Santotis Valladolid, Cristóbal. Burgos, c. 1527 – ?, 1611. Agustino (OSA), teólogo, conciliarista, predicador, vicario general.
El burgalés Crisbótal Santotis nació del matrimonio formado por María de Valladolid y Jerónimo Santotis, escribano de la ciudad de Burgos, esto es, secretario del Ayuntamiento, cuyo cargo ejerció de 1516 a 1542. En el Convento Agustiniano de su ciudad natal profesó el 1 de abril de 1543, en manos del subprior Nicolás de Briñas.
Una vez concluidos los estudios filosófico-teológicos, conociendo el prior general de la Orden Agustiniana su alta capacidad para el estudio de la Teología, le autorizó el 25 de noviembre de 1555, para que se especializase en Lovaina o París, a “expensas suae matris”.
Partió para Lovaina y en su célebre Universidad se graduó de maestro, una vez que fue facultado el 21 de noviembre de 1559 por Cristóbal de Padua, prior general de la Orden de San Agustín. A su vez, dado el interés que manifestaba el citado prior general en conseguir la devolución del Convento de Amberes, Santotis junto con el maestro Rogerio, Lorenzo de Villavicencio, entre otros, se ocupó de su recuperación.
En 1562 fue designado por Felipe II para asistir al Concilio de Trento en calidad de teólogo, tomando parte activa en la tercera y última etapa conciliar. Sus intervenciones recibieron la admiración de los padres conciliares, legados pontificios y teólogos asistentes a tan significativo evento eclesial. Sus argumentos contra los herejes judaizantes causaron sensación en los oyentes. Defendió la necesidad del catecismo con la doctrina católica para enseñanza de quien recibiera los sacramentos, e intervino en su preparación. También participó en la discusión teológica sobre el sacramento del orden sacerdotal, concretamente en los artículos sexto y séptimo. El mismo Concilio de Trento creyó conveniente, en octubre de 1563, la composición de un Theatrum Sanctorum Patrum, a modo de antología de textos sobre el verdadero sentido de la Sagrada Escritura en la parte de los Evangelios que la Iglesia leía los domingos del año, según los habían entendido e interpretado los padres de la Iglesia, y, dada la premura de tiempo, encargó su elaboración a Cristóbal Santotis, Benito Arias Montano (muerto en 1598) y Pedro de Fontidueñas (fallecido en 1579).
Dicho mandato conciliar, por diferentes motivos, únicamente lo cumplió Santotis. En este proyecto comenzó a trabajar quince años más tarde, en 1578, cuando quedó libre de otras ocupaciones. El Theatrum SS. PP. de Santotiss ofrece el testimonio auténtico y sistemático de cientos de autores en torno a cuestiones teológicas capitales y también secundarias.
El selecto y abundante material agrupado por Santotis fue usado como manual de doctrina segura para los predicadores católicos durante varias décadas. La obra salió publicada en dos tomos el año 1607.
Concluido el Concilio de Trento (4 de diciembre de 1563), el prior general consiguió que los superiores de la provincia de Castilla, de la que era miembro Santotis, le nombrasen definidor con el fin de que pudiese asistir al capítulo general que iba a celebrarse en Milán el 20 de mayo de 1564. Antes de abandonar la ciudad de Trento con dirección a España para iniciar el cometido que le había señalado el concilio, Santotis recibió una embajada de Felipe II cuyo contenido se desconoce. A su vez, los españoles residentes en Flandes pidieron que Santotis fuese su predicador, a lo que accedió el prior general de la Orden Agustiniana el 30 de octubre de 1567. Antes de irse a ejercer el ministerio pastoral en Flandes, la provincia de Castilla le designó su representante al capítulo general, convocado para el 4 de junio de 1568, en Padua. Luego gestionará en Roma varios asuntos de su provincia religiosa. En la Ciudad Eterna el mismo Pío V le insistió en que pasara cuanto antes a Flandes para emplearse en la defensa de la causa católica, dado su conocimiento de la situación religiosa en las posesiones españolas. El mismo duque de Alba había intervenido en la elección de Santotis, por lo que era su protegido, y para que no encontrase obstáculo entre las autoridades eclesiásticas recibió el título de vicario general, y otras facultades extraordinarias.
