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Josep Xifré Mussach

Biografía

Xifré Mussach, Josep. Vic (Barcelona), 17.I.1817 – Cervera (Barcelona), 3.XI.1899. Claretiano (CMF), tercer superior general de la Congregación de Misioneros Hijos del Corazón de María.

Josep Xifré i Mussach nació en Can Sibiu, una masía muy pobre de la Plana de Vic, el 19 de febrero de 1817. Recibió el bautismo al día siguiente, y el 2 de noviembre del mismo año fue confirmado por el obispo fray Ramón Strauch Vidal. Sus padres, Josep y Teresa, y los demás parientes eran braceros o hijos de braceros. Josep Xifré cursó todos estudios en el Seminario de Vic, como alumno externo. En los años de Filosofía y Teología vivió durante el curso en alguna de las muchísimas masías de la Plana de Vic, donde, a cambio de cama y mesa, ejercía de maestro de los niños de la casa. Convencido de que el carlismo confesaba la causa de Dios, estuvo tentado de alistarse como voluntario en las filas carlistas. Pero superó la tentación. En los cinco meses que pasó en Roma recibió todas órdenes clericales. El 16 de febrero de 1840 recibió la ordenación sacerdotal, previa dispensa de edad. El 19 de marzo celebró en familia su primera misa en Vic.

Su primer destino como sacerdote fue el de vicario primero en Prats de Lluçanès (1843- 1847) y luego en Sant Quirze de Besora, alternando las atenciones parroquiales con la oración, el estudio y la predicación. Antón Claret le llamó para formar parte de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María que fundó el 16 de julio de 1849 con otros cinco presbíteros. Cuando el fundador fue preconizado arzobispo de Santiago de Cuba, monseñor Josep Xifré le suplió en diversos ministerios que él tenía comprometidos, como la Misión de Balaguer, y, buen moralista como era, preparó por encargo suyo una nueva edición del Prontuario de teología moral de Lárraga (1850) Al partir para su diócesis, Claret encargó la dirección del Instituto al padre Esteve Sala. A la muerte de éste, le sustituyó el padre Xifré, elegido el 1 de mayo de 1858. Y ya no dejó el cargo hasta su muerte en 1899: fue reelegido por mayoría absoluta en los diversos capítulos generales de elecciones.

Como director general el padre Xifré se dedicó a estructurar primero la vida interna de la Comunidad y luego a procurar su expansión. Para lo primero convocó Juntas Generales en Vic en 1858, y en Gràcia en los años 1862 y 1864 con la asistencia activa del arzobispo fundador. Ambos elaboraron definitivamente las Constituciones, que fueron aprobadas por Pío IX en 1870 y fueron transformando la primitiva asociación de sacerdotes en Instituto religioso. Xifré logró además que el arzobispo Claret legase a la Congregación su autobiografía, que expresa al vivo el ideal de lo que deben ser sus misioneros. El padre Xifré contó siempre con el apoyo moral, espiritual y económico del fundador.

En orden a la expansión, Xifré publicó una Instrucción sobre lo que eran y pretendían los misioneros (1862). En poco tiempo el grupo de Vic pasó de diez componentes a setenta y nueve, con lo cual el Instituto ya pudo establecerse en la entonces villa de Gràcia, Segovia, Huesca, Jaca y La Selva del Camp.

La revolución septembrina expulsó de España a la reina Isabel II y a su confesor, el arzobispo Claret. Éste, después de participar en Roma en el Concilio Vaticano I, murió en el Monasterio Cisterciense de Fontfreda (23 de octubre de 1870). La revolución frenó, pero no detuvo la expansión del Instituto. El padre Xifré con unos cuantos compañeros se refugió primero en Perpinyà, y luego en Prada de Conflent, poblaciones francesas de habla catalana. Contra lo que era de esperar, acudieron a Prada tantos candidatos que muy pronto hubo que trasladar el seminario a Tuïr. Y mientras los misioneros expulsados de sus casas se agrupaban en pequeños núcleos en Vic, Ávila, La Isla (Cantabria), Solsona, Huesca, Sobremunt, Sau y Olost, otros ya pudieron establecer sendas fundaciones Argel (1869) y en Santiago de Chile (1870).

