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Vicente Valor Seguer

Biografía

Valor y Seguer, Vicente. Valencia, 1784 – Madrid, XII.1871. Ministro del Tribunal Supremo de Justicia.

Comenzó sus estudios en la Facultad de Leyes y Cánones de la Universidad de Valencia en 1799, donde obtuvo los grados de bachiller, licenciado y doctor y desempeñó de forma interina algunas cátedras. La Guerra de la Independencia paralizó su carrera universitaria, llegando en 1810 a capitanear el batallón literario de voluntarios. Durante la contienda cayó prisionero y fue conducido a Francia, donde estuvo preso durante un tiempo. Tras obtener su libertad, regresó a España y fue nombrado fiscal de la Junta de Secuestros del ramo de amortización y sello, aunque a finales de la década de 1810 también regresó a su gran vocación: la docencia universitaria. Durante el Trienio apoyó plenamente la causa liberal, llegando a ser regidor del Ayuntamiento de Valencia (1820) y secretario del Gobierno político de las islas Baleares (1820-1822) y de La Coruña (1822-1823). Debido a esta vinculación al gobierno constitucional, cuando se reimplantó el régimen absolutista fue perseguido por sus ideas y estuvo encarcelado algunos meses, viéndose obligado, muy a su pesar, a dejar la Universidad, aunque eso le brindó la posibilidad de ganarse una enorme reputación como abogado, siendo su bufete uno de los más prestigiosos de la ciudad levantina. En 1811 se había incorporado al Colegio de Abogados de Valencia pero las antedichas circunstancias le había impedido ejercer hasta el momento, llegando a ser decano del mismo en 1832-1833.

Sin embargo, en 1835 su vida cambió de rumbo al ingresar en la magistratura. Fue nombrado ministro de la Audiencia de Mallorca (18 de febrero de 1835), de la de Valencia (4 de octubre de 1836) y de la de Albacete (24 de septiembre de 1837), de la que sería nombrado regente (26 de septiembre de 1842). El 22 de abril de 1843 fue nombrado regente de la Audiencia de Madrid, importante cargo del que fue cesado el 7 de octubre de 1845 por un asunto relacionado con la causa formada contra Cortina y Madoz, entregándose en ese momento a sus estudios jurídicos.

En efecto, fue un gran estudioso no sólo del Derecho, sino de múltiples disciplinas, gustándole especialmente el estudio de distintas lenguas, tanto vivas como muertas. Era un experto conocedor del árabe y tradujo diversas obras escritas en latín, como la de Luis Vives, o en francés, como la de Barthe o Blanchard. Lamentablemente, sus reflexiones y conocimientos no fueron expuestos en ningún estudio concreto, aunque sí en su intensa participación en la vida de la llamada Academia Matritense de Jurisprudencia y Legislación, de la que llegó a ser elegido presidente para el curso 1846-1847, siendo tan valiosas sus aportaciones a la buena marcha de la vida académica que fue merecedor de un voto de gracias el 3 de febrero de 1846 y proclamado académico de mérito en recompensa a los servicios prestados en el curso 1847-1848.

En esta situación, fue llamado para prestar sus servicios en el seno de la Comisión de Códigos de 1846, lo que aceptó con gusto porque, según sus propias palabras, suponía participar “en la gloria común a cuantos intervengan en la grande obra de la Codificación, contribuyen poderosamente a la ventura y felicidad de la Patria, dándola leyes sabias, justas y conformes a las luces y espíritu del siglo”. Su delicada situación económica le obligó a solicitar en 1849 su jubilación porque su sueldo como regente cesante le reportaba menos ingresos que su pensión como jubilado. No obstante, también informó que su estado de salud era bastante bueno para ser un sexagenario, por lo que se ofrecía para seguir prestando servicios en la Comisión de Códigos y en cualquier otro destino que la Reina tuviese a bien nombrarlo. Así se acordó, pero el 1 de septiembre de 1854 se volvieron a reclamar sus servicios, nuevamente como regente de la Audiencia de Madrid, siendo elevado a la categoría de ministro del Tribunal Supremo de Justicia el 27 de octubre de ese mismo año, incorporándose a la Sala de Indias de ese Tribunal. En esta plaza permaneció hasta que se jubiló definitivamente el 21 de mayo de 1862, concediéndole en ese momento honores de presidente de Sala de dicho Tribunal y otorgándole al poco tiempo la Gran Cruz de Isabel la Católica (3 de junio de 1862).

