para la revista Triunfo y preparó varias exposiciones, una en el hotel Saboya de Gijón y otra en la madrileña galería Quixote, una de sus galerías habituales hasta el año 1965. Durante esta década también hizo incursiones en el mundo teatral, concretamente realizó la escenografía de la obra de Lauro Olmo, La Camisa, que puso en escena el grupo La Máscara, en Gijón.

En 1966 se trasladó a Ibiza, donde permaneció hasta 1968; allí contactó con el pintor colombiano Alberto Gutiérrez y viajó por Suecia y Dinamarca y expuso en la galería Kompagnistraede de Copenhague, donde se realizaba una exposición de arte pop americano, que le causó un gran impacto. El conocimiento del pop y el cansancio de su pintura anterior propiciaron, desde finales de la década de 1960, un cambio radical en su pintura hacia el pop, al principio muy influida por Tom Wesselman y con una iconografía basada en el desnudo femenino, la vaca y los frutos (1975-1979). Estas obras están realizadas con un colorido muy vivo y logran la artificialidad de la luz a través del empleo del aerógrafo, lo que se traduce en atmósferas misteriosas y panteístas; incluso en 1975 el pintor experimentó una fase cercana al surrealismo utilizando el cuerpo femenino de forma emblemática, sin corporeidad.

En la década de 1970 comenzó la proyección internacional de Eduardo Úrculo, iniciada con su participación en la XXXV edición de la Bienal de Venecia y la VII Bienal de París. Asimismo, continuó trabajando en el mundo de la escenografía y del cartelismo, preparó numerosas exposiciones y cultivó un tipo de pintura con cierto carácter astral, neoplatónico, erótico, kitsch y escenográfico. En la década de 1980 continuó realizando una pintura de clara influencia pop, que combinó con la actividad escultórica iniciada en 1984 y que expuso al año siguiente en la feria internacional de Arte Arco , en Madrid.

Desde mediados de la década de 1980, su obra se centró en la temática del viaje o el viajero enfrentado con las grandes ciudades modernas, iniciada con su serie La ciudad desnuda, inaugurada en 1987 en la galería Sen de Madrid; también desarrolló una gran actividad en el campo del grabado con la realización de varias carpetas y siguió vinculado al mundo de la escenografía, concretamente con la realización de los decorados de la ópera Colón para el Teatro del Liceo y los escenarios de la obra de Esquilo, Los Siete contra Tebas, representada en el Teatro Romano de Mérida.

En 1984 Eduardo Úrculo se adentró en el mundo de la escultura sintiendo especial predilección por el bronce patinado. La temática predominante también fue el viaje o el viajero, al menos después de su estancia en Nueva York. Entre sus iconografías resultan habituales los objetos simbólicos, generalmente equipajes, o los viajeros que llegan a alguna ciudad, tratando de establecer una comunicación directa entre público y objeto artístico, interrelacionados a través del acto de mirar y de ser mirado, pero también la aventura del viaje y la realidad tangible del equipaje.

La mayoría de las esculturas de Úrculo poseen un marcado carácter urbano, se adaptan a la ciudad que significa para el artista el regreso de los grandes periplos, llegar para tener que marcharse. Muchas de estas obras son esculturas integradas en espacios urbanos, unas al aire libre (plazas o parques), otras en edificios públicos o privados, siempre transitados, algunas en lugares del inicio o el fin del viaje (estaciones), pero todas evocan la transitoriedad del viaje, o su retorno.

Entre las esculturas realizadas por Eduardo Úrculo, casi todas de estilo hiperrealista, cabe mencionar el grupo escultórico realizado por encargo de la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE) en la estación madrileña de Atocha, titulado El viajero, realizado en bronce fundido y con un peso aproximado de mil kilogramos, que representa el equipaje, motivo simbólico y realidad tangible del viaje. En 1992, a través del diario El País realizó un espacio para Cartier en París; allí colocó otro grupo escultórico de bronce con su temática habitual del viaje y compuesto por cinco maletas de diversos tamaños y formas, un paraguas y un sombrero, pero con la ausencia del viajero. No ocurre lo mismo en el singular grupo escultórico El regreso de Williams B. Arrensberg, una escultura de bronce fundido, de tres toneladas de peso, encargada por el Ayuntamiento de Oviedo y situada en la céntrica plaza de Porlier. En este grupo aparece representado un personaje real, su amigo Williams B. Arrensberg, cuyo tratamiento no deja de tener relación con el mundo del cómic, y que evoca aquel interés inicial de Úrculo por el mundo de las historietas y el cine negro. Rememora el encuentro entre el viajero y la ciudad, la inmediatez de la llegada.

Realizó numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto en España como en el extranjero, y muchas de sus obras forman parte de colecciones privadas y museos. Falleció repentinamente en la Residencia de Estudiantes de Madrid; días antes se había inaugurado una exposición suya en Pekín.

 

Obras de ~: Interior con perro, 1973; Serie el desnudo, la vaca y las frutas, 1975-1979; Desnudo de primavera, 1977; La adoración de los oros, 1979; Novecento, 1981; Melancolía, 1982; El fotógrafo de Son Bou, 1984; Serie la ciudad desnuda, 1987; Edward Hopper en el faro de Long Island, 1987; Ego Trip en Central Park, 1989; Los palos, 1990; Grupo escultórico “El equipaje de S. K. S.”, 1991; Pasajeros del Titanic, 1992; Grupo escultórico “El viajero”, Estación de Atocha (Madrid), 1992; La catedral, 1993; Grupo escultórico “El regreso de Williams B. Arrensberg”, Plaza de Porlier (Oviedo), 1993; Grupo escultórico “Los libros que nos unen, homenaje a Emilio Alarcos”, Calle Emilio Alarcos (Oviedo), 1999; Mitología lejana, 2000; Marrakech, 2000; Culis Monumentalibus, Calle Pelayo (Oviedo), 2001; Homenaje a Giorgio Chirico, 2002; Geisha y Samurai, 2002.

 

Bibl.: P. Laín Entralgo, “Un pintor en marcha”, en Úrculo, Oviedo, Galería Benedet, 1967; C. J. Cela, “De culis monumentalibus”, en En campo de estrellas Úrculo, Madrid, Galería Multitud, 1977; C. Panadero Moya, Úrculo/Carlos Moya, Madrid, Servicio de Publicaciones del Ministerio de Educación y Cultura, 1977; F. Calvo Serraller, “Los frutos de sa pleta”, en Urculo (exposición del 27 febrero al 23 marzo 1980), Tenerife, Galería Leyendecker, 1980; J. Villa Pastur et al., Eduardo Úrculo: Exposición [...] Gijón, Avilés, Mieres, La Felguera y Sama de Langreo, Oviedo, Caja de Ahorros de Asturias, 1982; J. Cueto, “Espacio de lo íntimo”, en Eduardo Úrculo: espacios de lo íntimo, Madrid, Galería Alençon, 1984; W. B. Arrensber, “La ciudad desnuda”, en Úrculo, Madrid, Galería Sen, 1987; El bronce y la línea, Madrid, Galería Sen, 1991; VV. AA., El viajero, la ciudad y el equipaje: pintura, escultura, dibujo: exposición (febrero-marzo, Centro de Arte Moderno Ciudad de Oviedo), Oviedo, Ayuntamiento, 1994; M. S. Álvarez Martínez (coord.), Confluencias 2002: la escultura asturiana hoy, Oviedo, Universidad, 2002.

 

Amparo Fernández López

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