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Luis Marcelino Pereyra

Biografía

Pereyra, Luis Marcelino. San Andrés de Illobre en Ulloa, Santiago de Compostela (La Coruña), IV.1754 – Madrid, 30.IV.1811. Jurista, catedrático de Matemáticas, periodista ilustrado y escritor económico.

Procedente de una familia hidalga, en la que su padre fue regidor perpetuo de Santiago de Compostela y catedrático de la Facultad de Artes, se formó Luis Marcelino Pereyra en la Universidad de Compostela, donde obtuvo el grado de bachiller en Leyes en 1771 y el de Artes al año siguiente. Además en 1775 logró los títulos de licenciado y maestro en la Facultad menor de Artes. Tras la reforma de los planes de estudios de 1772, enseñó Matemáticas en la Universidad compostelana —una materia nueva y “extravagante”— primero como sustituto y, desde 1774, como catedrático por oposición en la Facultad de Artes. En el período 1776-1780 residió en Madrid, dedicado a la práctica de abogacía: en 1776 fue aceptado en el Colegio de Abogados de Madrid y en 1779 fue nombrado abogado de los Reales Consejos. En 1780 volvió a su labor docente y emprendedora en Santiago.

En esa década de 1780 desempeñó un papel fundamental, junto con Pedro Antonio Sánchez y otros intelectuales gallegos, en la fundación y desarrollo de la Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago, de la que fue secretario entre 1784 y 1793. Impulsó varias iniciativas económicas: la solicitud de que la Sociedad patrocinase el establecimiento de una Cátedra de Economía Civil en la Universidad, para la cual se ofreció como profesor (1785); la presentación de un texto crítico sobre la comunidad de pastos, y de una Memoria sobre la utilidad o perjuicios de la introducción de linos y cáñamos en Galicia, en el contexto de los debates sobre la industria rural planteados por Campomanes y Francisco Cónsul Jove.

En 1781 fundó, junto al abogado granadino Luis María del Cañuelo, el periódico El Censor y se convirtió en el coeditor de esta publicación crítica y reformadora, de periodicidad semanal y mantenida entre dificultades hasta 1787. Se trataba de una publicación que se atrevió a cuestionar políticas y principios legislativos y religiosos y a realizar una crítica profunda de las instituciones, al mismo tiempo que cuestionaba la estructura estamental de la sociedad. Si bien la autoría de buena parte de los artículos incluidos en el periódico fueron atribuidos a Cañuelo y a otros autores, varios de los “Discursos” incluidos en el semanario parecen inspirados o redactados por Pereyra al estar relacionados con sus iniciativas y proyectos en Galicia.

En 1788 publicó su obra más conocida, las Reflexiones sobre la Ley Agraria, de que se está tratando en el consejo. Se trata de un comentario crítico de la Idea de la Ley Agraria Española, que había publicado en 1786 el magistrado valenciano Manuel Sisternes i Feliu. Pereyra es más radical en la defensa de los derechos de propiedad y de la libertad de los propietarios de la tierra para cultivarla o dejarla yerma, hasta el punto de que llegó a afirmar que “cualquier disminución en la propiedad es el estorbo más terrible que puede oponerse a los progresos en la agricultura, así como de todo género de industria”. Pereyra defiende la libertad de contratos, así como de la abolición de los obstáculos legales y se muestra contrario a los mayorazgos, a la amortización y a las vinculaciones, mientras que defiende la libre circulación de tierras y el reparto y venta de los montes comunales. Aunque no aparecen citadas de forma expresa, es probable que las Reflexiones sirvieran como fuente para la elaboración del Informe de Ley Agraria de Jovellanos, sobre el que Pereyra discreparía a su vez de algunos puntos específicos (propiedad, amortización, etc.).

Otra faceta de la actividad de Pereyra se ha revelado recientemente al desvelar el manuscrito del Discurso sobre las mejoras y menoscabos que recibió la lengua Castellana en los siglos XVII y XVIII que se conserva en la Real Academia Española y que se refiere al orden de las palabras y a decir las cosas como las contempla el entendimiento.

En 1792 Pereyra abandonó la cátedra compostelana para ocupar una plaza de alcalde del Crimen de la Sala de Hijosdalgo de la Cancillería de Valladolid; en 1797 ascendió a oidor de este tribunal y a comienzos de 1799 fue nombrado corregidor del señorío de Vizcaya.

Durante su etapa de oidor y de corregidor contribuyó de forma notable a la formación del Diccionario geográfico-histórico de las provincias vascongadas que publicó en el año de 1802 la Real Academia de la Historia, institución de la que fue académico correspondiente por Vizcaya desde el 11 de diciembre de 1801. Después desempeñó otros cargos en Madrid, en 1802 de comisionado para la venta de terrenos de Obras Pías, memorias y demás ramos afectados por la llamada “desamortización de Godoy” y en 1804 de supernumerario en la Sala de Alcaldes de la Real Casa y Corte.

En la coyuntura política de 1808-1811 aparece el crítico y radical Pereyra entre los afrancesados desde los primeros momentos. Participó activamente en la Asamblea de Notables de Bayona en 1808 como alcalde de Casa y Corte, y fue nombrado, junto con Meléndez Valdés, miembro del nuevo Consejo de Estado, integrándose en la Comisión de Finanzas y de Código Civil. En 1810 fue nombrado comisario regio en Granada.

Falleció en Madrid el 30 de abril de 1811.

 

Obras de ~: Reflexiones sobre la Ley Agraria de que se está tratando en el Consejo. Carta escrita al Señor Don Manuel Sisternes y Feliú, Fiscal que fue del mismo Consejo y de la Real Cámara, Madrid, Imprenta Real, 1788 (reed. de P. Saavedra, Agricultura e Ilustración, Ourense, Xunta de Galicia, 1999, págs. 313- 349); “Memoria sobre la utilidad o perjuicios de la introducción de linos y cáñamos en Galicia”, Real Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago de Compostela [publicada en El eco de Galicia (1851), XXVIII-XXXI]; Discurso sobre las mejoras y menoscabos que recibió la lengua Castellana en los siglos XVII y XVIII, Madrid, Real Academia Española, s. f.

 

Bibl.: F. Dopico, A ilustracion e a sociedade galega. A vision de Galicia dos economistas ilustrados, Vigo, Galaxia, 1978, págs. 148-152; P. Saavedra, Agricultura e Ilustración, op. cit., págs. 19-24 y 313-349; F. Dopico, “El proyecto socioeconómico de los ilustrados gallegos”, en E. Fuentes Quintana (dir.), Economía y economistas españoles, vol. III, La Ilustración, Barcelona, Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores, 2000, págs. 641-676; L. Perdices y J. Reeder, Diccionario de Pensamiento Económico en España, Madrid, Síntesis, 2003, págs. 683-684; G. Hassler, “El discurso normativo sobre el orden de las palabras en español”, en VV. AA., III Coloquio internacional sobre la historia de los lenguajes iberorrománicos de especialidad, Universidades Pompeu Fabra y Autónoma de Barcelona, 15-16 de mayo de 2003.

 

Vicent Llombart Rosa

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