Sempronius Gracchus, Tiberius. Ti(berius ) Sempronius P(ubli) f(ilius) Ti(beri) n(epos) Gracchus. Italia, u. t. s. III a. C. – post 161 a. C. Político y militar romano.
Perteneció a una conocida familia senatorial con un buen número de personajes homónimos. Contrajo matrimonio con Cornelia Africana, hija de Publius Cornelius Scipio Africanus (Escipión el Africano, “el mayor”; 235-183 a. C.), y fueron padres de Tiberio y Cayo Graco, los conocidos reformadores de los años 133 y 123 a. C. respectivamente.
Su primera actividad pública conocida es su condición de embajador de los Escipiones ante Filipo de Macedonia el año 190 a. C. para asegurarse el paso por el Helesponto (Tito Livio, Historia de Roma [ab urbe condita], 37, 7, 11-14); de nuevo entre los años 185 y 184 a. C. participaría en una embajada en Grecia y ese segundo año ejerció el tribunado de la plebe.
Siendo triunviro el año 183 a. C. llevó a cabo la fundación (deductio) de la colonia itálica de Saturnia (Tito Livio, 39, 55, 9) y el año 182 alcanzó la edilidad como edil curul, siendo famosos sus elevadísimos dispendios para juegos, lo que llevó al Senado romano a limitarlos en el futuro (Tito Livio, 40, 44, 12).
El año 180 a. C. fue nombrado pretor-gobernador de la Hispania citerior como sucesor de Quintus Fulvius Flaccus, haciéndose cargo de la guerra en el valle del Ebro y en el resto de la Celtiberia. De hecho, sus éxitos militares y su habilidad para negociar con las comunidades locales debieron favorecer la prórroga de sus funciones con rango de procónsul (Tito Livio, 40, 47, 1) para los años 179 y 178 a. C.
Las campañas de Tiberius Sempronius Gracchus se conocen de forma irregular; es probable que comenzaran en la Baetica —con éxitos consecutivos en la toma de Munda y Certima—, para volver luego hacia la Meseta sur, donde Ercávica (Cerro de Santaver, Cañaveruelas, Cuenca) se puso del lado romano. Su actividad principal se centró en la Celtiberia, combinando sus acciones con las del pretor de la Ulterior, Lucius Postumius Albinus; aquí combatió junto al monte Cauno (mons Chaunus = Moncayo?) y liberó del asedio a la ciudad de Caravis (Tito Livio, 40, 40, 15; Appiano, Guerras ibéricas, 43), de localización desconocida. Al término de las campañas militares estableció diversos acuerdos con los Celtíberos (Tito Livio 40, 44, 4; Diodoro 29, 26; Estrabón, Geografía 3, 4, 13; Appiano, Guerras Ibéricas 43; etc.), llegando a firmar con ellos un pacto que tendría vigencia durante más de dos décadas; se desconoce el contenido exacto de lo acordado, pero a partir de las fuentes posteriores se puede deducir que contemplaba el pago de un tributo de más de dos millones de sestercios por parte de los indígenas, su obligación de entregar tropas auxiliares al ejército romano y su compromiso de no construir nuevas ciudades fortificadas; a cambio, repartió tierras a algunas comunidades. Fundó la ciudad de Gracchurris (Alfaro, Logroño) y restableció la de Iliturgi (Cerro Máquiz, Mengíbar, Jaén), destruida en la Segunda Guerra Púnica y donde una inscripción le recuerda como deductor de la comunidad.
Según Polibio, Tiberius Sempronius Gracchus destruyó trescientas ciudades hispanas, una versión que el geógrafo griego Posidonios ya criticó, indicando que sólo se trataba de torres fortificadas (Estrabón, Geografía 3, 4, 13); sin embargo, sabemos por Tito Livio que se le rindieron ciento treinta ciudades fortificadas (Tito Livio, 40, 49, 1), lo que da idea de la intensa actividad militar de estos años.
Sus éxitos en Hispania —de donde llevó a Italia 40.000 libras de plata— le permitieron celebrar después el triunfo en Roma y alcanzar un gran prestigio dentro del Senado, lo que explica su elección para el consulado del año siguiente, el 177 a. C. (Cicerón, Bruto, 79). Como cónsul se le asignó el territorio de Cerdeña (Sardinia), donde repitió sus éxitos militares frente a los Ilienses y Balaros (Polibio, Historias 25, 4, 1; Tito Livio, 41, 8, 3-5) y donde se le prorrogó el mando —como había ocurrido en Hispania— para los años 176 y 175 a. C. ya en calidad de procónsul; de nuevo sus éxitos militares le permitieron celebrar un segundo triunfo en Roma a su regreso (Tito Livio, 41, 15, 6 y 41, 28, 9). De su actividad pública no volveremos a tener noticias hasta el año 169 a.
C., en que ocupó la censura con Caius Claudius Pulcher, iniciando en ese año la construcción en Roma de la Basílica Sempronia (Tito Livio, 44, 16, 10). Su prestigio permitió que el año 165 a. C. se le pusiera al frente de una embajada que recorrió el reino de Pérgamo (costa occidental de Turquía), la Capadocia (norte de Turquía), Syria y la isla de Rodas para evaluar el comportamiento de algunos reyes y elevar un informe al Senado romano (Polibio, Historias 30, 27, 1-4; 30, 7-8; etc.).
El año 163 a. C. Tiberius Sempronius Gracchus fue elegido para un segundo consulado y fue enviado a Córcega y Cerdeña (Corsica-Sardinia), donde ya había estado catorce años antes durante su primera ocupación del consulado; una vez más —como ya era costumbre en su carrera— vio prorrogado su mandato como procónsul durante el año 162, aunque antes de finalizar el año regresó a Roma para incorporarse a la embajada senatorial que recorrió Grecia y parte de Anatolia durante los últimos meses de ese año y parte del 161 a. C., siendo ésta su última actividad conocida.
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Juan Manuel Abascal Palazón