El padre Xifré visitó con frecuencia los núcleos misioneros de España y de Argel. En 1871 emprendió su primer viaje a Chile para visitar a los misioneros allí establecidos y repitió la visita sucesivamente en los años 1874, 1879, 1880, 1888, 1893. El viaje de 1880 fue especialmente dramático: después de dejar a los misioneros en la nueva fundación de Santiago de Cuba, él continuó hasta Chile. Al regresar a Tuïr el padre Xifré se enteró de que entre julio y septiembre habían muerto siete de los nueve compañeros que había dejado en Cuba. En 1888 y 1893 antes de llegar a Chile, visitó a los misioneros establecidos en México desde 1883. Viajando en el vapor inglés Mendoza, entre Panamá y Guayaquil, empezó a escribir Crónica de la Congregación, en vistas a futura historia de la misma (21 de enero de 1893).

En cuanto las circunstancias lo permitieron, el padre Xifré recuperó las casas requisadas por la revolución en España y fundó sucesivamente en Alagón (1875), Alfaro (1875), Córdoba (1876), Madrid (1877), Solsona y Calahorra (1878), Canarias y Pamplona. Al ser expulsada de Francia la Congregación, igual que las demás congregaciones religiosas (1880), Xifré concentró a los estudiantes primero en Gràcia, luego en Santo Domingo de la Calzada y finalmente en el gran edificio de la ex universidad de Cervera. La Congregación alcanzaba los novecientos cinco miembros.

El padre Xifré consideraba vital para el desarrollo del Instituto librar a sus estudiantes del servicio militar conmutándolo con un servicio misionero en las colonias de ultramar, como tenían otros Institutos religiosos similares. Para ello necesitaba fundar en alguna colonia española. Cuando menos lo esperaba, el Gobierno español le ofreció las Misiones del golfo de Guinea (1883). El 5 de octubre de 1883 se embarcó en Barcelona la primera expedición a Fernando Poo, compuesta de doce misioneros, con el padre Ciríaco Ramírez al frente.

El padre Xifré visitó por vez primera aquellas misiones 1884. Repitió la visita en 1893, llegando hasta la isla de Annobon. La última fue en 1895. En el plan general de evangelización trazado por el padre Xifré entraba aprender, cultivar y promover las lenguas indígenas con gramáticas, diccionarios y catecismos; explorar el territorio, enseñar a los indígenas artes y oficios y a cultivar la tierra. La Misión velaba también por mantener la soberanía española comprometida por la ambición de Francia y la incomprensible pasividad de las autoridades españolas. Fueron frecuentes los roces entre los gobernadores civiles y la Misión. El más enojoso fue el que culminó en un notable debate en el Congreso de Diputados en Madrid. El padre Xifré continuó la expansión del Instituto con nuevas fundaciones en Toluca, León y Ciudad de México, en Roma y Valmaseda, Santo Domingo de la Calzada, Madrid (1885), Lérida, Bilbao, Jaén, Plasencia, Cervera.

En 1895 el padre Xifré ya contaba con 1159 misioneros. Con ellos mantuvo y amplió las fundaciones anteriores y abrió otras nuevas: Almendralejo, Don Benito, Calatayud, Medina de Rioseco, Ciudad Rodrigo, Valladolid, Ciudad Real, Écija, Santa Cruz de Tenerife, Aranda de Duero, Olesa de Montserrat y Sabadell en España; Guanajuato y Puebla en México; Linares y Andacollo en Chile; Sâo Paulo y Campinas en Basil; Fosco y San Felice en Italia; Aldeia da Ponte en Portugal.

Como director general convocó una junta general de superiores en La Selva del Camp (1881) y el capítulo general de Madrid (1888). Impulsó también la publicación del Boletín Religioso (1886), pronto convertido en Anales de la Congregación, como una plataforma desde donde ejercer periódicamente su magisterio. Con sus frecuentes circulares —unas 128— el padre Xifré mantenía activa la vida espiritual de la Congregación y colmaba las lagunas legislativas de las Constituciones. Unos años antes había plasmado su magisterio en El espíritu de la Congregación (1867), obra que pudo ver y aprobar el santo fundador. Además dirigió con frecuencia a las diversas comunidades los ejercicios espirituales, en que era un verdadero especialista. Completó su magisterio con otros escritos: los de mayor fuste son el Cleri socius (1867) totalmente en latín destinado a alimentar la piedad sacerdotal y La Gracia divina (1899), un devocionario sólido y completo, que publicó unos meses antes de morir.

