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Tiburcio Pérez Cuervo

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Biografía

Pérez Cuervo, Tiburcio. Oviedo (Asturias), 14.IV.1786 – Madrid, 6.III.1841. Arquitecto.

Su madre, María Antonia Cuervo y Álvarez-Perera, también natural de Oviedo, era hermana del arquitecto y académico Juan Antonio Cuervo, afincado en Madrid desde 1778. Tiburcio Pérez llegó a la Corte con cuatro años y durante veintiuno, entre 1790 y 1812, vivió con su tío, junto al que se inició en los oficios de la construcción y en el aprendizaje de la profesión de arquitecto.

Estudió Latinidad, Lógica y cuatro años de Matemáticas y Física Experimental en los Reales Estudios de San Isidro, mientras en la Academia de San Fernando —donde se matriculó en 1801, con quince años, siendo su tío teniente director de Arquitectura— obtuvo en el concurso general de 1805 el 2.º Premio de 2.ª Clase con un proyecto de Gimnasio en el paseo del Prado y con el diseño de un pórtico de entrada para una de las parroquias principales de Madrid.

Desde muy joven trabajó en todos los oficios de la construcción, incluso como aprendiz de cantero, y ya con veinte años actuaba como aparejador de la obra de la madrileña iglesia parroquial de Santiago y San Juan, que se construyó entre 1806 y 1811 según proyecto y dirección de Juan Antonio Cuervo. En 1808 y justo tras la primera huida de José Bonaparte de la Corte, presentó a la Academia el proyecto de un templo magnífico, fechado el 15 de agosto, y el diseño para un monumento a la victoria de Bailén, trabajos con los que obtuvo el 1.er Premio de la 1.ª Clase, y aún tenía ánimo entonces para optar al Premio Extraordinario de Perspectiva, que ganó con tres planos fechados también el 15 de agosto de 1808 y dedicados a un templo para él muy conocido, la iglesia madrileña de San Isidro, junto a los Estudios Reales. Concluyó así, del modo más brillante posible al haber obtenido los máximos galardones académicos, la formación de Tiburcio Pérez Cuervo en la de San Fernando.

Durante la Guerra de la Independencia, estuvo agregado al Estado Mayor de Madrid entre agosto y noviembre de 1812, tras una nueva salida del Rey intruso, con el encargo de hacer el levantamiento topográfico del Retiro y las fortificaciones francesas.

Pasó después al puerto de Alicante a incorporarse al Cuerpo Nacional de Ingenieros en la División del general Carlos España, para la que desempeñó, según testimonio del propio Tiburcio Pérez, cuantas comisiones se le encargaron, algunas muy arriesgadas y todas con la satisfacción completa de sus jefes.

A finales de 1813 regresó a Madrid y en 1814 trabajaba como sobrestante facultativo a las órdenes del ingeniero inspector de Cortes, Antonio Prat, para transformar en tres días el viejo teatro de los Caños del Peral en Salón de Cortes provisional. A la vez, y bajo la dirección también de Prat, participó en la reforma de la iglesia del Colegio de Doña María de Aragón para el mismo uso, aunque la obra fue realizada con vocación de que fuera más duradera. Ese mismo año, Tiburcio fue admitido en la Academia a las pruebas para obtener el título de arquitecto, que consiguió el 15 de junio de 1814 con el proyecto de un colegio militar para ingenieros y su diseño de un magnífico salón de baile, con tribunas altas para la orquesta.

Tras su titulación como arquitecto, Tiburcio Pérez comenzó una vida profesional paralela a la actividad docente que desarrollaba en los Reales Estudios de San Isidro como catedrático suplente de Matemáticas y de Física Experimental, empleo que abandonó al ser nombrado, por Real Orden de 1 de mayo de 1815, delineante de las reales obras a las órdenes del arquitecto mayor de Palacio, Isidro Velázquez. El 9 de enero de 1816, fue declarado criado efectivo de la Real Casa y el 1 de febrero del mismo año, calificado en primera clase por su conducta política durante la invasión francesa.