El 16 de noviembre de 1568, el prior general de la Orden Agustiniana le recomienda continúe ejerciendo de predicador de los españoles, al tiempo que le nombró vicario de la provincia agustiniana de Colonia.
El 5 de febrero de 1569 fue confirmado en el cargo de vicario general de la provincia de Colonia y el 22 de noviembre de 1570 recibió el nombramiento de presidente del capítulo que iba a celebrar la misma provincia agustiniana. En los años siguientes, 13 de octubre de 1572 y 5 de agosto de 1574, fue confirmado en el cargo de vicario y comisario general de la Orden, y el 5 de marzo de 1575 le ordenó el mismo general, Tadeo de Perusa, que no se ausente de Flandes ni abandone la provincia agustiniana de Colonia.
Estos reiterados mandatos no hacen otra cosa que frenar la voluntad de Santotis que apostaba por salir de Flandes. En efecto, la tarea encomendada en Flandes no le fue grata; sufrió persecución y su vida llegó a correr peligro, pues en aquel país existía una fuerte oposición al catolicismo. En vista de todo ello, Juan de Austria, dispuso enviarle por embajador suyo ante Felipe II. Con licencia del general de la Orden, fechada el 14 de junio de 1576, regresó Santotis a la península e informó personalmente a Felipe II de la situación social, política y religiosa en la que se encontraban los Países Bajos.
Cumplida la misión en Flandes y cerca de Felipe II, aprovechando la influencia del conde de Barajas, en vez de salir para Flandes según los deseos manifiestos del Rey, consiguió Cristóbal de Santotis fijar su residencia en el convento de Burgos, permaneciendo en el mismo hasta su fallecimiento. Aunque el Monarca le ofreció varias dignidades, todas las rehusó, pues creía más necesario concluir los compromisos adquiridos en Trento y dedicarse a la escritura de sus obras. Hallándose en el Convento burgalés se vio involucrado en el secuestro de unos libros que le venían consignados desde Flandes. Por ello tuvo que compadecer ante la Inquisición del obispado y distrito de Calahorra (La Rioja). En 1588 asistió al capítulo provincial de la provincia de Castilla celebrado en Toledo, donde coincidió con el general de la Orden, Gregorio Petrocchini, consiguiendo la licencia para editar todos sus libros, para lo cual nombró censor al agustino Alfonso de Mendoza. La publicación de sus obras encontró Santotis dificultades económicas de cierta importancia. Los gastos de edición los cubrió con ayudas recibidas de la Orden Agustiniana, pero también de prestamistas. En efecto, se comprometió por escrito a pagar a García del Peso, vecino de Burgos, 150 ducados que le había prestado para la impresión del libro Escrutinio de la Escritura Sagrada, del obispo Pablo de Burgos. La biografía que ofrece Santotis de Pablo de Santa María, basada en documentación auténtica, ha sido fuente de todos cuantos han escrito sobre este insigne prelado burgalés.
La obra que acredita a Santotis como exegeta es el comentario al Evangelio de San Mateo (Expositio, Burgos, 1598). Tan sólo publicó el primer tomo y comprende los siete primeros capítulos, aunque el plan de la obra era comentar el resto de capítulos del primer evangelista. Sus páginas esconden enseñanzas bíblicas y teológicas en sintonía con las preocupaciones del momento, como por ejemplo el privilegio de la concepción inmaculada de María.