El padre Xifré, carlista por sentimiento y por convicción, hubo de enfrentarse a la espinosa cuestión del integrismo en la década de 1880. Pero cuando el carlismo derivó en integrismo y propició la lamentable división de los católicos españoles, él, superando sus querencias personales, se atuvo sin vacilar a las orientaciones del Papa, a pesar de las fuertes presiones de dentro y de fuera. Esta actitud clara y valiente mereció al padre Xifré el elogio del papa León XIII.

El padre Xifré, devoto admirador del santo fundador el arzobispo Claret, impulsó su causa de beatificación (1887) y la personalmente en Roma en diciembre de 1890. Con su tenacidad consiguió también trasladar los restos del venerable fundador de Fontfreda a Vic (1897), En un capítulo general extraordinario, celebrado en Cervera (1895) procedió a la división de la Congregación en dos Provincias: la de Cataluña, presidida por el chileno padre Félix Alejandro Cepeda, y la de Castilla, por el padre Isaac Burgos. Los colegios y noviciados y las misiones de Guinea continuaron bajo la jurisdicción directa del gobierno general. Al año siguiente convocó un nuevo capítulo en Santo Domingo de la Calzada para evaluar las ventajas y desventajas del nuevo régimen y deslindar mejor las diversas competencias entre el gobierno central de la Congregación y las provincias.

La acción de gobierno y los constantes viajes del padre Xifré no se vieron frenados por la larga cadena de enfermedades, algunas de ellas gravísimas, que le acompañaron durante toda su vida.

El gobierno del Instituto se le hizo especialmente difícil en los últimos años de su vida. Dentro del Instituto algunos, que juzgaban su modo de gobernar demasiado personal y autoritario, presentaron ante los organismos romanos diversas quejas contra el Superior general. Incluso detectaron numerosos actos de gobierno poco conformes con las normas del Derecho. Pero nadie cuestionó jamás la integridad moral y la altura de miras del padre Xifré. Unos meses antes de morir, en junio de 1899, acudió personalmente a Roma para subsanar las presuntas o reales irregularidades. La subsanación fue concedida en términos amplísimos, sin dificultad alguna y en cuestión de quince días: prueba evidente de que los hechos imputados carecían de la importancia que se le quiso dar.

El día 1 de noviembre de 1899, el padre Xifré llegó a Cervera, trató los asuntos de gobierno con sus consultores, predicó por espacio de media hora a aquella numerosa comunidad, y día 3 al mediodía, recibidos los santos sacramentos expiró plácidamente.

En 1917, centenario de su nacimiento, el retrato del padre Xifré fue colocado en la Galería de Vicenses Ilustres en la sala de la Columna del Ayuntamiento de Vic. Este retrato, retirado en el año 1936, fue repuesto en la misma galería en el año 1947. En el año centenario de su muerte, 1999, fueron depositados sus restos junto al sepulcro del fundador san Antonio María Claret en Vic.

El claretiano Isaac Retes, autor del retrato mencionado, describía así los rasgos físicos del padre Xifré: “Era, dice, un verdadero gigante de acero. Alto, muy alto, algo encorvado, enjuto de carnes y de tez morena, ojos vivos y penetrantes, nariz aguileña, dominadora, boca arqueada y no pequeña, cejas pobladas y frente elevada, cual potente fachada de un gran talento. Nota genuina y característica fue el no tener una sola línea o rasgo horizontal”. Xifré fue en parte víctima de su físico imponente. Él mismo lo reconocía en una circular: “Es tan serio y grave —dicen— que nadie se atreve a manifestarle su corazón, ni aun los Consultores; se hace siempre lo que él quiere. Va siempre tan aprisa que no hay ocasión de poderle hablar”. Y respondía con una punta de humor: “Sentimos tener un físico o exterior que infunda temor o respeto excesivo; mas no es culpa nuestra, ni lo podemos remediar; creemos, no obstante, que dispensamos bastante libertad para hablarnos, y que franqueamos nuestro corazón a todos cuanto nos es dado. Efectivamente, el padre Xifré era un hombre de gran corazón, especialmente con los más pequeños de la Comunidad.