En 1818, estando en el puesto de aparejador de las obras de la plaza de Oriente, entonces en ejecución según proyecto de Isidro Velázquez, y tras la experiencia de unos pocos proyectos propios y haber realizado estudios de Mineralogía, Química y Botánica en el Real Museo de Ciencias, en el Colegio de Farmacia y en el Jardín Botánico, respectivamente, Tiburcio Pérez solicitó a la Academia ser admitido a las pruebas para su graduación como académico de mérito por la Arquitectura, grado que obtuvo en la Junta Ordinaria del 9 de agosto de 1818 tras los exámenes correspondientes y la redacción de la obligada disertación, que en su caso trata De la conducción de aguas a las fuentes y construcción de Acueductos, Pozos, Estanques, Cisternas, &c. Ese mismo año de 1818, siendo ya arquitecto y académico, obtuvo en Palacio por Real Orden de 15 de diciembre el nombramiento de ayudante del arquitecto mayor, que lo era a la sazón Isidro Velázquez.

El Trienio Constitucional comenzó para Pérez Cuervo siendo retratado por Goya en un cuatro firmado y fechado por el pintor en 1820 (hoy en el Metropolitan Museum de Nueva York) y colaborando nuevamente en la reforma de la iglesia del Colegio de Doña María de Aragón para Salón de Cortes, esta vez a las órdenes de Isidro Velázquez y según el proyecto de éste. Su nombramiento para tal comisión se produjo el 14 de abril de 1820, el mismo día en que el arquitecto cumplía treinta y cuatro años, y se encontraba volcado en la obra durante casi tres meses, hasta el 6 de julio en que se inauguraron las Cortes para preparar la jura solemne de la Constitución de Cádiz por Fernando VII, que se produjo tres días después.

Durante el Trienio, Tiburcio proyectó en 1821, para la duquesa viuda de Osuna, la iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Virtudes, en La Puebla de Cazalla (Sevilla), construida, con interrupciones, entre abril de 1824 y agosto de 1867, asistió a la Escuela de Ingenieros de Caminos y Canales y, como miembro de ella, fue comisionado junto a Francisco Javier de Mariátegui para practicar los reconocimientos y nivelaciones necesarios para la unión de los canales de Castilla y Aragón y su continuación hasta la costa.

Es también durante el Trienio cuando Tiburcio dio numerosas pruebas de su liberalismo exaltado: encabezó a los que aclamaban y acompañaban a Rafael del Riego en Madrid hacia su entrevista con Fernando VII el 21 de agosto de 1820, estuvo entre los que pretendían acabar con la vida del cura Vinuesa el 4 de mayo de 1821, se inscribió en la Milicia Nacional Local Voluntaria de Madrid el 11 de julio de 1821, fue visto en todas las asonadas contra el Monarca, participó en la victoria popular del 7 de julio de 1822 sobre la Guardia Real y el 20 de febrero de 1823, al día siguiente del fallido atentado sufrido por el Rey, todavía alentaba a sus compañeros para intentarlo de nuevo.

A pesar de estos antecedentes, a los que habría que unir su pertenencia a la masonería en una posición notable, no fue depurado por Fernando VII hasta que, en agosto de 1824, un anónimo dirigido al Rey denunciaba el conspirador activismo del asturiano.

Tras las comprobaciones de rigor, por Real Orden de 30 de agosto de 1824 Tiburcio Pérez fue separado de su destino de ayudante del arquitecto mayor de Palacio, con efectos del tristemente famoso Decreto de Andújar, de 31 de octubre de 1823, y privado del uso de uniforme, fuero y toda otra consideración y emolumento del Real Patrimonio. Cuando fue depurado y cesado en su empleo, Pérez Cuervo tenía en su casa a la pequeña Rosario Weiss, hija de su amiga Leocadia Zorrilla, que había dejado la niña a su cuidado al marchar ella a Francia en 1823, y esa tutela se hizo insostenible en los momentos de crisis que el arquitecto vivió entonces, por lo que se vio obligado a devolver a la niña a su madre. A mediados de septiembre ambas cruzaron la frontera de Bayona camino de Burdeos, en busca de Goya.

La vida de Tiburcio Pérez no deja rastro documental desde enero de 1825, cuando asistió a una Junta General de la Academia celebrada el día 16, hasta noviembre de 1826, cuando el arquitecto comenzó a reconstruir en la Corte su vida profesional, respondiendo a encargos particulares de edificios de viviendas.