Al año siguiente, fue nombrado senador vitalicio en atención a haber sido ministro del Tribunal Supremo (8 de noviembre de 1863) y, a pesar de su edad, asistió con asiduidad a las sesiones parlamentarias, sobre todo a los debates relacionados con cuestiones legislativas de importancia, principalmente procesales, y formó parte de diversas comisiones. Desde 1869 se empezaron a acentuar los achaques propios de la ancianidad y falleció en Madrid en el mes de diciembre de 1871.

 

Obras de ~: Discurso que, con motivo de haberse restituido la Audiencia Territorial de Albacete de la plaza de Cartagena donde residiera por espacio de tres años, al punto de su primitivo y originario asiento, pronunció el día 2 de noviembre de 1840 el señor Vicente Valor, Albacete, Imprenta de Herrero-Pedrón y Cía., 1840; Discurso que en la solemne apertura de la Audiencia Territorial de La Coruña efectuada el día 2 de enero de 1843 pronuncio el señor don Vicente Valor, La Coruña, Imprenta de F. Arza, 1843; J. B. Blanchard, Escuela de costumbres ó Máximas razonadas por filosofía moral. Escrita en francés. Revisada, corregida con esmero y consagrada especialmente en una nueva edición por los ilustrados redactores de la Biblioteca de las Escuelas Cristianas de Francia, traducida libremente al castellano, enriquecida con doscientas biografías, con numerosas notas históricas, geográficas y doctrinales por ~, Valladolid, Imprenta de D. J. de la Cuesta y Cía., 1852 (reed., 1856, 1873 y 1887); L. Vives, Introducción a la sabiduría ó sea Manual del hombre que aspire a ella / escrita en latín á principios del siglo diez y seis por Juan Luis Vives; puesta en castellano, ilustrada con notas y con una breve noticia biográfica de aquel sabio valenciano por ~, Valladolid, Imprenta de D. Juan de la Cuesta y Cía., 1853; E. Barthe, Monumento á la gloria de Maria: Letanías de la Santísima Virgen (ilustradas y acompañadas de meditaciones por el abate Eduardo Barthe). Traducidas del francés al español por ~; precedidas de los Ofrecimientos á los quince misterios del Santo Rosario y añadida la vida de la Santísima Virgen María por Remigio García, Valladolid, Imprenta de Juan de la Cuesta y Cía., 1853 (reed. Valladolid, Imprenta y Librería de la Viuda de Cuesta é Hijos, 1889).

 

Fuentes y bibl.: Archivo de la Comisión General de Codificación, Sección 7.ª 2, 1, 28; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Sección Estado (Isabel la Católica), leg. 7508, doc. 94; Sección Fondos Contemporáneos (Magistrados y Jueces), leg. 4714, doc. 6690; Archivo Histórico del Senado, Expedientes personales, HIS-0493-03.

J. M. Antequera, La Codificación Moderna en España, Madrid, Imprenta de la Revista de Legislación, 1886, pág. 62; F. Herce y Vales, Biografías de los ex-Presidentes de la Academia y de los jurisconsultos anteriores al s. XX inscritos en sus lápidas, t. III, Madrid, La Real Academia de Jurisprudencia y Legislación al Instituto de Derecho Internacional, Imprenta de los Hijos de M. G. Hernández, 1911, págs. 199-203; F. de P. Momblanch y Gonzálbez, Cien abogados ilustres del Colegio de Valencia, Valencia, Colegio de Abogados de Valencia, 1961, págs. 103-104; A. Gil Novales (dir.), Diccionario Biográfico del Trienio Liberal, Madrid, Ediciones El Museo Universal, 1991, pág. 669.

 

Blanca Sáenz de Santamaría Gómez-Mampaso

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