Martínez Vázquez, Eduardo. Fresnedilla (Ávila), 9.V.1886 – Madrid, 10.XII.1971. Pintor.
Hijo mayor de Eduardo Martínez Gelaber y de Martina Vázquez López. El padre fue médico. La familia vivió en Fresnedilla, después en Mirandilla (Badajoz), y en 1896 estaban en Paracuellos del Jarama, cerca de Madrid, lugares en los que pasó su niñez y se incubó su vocación de pintor, que mantuvo viva con una dedicación plena al dibujo. Aunque los deseos de ser pintor no eran del agrado del padre, éste decidió llevar a Eduardo a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid; la calidad de los dibujos que presentó fueron sus mejores credenciales para ingresar cuando tenía quince años. Tuvo como condiscípulos a Bertuchi, Zubiaurre, Solana Hermoso, Robledano y otros muchos. Y como profesores a Cecilio Pla, Garnelo, Moreno Carbonero y Muñoz Degrain entre otros maestros del arte, aunque él se alineó más con este último.
Los inicios de su larga vida artística coincidieron con el cambio del siglo XIX al XX, años en que todavía se respiraba el romanticismo. En París donde manaban los nuevos estilos artísticos, las galerías mostraban cuadros impresionistas y otras novedades; eran los inicios del arte contemporáneo. En España los grandes lienzos pintados con temas de historia eran los que ganaban en las exposiciones nacionales. Martínez Vázquez se comprometió con las nuevas formas, decidiéndose, sobre todo por el paisaje. En este ambiente pictórico, atento a las evoluciones artísticas, compitió en exposiciones nacionales ganando muchos premios.
En 1912 contrajo matrimonio con Consuelo Díaz y se estableció en Madrid. Del matrimonio nacieron dos hijos. Expuso en Bilbao y Madrid con buena crítica, por lo que afianzó su parcela en el mundo de la pintura. En 1915 fue nombrado profesor auxiliar de Paisaje en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y recibió la Encomienda de Isabel la Católica.
Su preocupación por el paisaje lo movió a viajar buscando espacios naturales bellos, recorrió Gredos embelesado por sus pueblos y su accidentada geografía.
Trabajó sin cesar; las galerías de Madrid, Bilbao y Barcelona fueron testigos de su triunfo artístico. Entre tanto gozo conoció también el dolor, porque en 1919 murió su esposa. Tal vez el vacío que le quedó lo llenó pintando sin parar. Sus numerosos cuadros eran triunfos seguros allí donde se exponían. En 1921 contrajo segundo matrimonio con Gloria Fraile, oriunda de la zona de Gredos, por lo que el pintor se acercó más al paisaje serrano que refleja en sus cuadros repetidas veces. Del matrimonio nacieron tres hijas y un hijo. Sin saciarse de Gredos, buscó otros horizontes por Andalucía. Luego París, donde estudió la obra de los impresionistas.
Finalizada la Guerra Civil, ganó por oposición la cátedra de Paisaje de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, simultaneando la docencia y el trabajo particular. En 1941 desempeñó el cargo de director de la Residencia de Paisajistas de El Paular. Más tarde dirigió la Residencia de Pintores de Segovia. A principios de la década de 1940 viajó por Marruecos, dejando sus tierras y paisajes impresos en los lienzos. Expuso en toda España, por lo que su reconocimiento fue a más, prueba de ello son los continuos homenajes y títulos que recibió: Cruz de Alfonso X el Sabio en 1945; académico de la Real Academia de Bellas Artes de Sevilla; presidente de la Asociación de Pintores y Escultores; socio de honor del Círculo de Bellas Artes de Madrid, etc. El 18 de enero de 1959 ingresó como académico en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Siguió trabajando con maestría plena hasta 1956, cuando sufrió una enfermedad que le impidió pintar. Todavía vivió saboreando sus recuerdos hasta su fallecimiento, el 10 de diciembre de 1971.
Hombre culto, amante de la poesía, conocía bien a Bécquer y a Machado; leía a Valle-Inclán y a Unamuno, era amigo de Pérez de Ayala. Admiraba la naturaleza que ensalzó con su pintura. Se le puede considerar como un humanista que enaltece el costumbrismo a través de escenas de la vida de las gentes del pueblo. Paisaje y pueblo se muestran en sus lienzos en un alarde de técnica y dominio de luz y color. Su romanticismo asimilado se cubre con un impresionismo de pinceladas densas, dominado plenamente, que convive con un postimpresionismo de trazos gruesos y oscuros e incluso abocado hacia el fauvismo.
Obras de ~: Casas de La Adrada, 1906; Hospitalillo de Escalona, 1912; Sinfonía de color, 1912; Un molino del Tiétar, 1913; Procesión de pueblo, 1913; Rocas en la playa, 1914; La catedral de Toledo, 1916; Las cabras, 1916; Cabrera, 1918; La boda, 1918; El baile, 1918; Velatorio, 1918; Grises, 1918; Picos de los Galayos, 1919; La Andalucía de Ávila, 1919; La ría de Bilbao, 1920; Marina, 1921; Puente de San Agustín, 1921; El Generalife, 1921; Del Albaicín, 1921; El tajo de Ronda, 1921; La perla de Gredos, 1921; Las mozas castellanas, 1922; Otoño, 1923; Crepúsculo, 1923; Las nieves del Cirbunal, 1924; Barrio de la Sinagoga, 1925; La Rondeña, 1926; Primavera, 1931; Aldea gallega, 1934; Estudio del pintor, 1942; Jardín Botánico, 1942; Hoz del Huécar, 1943; Ronda, 1944; Callejón de Xauen, 1945; Calle del Retablo, 1946; Las Posadas, 1947; Paisaje castellano de Segovia, 1948; Tronco centenario, 1950; Puerta de San Vicente, 1951; Valle de Amblés, 1952; Barrio de San Justo, 1953; Río Guadalquivir, 1956.
Escritos: La pintura de paisaje y su gozoso recreo espiritual. Discursos leídos ante la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en la recepción pública de ~, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1959.
Bibl.: J. Francés, “Semblanza del autor”, en E. Martínez Vázquez, La pintura de paisaje y su gozoso recreo espiritual. Discursos leídos [...], op. cit.; M. Antolín Paz, Eduardo Martínez Vázquez: 1886-1971, catálogo de exposición, Ávila, Obra Cultural de la Caja de Ahorros, 1986; VV. AA., Eduardo Martínez Vázquez (1886-1971): Museo Municipal, marzo-mayo 1996, catálogo de exposición, Madrid, Área de Cultura, Educación, Juventud y Deportes, 1996.
Francisco Vázquez García