Como escritor, su estilo transparenta un pensamiento rectilíneo, austero, una lógica implacable, difícilmente rebatible, argumentación fundada en argumentos bíblicos, teológicos o de sentido común, exclamaciones y epifonemas.

Gozó de merecido prestigio y estima ante los nuncios de la Santa Sede en España y de muchos obispos, que le consultaban asuntos importantes. Destaca especialmente su amistad con el cardenal secretario de Estado Mariano Rampolla, nombrado protector de la Congregación de los Misioneros, y con el también cardenal arzobispo de Valladolid Antonio María Cascajares Por su magisterio espiritual y por su larga acción de gobierno, el padre Xifré mereció justamente el título de segundo fundador de la Congregación. Al empezar su primer período como director general contaba con diez o doce misioneros y una sola casa, y al morir dejaba con más de 1316, distribuidos en unas cincuenta casas en Europa, África y América Latina.

 

Obras de ~: Reglas per donar ab fruyt los exercicis a tota classe de personas y per fer bé la Santa meditació, Vic, Arxiu Claret, 1854; Directorio Espiritual para los Misioneros de la Congregación de Misoneros del Indo. Corazón de María, Vic, 1858; Noticia de algunos documentos principales pertenecientes a la Congregación de Misioneros del Indo. Corazón de María, Vic, Barjau, 1861; Documentos utilísimos a los Hijos del Indo. Corazón de María para el tiempo de Misiones, Vic, Anglada, 1862; Instrucción importantísima para los aspirantes a la Congregación de Misioneros del Inmaculado Corazón de María, Bol. Ecclo de Vic, Lleida, Segovia, Revista Católica, 1862, 1864, 1865; Metodo pràctich per aprendrer oratoria sagrada, Vic, Anglada, 1863; Método práctico para aprender con facilidad la acción, tonos y puntuación de la Oratoria Sda. Vic, Anglada, 1863; Instructio pro examine personali eorum qui in Congregationem missionariorum Immaculati Cordis B. M. V. admitti possunt Barcelona, 1864; Cleri socius seu manuale sacerdotum, plura complectens perutilia pietatis exercitia ac scitu magis necessaria, ut status sui propriam perfectionem assequantur et sacri ministerii muneribus rite fungantur. Opusculum elucubratum et publici juris factum, accurante Josepho Xifré, Pbro. Congregationis Missionariorum Immaculati Cordis V. M. V., Vici apud Lucianum Anglada, Bibliop. et typograph. anno a Nativitate Domini, 1867; Espíritu de los Misioneros Hijos de la Congregación de Misioneros del I. C. de M. o sea Directorio y Manual de los mismos, dividido en tres partes, conteniendo la primera los medios de la propia santificación; en la segunda: Las reglas especulativo prácticas para dar con acierto misiones y ejercicios; y en la tercera: las materias que al efecto se requieren, Vic, Anglada, 1867 (Madrid, 1892, 2.ª ed. notablemente ampliada); Manifestación de la verdad y de la justicia, Barcelona, Tipografía Católica, 1877; Reglas especulativo prácticas para hacer con fruto la meditación y para dar con fruto ejercicios espirituales a toda clase de personas y misiones a los pueblos. Parte segunda, Barcelona, Librería Religiosa, 1880; Breves apuntes y materias predicables para uso de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. Parte tercera, Barcelona, Librería Religiosa, 1885; Norma de la cuenta semestral que según las disposiciones capitulares debe darse al Rmo. P. Superior general, en los meses de junio y diciembre, Madrid 26 de febrero de 1890; Relación sumaria de la Congregación de los Misioneros Hijos del Corazón de María, Madrid, 5 de marzo de 1891, 1895; Arte de gobernar para uso de los superiores y demás individuos a quienes está confiado el cargo de dirigir a otros en nuestra Congregación Madrid, 1888 (Incorporado a El Espíritu, 1892); Avisos importantes a los profesores de nuestra Congregación, Cervera, 1889 (Incorporados a El Espíritu, 1892; Avisos importantes a los Estudiantes Profesos de la Congregación de Misioneros Hijos del Corazón de María, Madrid, 1890 (Incorporados a El Espíritu, 1892); “Biografía y datos para la Causa de beatificación del V. P. Claret, Arzobispo que fue de Santiago de Cuba”, en La Cruz, 1 (enero-junio de 1892), págs. 494-496; El Auxiliar de los Misioneros Hijos del Corazón de María o sea Reglas especulativo-prácticas para dar con fruto Ejercicios espirituales, Madrid, 1892; Colección de las circulares publicadas por el Rmo. P. José Xifré desde 1885 hasta 1892, Madrid, Imprenta de San Francisco de Sales, 1892; Auxiliar de los Misioneros, Madrid, 1892-1893, 2 vols.; Crónica de la Congregación, transcr. y ed. por Postius en Anales, 1915-1916, edición con el texto numerado en Vic, Arxiu Claret, 1988; Studia Claretiana XVII (1899), 21-93; Cuestiones canónico-morales referentes a Fernando Poo, Madrid, 1894; Resumen alfabético de las disposiciones vigentes contenidas en los Capítulos Generales y en las Circulares, Madrid, Imprenta de San Francisco de Sales, 1892 (Madrid, 1897); La divina gracia o sea Medios eficaces para adquirirla si no se tiene y para aumentarla si ya se tiene, Barcelona, Librería de Montserrat, 1899.

