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Alonso de Monroy

Biografía

Monroy, Alonso de. Salamanca, c. 1510 – Lima (Perú), 1546. Conquistador.

Hijo de Cristóbal de Monroy y de Constanza Gómez de Grado, de familia de hidalgos. Al parecer recibió cierta educación, pues sabía firmar y escribir. Se embarcó en Sanlúcar de Barrameda rumbo a Perú el 24 de marzo de 1537.

Estaba en Arequipa en 1539, donde aparece asociado con Pedro de Valdivia, junto con Francisco Martínez y Cristóbal de la Peña para la organización de la expedición a Chile. Así se desprende de la escritura por la cual se hizo codeudor solidario de la deuda que contrajo un tal Mizer Francisco y el poder que Valdivia, Monroy y los demás le dieron para la compra y envío de pertrechos.

Fue uno de los siete españoles que salieron de Cuzco en la expedición de Valdivia, ocupando un lugar secundario en la hueste. Estando en Atacama, Monroy abogó a favor de Pero Sancho de Hoz cuando éste fue acusado de traición, consiguiendo que fuera perdonado, una acción que le valió el aprecio de Valdivia.

Después de que fuera proclamado gobernador de Su Majestad por el Cabildo y vecindario de Santiago, Valdivia lo nombró teniente general de la nueva gobernación con fecha 20 de julio de 1541. El nombramiento revela el aprecio que le tenía su jefe, a la vez que evitaba las envidias y rivalidades que se habrían generado en el caso de haber nombrado a uno de los caudillos de la hueste.

En su calidad de teniente, Monroy alertó a Valdivia, que se encontraba en Concón, sobre la conspiración tramada en contra suya. Por el mismo tiempo, los indígenas organizaban un levantamiento general contra los españoles. En un esfuerzo para impedirlo, Valdivia salió de Santiago para impedir la reunión de sus fuerzas, dejando a Monroy con treinta y dos jinetes y dieciocho infantes a cargo de la ciudad. Aprovechando esta circunstancia los indios atacaron la nueva fundación el 11 de septiembre de 1541; los españoles lograron repelerlos, pero la ciudad fue arrasada e incendiada, y Monroy y los demás defensores quedaron heridos de mayor o menor gravedad.

La necesidad de conseguir refuerzos de Perú era imperativa para la subsistencia del asentamiento español.

Pese a los peligros que implicaba, Monroy y otros cinco jinetes emprendieron el viaje a finales de 1541.

Para facilitar el transporte del oro con que se comprarían los auxilios, y para mostrar la riqueza de la nueva tierra, se hicieron fundir de este metal las estriberas de las monturas, las guarniciones de las espadas y un par de copas.

En el valle de Copiapó los indios dieron muerte a cuatro del grupo, salvando solamente Monroy y Pedro de Miranda, que quedaron cautivos del cacique de ese valle. Después de tres meses, lograron escapar a caballo junto a otro español que había sido apresado anteriormente. Llegados a Perú por septiembre de 1542, Monroy y su compañero se dirigieron a Porco, donde tenían amigos. Allí, el sacerdote Gonzalo Yánez le prestó dinero y convino en acompañarlo a Chile. Fue bien acogido por el gobernador Cristóbal Vaca de Castro, quien regresaba a Cuzco después de su victoria en Chupas, si bien no proporcionó mayores auxilios para los españoles de Chile.

En Cuzco, Monroy obtuvo un préstamo de Cristóbal Marín de Escobar, vecino de esa ciudad, y cedió a Alonso de Escobar, hijo de este último, los indios que se le habían encomendado en Chile, tanto como garantía del dinero como para incentivarlo para que fuera a Chile. En Arequipa, Monroy encontró la colaboración del mercader Lucas Martínez Vegazo, encomendero de Tarapacá, quien envió a Chile un navío, el Santiaguillo, con víveres, armas y mercaderías que pensaba vender con buenas ganancias. En él se embarcaron Diego García de Villalón y Alonso de Galiano, llegando a Valparaíso en septiembre de 1543. Entretanto, él, junto con setenta jinetes, viajó por tierra a Santiago, adonde llegó el 20 de diciembre de ese año.

Estando en Perú, Monroy había escrito al Rey (6 de abril de 1543) informándole del estado de la conquista de Chile y de los sacrificios que se había impuesto para enviar socorros a Valdivia. Esta carta tuvo por respuesta una Real Cédula de 15 de marzo de 1544 encareciéndole que continuase sirviendo con igual celo y que recibiría alguna merced en recompensa.

Por su parte, Vaca de Castro le había despachado una provisión de gobernador de Chile para el caso de que Valdivia hubiera fallecido.

En Chile, Monroy reasumió las funciones de teniente gobernador y recibió encomienda de indios en Santiago, después de que Valdivia redujera el número de éstas de sesenta a treinta y dos. En septiembre de 1545 partió de nuevo a Perú en busca de socorros, quedando la posibilidad que fuera a España, para lo cual Valdivia escribió al Rey desde La Serena recomendándolo como persona de pleno crédito.

Según Thayer Ojeda, Monroy falleció al poco de llegar a Lima en 1546.

 

Bibl.: C. Errázuriz, Historia de Chile. Pedro de Valdivia, t. I, Santiago, Imprenta Cervantes, 1911; T. Thayer Ojeda, Formación de la Sociedad Chilena y censo de la población de Chile en los años de 1540 a 1565, Santiago, Prensas de la Universidad de Chile, 1939, 3 vols.; T. Thayer Ojeda y C. J. Larraín, Valdivia y sus compañeros, Santiago, Academia Chilena de la Historia, 1950; V. M. Barriga, “Algunos documentos relativos a don Pedro de Valdivia”, en Revista Chilena de Historia y Geografía, n.º 115 (1950), págs. 16-39; S. Villalobos, Historia del pueblo chileno, t. I, Santiago, Instituto Chileno de Estudios Humanísticos, 1980.

 

Ricardo Couyoumdjian Bergamali

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