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Santa Vicenta María López y Vicuña

Biografía

López y Vicuña, Vicenta María. Cascante (Navarra), 22.III.1847 – Madrid, 26.XII.1890. Fundadora de las religiosas de María Inmaculada para el Servicio Doméstico, santa.

Hija de José María López, abogado, y de Incolaza Vicuña. La llegada al mundo de Vicenta se produjo quince días después de la muerte de la primera hija del matrimonio, por lo que la bautizaron con los nombres de Vicenta María Deogracias Bienvenida.

Los primeros diez años los pasó en Cascante, donde su padre y un tío sacerdote de su madre, Joaquín García, le enseñaron las primeras letras y la doctrina cristiana.

Fue después a Madrid a fin de recibir una educación superior, donde vivió en casa de una tía suya, Eulalia Vicuña de Riega.

Con la creciente industrialización del país, muchas mujeres emigraban a los grandes centros urbanos, frecuentemente para trabajar como sirvientas. Su tía Eulalia y su hermano Manuel María Vicuña, también abogado, inauguraron La Casita —un cuarto alquilado con tres camas—, donde fundaron un hogar para ayudar a aquellas chicas desorientadas.

La obra de La Casita avanzó de la calle Luciente, a la de Rubio, a la del Humillado, a la plaza de San Francisco y, en fin, a la de San Miguel, pasando a denominarse ya, en 1876, la “Casa de las Sirvientas”, donde Vicenta María decidió consagrarse de por vida “a las jóvenes sirvientas” ante el obispo auxiliar de Toledo, más tarde cardenal, Ciriaco María Sandía y Herrás.

Para la fundación de su Instituto del Servicio Doméstico, encontró siempre la colaboración de los jesuitas de Madrid. Primero el padre Medoano y después Isidro Hidalgo supieron animarla y comprenderla, el primero cuando Vicenta María era todavía seglar y el segundo cuando hizo de La Casita un instituto religioso.

Este último fue director y consejero de la santa, recibió sus últimos votos, le administró el viático y asistió a su muerte el 26 de diciembre de 1890, así como el confesor y director de la primera comunidad (fundada en 1876) hasta su muerte en 1912. En todas las ciudades donde se instalaron las casas del nuevo instituto, Vicenta y sus religiosos encontraron el apoyo incondicional de los jesuitas. En Zaragoza, por ejemplo, donde Vicenta fundó casa en 1877, los padres Puyol, Mach y Lluch y Garriga le ayudaron a redactar las reglas y le recomendó a su hermano el arzobispo para que la dejara fundar en Sevilla.

Vicenta vislumbró un porvenir sobre la mujer distinto del tradicional y escribió: “Deberás poner en práctica todo lo que el tiempo vaya enseñando para el mayor bien de la juventud” (Constituciones: 275). El papa Pablo VI, el 25 de mayo de 1975, la elevó a los altares. Su obra se halla extendida por cuatro continentes: Europa, Asia, África y América.

 

Bibl.: J. Pons, Vida de la reverenda madre Vicenta María López y Vicuña, angelical fundadora del Instituto de las Hijas de María Inmaculada para el servicio doméstico, Barcelona, 1918; J. A. Llamas, “López y Vicuña, Vicenta María”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, págs. 1345-1346.

 

Francisco Rodríguez de Coro, SDB

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