 

Bibl.: J. Roca y Ponsa, Oración fúnebre pronunciada por ~ en los solemnísimos funerales celebrados por el alma del Rmo. P. José Xifré [...], Bilbao, Librería del I. Corazón de María, 1900; M. Aguilar, Historia de la Congregación de Misioneros Hijos del I. Corazón de María, Barcelona, Librería Montserrat, 1901, 2 vols.; C. Serrat, Algunas notas sobre la vida del Rmo. P. J. Xifré. (inéd.) (en AGCMF BA 3/14); M. Aguilar, Biografía del Rmo.P. José Xifré y Mussach, Superior general de la Congregación de Hijos del Corazón Ido. de la Sma. Virgen María, págs. 85 (inéd.) (en AGCMF BA 3/13); M. Luna, Biografia, inèdita. AGCMF; A. Larraona, “Un aniversario de gloria Serie de artículos sobre el proceso de aprobación de las Constituciones”, en Anales (1916-1917); J. Postius, “Resumen de la vida del Padre Xifré”, en Ilustración del Clero, 9 (1917), págs. 34 y ss.; R. Ribera, Breve biografía del Rmo. P. José Xifré, Superior General de la Congregación de Misioneros Hijos del Ido. Corazón de María, Vic, Talleres Gáficos de Gerónimo Portavella, 1917; J. Puigdessens, El Rm. Padre Xifré. Conferència llegida en l’acte de la solemne colocació del seu retrat en la Galeria de Vigatans Ilustres celebrat el di 1er de Gener de 1924, en el Saló de la Columna de la Casa del Ajuntament de Vich, Vic, 1924; L. Pujol, Semblanza de un héroe o breve estudio biográfico-psicológico del Rmo. P. José Xifré Mussach, confundador de los MM. HH. del Ido. C. de María, con motivo de su reposición en la Galería de Vicenses ilustres, Vic, 1947; C. Fernández, Misiones y Misioneros en la Guinea Española, Madrid, Coculsa, 1962; C. Fernández, La Congregación de los Misioneros Hijos del Ido. Corazón de Maria. Noticia e historia documentada de sus primeros sesenta y tres años de existencia (1849-1912), Madrid, Coculsa, 1967; M. Sedano, El Padre Xifré y la Congregación Claretiana ante la división de los católicos españoles, tesina de licenciatura, Roma, 10 de mayo de 1986 (pro ms.); J. Sidera Plana, “El viaje de Claret y Xifré a Roma”, en Arxiu Claret, III (1990-1992), págs. 36-40, 41-52 y 81; A. Bellella Cardiel, Orígenes de la división en Provincias de los Misioneros Claretianos, tesina de licenciatura, Roma, 1992, pág. 148; E. Canals, José Xifré y las “Misiones del Golfo de Guinea”, Barcelona, Claret, 2000; C. Fernández, Historia de la Congregación (inéd.) AGCMF.

 

Jaume Sidera Plana, CMF

 

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