Obras de ~: Concio habita ad sacrosanctam oecumenicam Synodum Tridentinam, Venetii, Ex Officina Jordani Zieltti, 1563 (en P. Z angrio (ed.), Tridentinum, hoc est, Concilii canones et decreta, Lovanii, 1567, págs. 445-454; Venetii, 1570; Matriti, 1768; en Monumentorum ad historiam Concilii Tridentini spectantium amplissima collectio, I, Louveini, 1781, págs. 632- 646); Concio in festo omnium Sanctorum. De vera felicitate adquirenda, Florenciae, 1568; Antuerpiae, 1570; Scrutinium Scripturarum. Per Reverendissimum D. D. Paulum de Sancta Maria, quondam Episcopum Burgensem, atque Regni Archicancellarium. Recognitum ac restitutum per Magistrum F. Christophorum Sanctotisium, Augustinianum Burguensem. Ciu addita est ipsius D. D. Pauli vita praeclara, hactenus typis non data. Insuper praeludium operis, seu opusculum de vera haereticorum origine agnoscendam, omnia ab eodem Magistro F. Christophoro Sanctotisio lucubrata¸ Burgis, Apud Philippum Iuntam, 1591; Expositio in Sacrosanctum Iesu Christi Evangelium secundum Matthaeum, Burgis, Ex Officina Philippi Iuntae, 1598 ; Theatrum Sanctorum Patrum. Ex Decreto Sacri Concilij Tridentini, editum. Super universa Evangelia, quae dominicis diebus in Ecclesia leguntur, I, II, Burgis, Apud Ioannem Baptistam Varesium, 1607; “(Declaración en las informaciones de Burgos sobre la vida y escritos de la Madre Teresa de Jesús)”, en Biblioteca de Autores Cristianos, t. LV, ed. V. de la Fuente, pág. 403; “Carta a fray Agustín de Jesús, Burgos, convento San Agustín, 4 de noviembre de 1594”, en C. Alonso, “Documentación inédita sobre fray Agustín de Jesús”, en Analecta Augustiniana (ÁA), 34 (1971), págs. 138-139; Parecer sobre los millones, que pide el rey Felipe II (inéd.).
Bibl.: J. quijano, “Memorias para la historia de la provincia de Castilla de N. P. San Agustín” [1635] [ed. de I. Arámburu, en Archivo Agustiniano, 61 (1962), págs. 67-68]; T. de Herrera, Alphabetum Augustinianum, Matriti 1644 (ed. anastática, Roma, Publicazioni Agostiniane, 1990, pág. 151); J. F. Ossinger, Bibliotheca Augustiniana historica, critica et chronologica, in qua mille quadringenti Augustiniani Ordinis scriptores eorumque opera tam scripta, quam typis edita inveniuntur, Ingolstadii- Augustae Vindelicorum, Imp. Joannis Francisci Xavierii Craetz, 1768, págs. 791-792; J. Lanteri, Postrema Saecula sex religionis augustinianae in quibus breviter recensentur illustriores viri augustinenses qui sanctitate et doctrina floruerunt post magnam Ordinis unionem peractam anno MCCLVI ab Alexandro IV usque ad haec tempora, Tolentini, Typ. Guidoni, 1859, pág. 252; M. Martínez Añibarro y Rives, Intento de un diccionario biográfico de autores de la Provincia de Burgos, Madrid, Imprenta y Fundación de Manuel Tello, 1889 (ed. facs., Valladolid, Junta de Castilla y León, 1993, págs. 489-492); G. de Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, VII, Madrid, Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1925, págs. 426-436; U. Domínguez Carretero, “Los teólogos agustinos españoles en la última etapa del concilio de Trento: Cristóbal de Santotis y Juan Bautista de Burgos”, en La Ciudad de Dios, 158 (1946), págs. 549-587; D. Gutiérrez, “Patres ac theologi augustiniani qui concilio tridentino interfuerunt”, en AA, 21 (1947-1950), págs. 126-130; K. Reinhardt, Bibelkommentare spanischer Autoren (1500-1700), II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid 1999, págs. 300-301.
Rafael Lazcano González