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Bernardo del Campo y Pérez de la Serna

Biografía

Campo y Pérez de la Serna, Bernardo del. Marqués del Campo (I). Belorado (Burgos), IX.1728 – Madrid, 24.III.1800. Consejero de Estado y diplomático.

Hijo de Vicente del Campo, nació en Belorado, villa cercana a Burgos, en septiembre del año 1728. Estudió en el Colegio del Sacromonte de Granada.

En 1748 fue enviado por el secretario del Despacho de Estado, José de Carvajal, a servir bajo las órdenes de Jaime Masones de Lima, plenipotenciario español en el Congreso de Aix-la-Chapelle; y, al año siguiente, bajo las de Ricardo Wall, entonces embajador en Gran Bretaña. Estaba en Londres cuando fue nombrado oficial de segunda clase de la Contaduría de Marina de Cádiz (23 de junio de 1752), y después de primera (21 de marzo de 1754). Pese a ello permaneció en la embajada, primero a las órdenes de Wall y, tras la marcha de éste, del encargado de negocios Félix José Abreu. Allí se encontraba cuando fue llamado a Madrid para ocupar la plaza de oficial séptimo de la Secretaría del Despacho de Estado (4 de noviembre de 1757). El 18 de febrero de 1758 abandonó Londres. Ya en la Primera Secretaría del Despacho ascendió a oficial quinto (15 de abril de 1758), cuarto (14 de enero de 1760), tercero (20 de enero de 1763), segundo (29 de julio de 1766), mayor segundo (20 de octubre de 1767) y mayor primero (21 de noviembre de 1773). Supo ganarse la confianza del ministro Grimaldi, a quien siempre se mantuvo fiel. E incluso parece que intervino decisivamente en la elección de su sucesor, pues, según Coxe, tras presentar Grimaldi su renuncia a Carlos III, el Monarca le concedió la gracia de elegir a su sustituto y, aconsejado por su oficial mayor Bernardo del Campo, propuso para el Ministerio al conde de Floridablanca. El 9 de noviembre de 1776 fue aceptada oficialmente la dimisión de Grimaldi, unos días antes (2 de octubre) Bernardo del Campo había dejado la Secretaría al ser promovido al cargo de secretario interino de Estado y Gobierno del Consejo de Estado. El 3 de octubre recibió los correspondientes honores y tratamiento de secretario y tomó posesión de la plaza, que ya ocupaba por haber sido habilitado para servirla en ausencia de su propietario, el marqués de Llano (6 de septiembre de 1773).

Dotado de una fina percepción psicológica, también gozó de la absoluta confianza de Floridablanca, quien, el 12 de enero de 1783, le nombró enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en Gran Bretaña, en un momento extremadamente delicado, pues acababan de firmarse los Preliminares de paz entre España e Inglaterra (20 de enero de 1783), que fueron ratificados el 3 de septiembre de 1783 —estando ya en Londres Bernardo del Campo—, con la firma en Versalles del definitivo Tratado de Paz. Salió de Madrid el 6 de febrero, con orden de pasar por París para cambiar impresiones y transmitir ciertas informaciones al conde de Aranda, plenipotenciario para la firma del tratado definitivo. Llegó a Londres el 21 de marzo y presentó sus credenciales ante Jorge III tres días después. Del Campo manifestó al monarca inglés que se encontraba allí para renovar la amistad y correspondencia entre ambas Cortes y, como plenipotenciario, para ultimar algunos aspectos, fundamentalmente relativos al comercio, que habían quedado pendientes en los Preliminares.

Durante su estancia en Londres obtuvo la titularidad de la citada Secretaría de Estado y Gobierno del Consejo de Estado (28 de octubre de 1785), al ser nombrado su hasta entonces propietario, el marqués de Llano, embajador en Viena (26 de octubre de 1785). Pese a tal nombramiento permaneció en aquella Corte, por lo cual fue habilitado para servir su plaza el, hasta entonces, oficial mayor de la Primera Secretaría, Eugenio de Llaguno Amirola.

La misión de Bernardo del Campo en Londres culminó el 14 de julio de 1786 con la firma de la Convención entre Inglaterra y España, lo que supuso el final de su gestión diplomática. Sin embargo, no abandonó la capital británica, pues el 16 de septiembre de 1787 fue elevado a la categoría de embajador, cesando entonces en su plaza del Consejo, que ocupó en propiedad Llaguno. En los años siguientes se mantuvo al frente de los negocios de Londres, salvo una ausencia por permiso desde el 21 de julio de 1788 hasta finales de noviembre de 1789; durante ese tiempo quedó encargado de negocios Francisco de Mollinedo.

El 12 de febrero de 1795 fue trasladado a la embajada de Viena, pero no llegó a incorporarse porque a finales del mismo año Godoy le comunicaba que el Rey había resuelto enviarle con el mismo carácter a la República francesa (16 de octubre de 1795). Presentó sus cartas credenciales en París el 25 de marzo de 1796. El 12 de noviembre de 1797 fue nombrado consejero de Estado y al año siguiente cesó en sus funciones en Francia (29 de mayo de 1798), siendo sustituido por el conde de Cabarrús, junto al que permaneció, sin embargo, hasta 1799. El 11 de septiembre de ese año abandonó París y emprendió viaje de regreso a España. Durante el camino contrajo una grave enfermedad cerebral de tipo apopléjico, que finalmente fue la causa de su muerte. Llegó a Madrid a principios del año 1800 y falleció el 24 de marzo siguiente.

En atención a sus méritos y servicios, en la primera promoción de investidura de caballeros y de ministros seculares de la Real y Distinguida Orden española de Carlos III, había sido investido caballero pensionista y secretario de la misma (7 de diciembre de 1771).

Juró el cargo en manos del ministro Grimaldi y lo desempeñó hasta su salida a Londres en 1783. Además, como recompensa por los dilatados servicios prestados en la firma de la Convención de 1786 con Inglaterra, Carlos III le concedió título de Castilla, con denominación de marqués del Campo, para sí y sus sucesores.

El 6 de febrero de 1787 recibió el título, cancelándose en esa fecha el vizcondado previo de Laserna. Al no tener hijos, le sucedió su sobrino José Calderón y Jaén.

Hombre de genio pronto y de personalidad acusada, cristiano y católico por convicción, trabajador constante e infatigable, se entregó de lleno a los trabajos oficiales que le fueron encomendados, y quizá fue ésta la razón de que permaneciese célibe. En opinión de Mario Hernández Sánchez-Barba, “su vida representa una entrega total y apasionada al servicio de España”.

 

Bibl.: W. Coxe, España bajo el reinado de la Casa de Borbón. Desde 1700 en que subió al trono Felipe V hasta la muerte de Carlos III acaecida en 1788, trad. y notas de J. de Salas y Quiroga, Madrid, Est. Tipográfico de D. F. de P. Mellado, 1846-1847, 4 vols.; M. Hernández Sánchez-Barba, “La paz de 1783 y la misión de Bernardo del Campo en Londres”, en Estudios de historia moderna, t. II (1952), págs. 179-229; J. A. Álvarez de Baena, Hijos de Madrid, t. I, Madrid, Atlas, 1973; J. A. Escudero, Los orígenes del Consejo de Ministros, Madrid, Editora Nacional, 1979, 2 vols.; F. Barrios, El Consejo de Estado de la Monarquía española 1512-1812, Madrid, Consejo de Estado, 1984; B. Badorrey, Los orígenes del Ministerio de Asuntos Exteriores (1714-1808), Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores, 1999; J. P. Alzina, Embajadores de España en Londres. Una guía de Retratos de la Embajada de España, Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores, 2001; A. Ceballos-Escalera y Gila y F. García-Mercadal y García-Loygorri, Las Órdenes y Condecoraciones civiles del Reino de España, Madrid, Boletín Oficial del Estado, 2003.

 

Beatriz Badorrey Martín

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