Una obra de esta época que merece ser mencionada es la que proyectó en diciembre de 1829, a la espalda de la iglesia de Santiago y San Juan, para completar la manzana con un edificio de viviendas con fachadas a las calles de Santa Clara y Amnistía y a la plaza de Ramales. Obra singular por varias razones: por lo que significaría para Tiburcio volver con un proyecto propio al lugar donde comenzó su experiencia en la dirección de obras, porque en esa casa residiría Mariano José de Larra desde mediados de 1836 y porque en ella se suicidó el escritor la noche del lunes de Carnaval de 1837, un 13 de febrero, tras la visita de Dolores Armijo y la ruptura definitiva de su relación con ella.

Entre 1832 y 1835 Tiburcio Pérez dirigió la que será su mayor y mejor obra construida, el Colegio de Cirugía de San Carlos, con el encargo de transformar el proyecto dado el año anterior por Isidro Velázquez, hasta hacerlo irreconocible, en beneficio de un proyecto suyo propio. Pérez Cuervo se mantuvo al frente de la ejecución hasta dejar construidas las tres cuartas partes del edificio, las que asomaban a las calles de Santa Isabel, Niño Perdido y Santa Inés, incluyendo el gran anfiteatro anatómico, pero dejó sin concluir, aunque cimentado, el cuerpo de edificio orientado hacia la calle de Atocha, una parte que es, tal como quedó construida, el resultado de la labor de los arquitectos Juan Pedro Ayegui y Francisco Javier de Mariátegui.

A pesar de la gran obra del Colegio de Cirugía, la rehabilitación profesional que Tiburcio deseaba no la conseguiría hasta después de la muerte de Fernando VII y la instauración de un tenue liberalismo de circunstancias favorecido por la regencia de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, quien —tras la promulgación del Estatuto Real el 10 de abril de 1834 y la amnistía otorgada por el Real Decreto de 26 de abril del mismo año a quienes hubieran renunciado a la obediencia masónica— encargó a Tiburcio Pérez que realizase en dos meses la reforma de la iglesia y Convento de clérigos menores del Espíritu Santo para salón del Estamento de Procuradores. Es el prestigio de esta obra breve, tanto en plazo de ejecución como en duración, ya que comenzó a ser derribada en 1842, el que llevó a Pérez Cuervo a obtener, por Real Orden de 18 de enero de 1835, los honores de director de Arquitectura en la Academia de San Fernando y, más tarde, el 27 de octubre de 1839, el puesto de director con ejercicio en sustitución del titular, Custodio Teodoro Moreno.

La militancia liberal de Tiburcio Pérez Cuervo le llevó a participar en la política madrileña como concejal del Ayuntamiento Constitucional de la Villa —en el oficio de procurador síndico y como miembro activo de la comisión de obras públicas— entre el 9 de septiembre de 1836 y el 19 de marzo de 1838, es decir, dentro de los marcos políticos de una recién restaurada Constitución de Cádiz y de otra Constitución liberal, la proclamada en 1837.

Su rehabilitación en Palacio se produjo después, cuando, tras encargos y comisiones de poca importancia, fue nombrado por Real Orden de 4 de agosto de 1840 arquitecto director de las obras del Real Sitio de San Fernando, un puesto del que tomó posesión el 5 de noviembre siguiente.

Tras un enfrentamiento por un asunto profesional, que Tiburcio Pérez consideró “grave, de honor y de consecuencias”, con el también arquitecto y académico Juan Pedro Ayegui, quien reclamaba del asturiano el desagravio que exigían “el honor de su sangre y la reputación de su carrera”, Pérez Cuervo murió soltero en Madrid el 6 de marzo de 1841, en su casa del piso bajo de la calle de Capellanes, n.º 7. La única heredera de sus bienes, entre ellos su retrato por Goya, fue entonces su prima Cayetana, hija de Juan Antonio Cuervo.

 

Obras de ~: Proyectos para la iglesia parroquial, Arroyomolinos (Madrid), 1814; Retablo de altar para el Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles, Ávila, 1815; Iglesia parroquial del Puerto, Rivadesella (Asturias), 1815; Iglesia de Santa Cruz, Sevilla, 1816; Iglesia de Santa María Magdalena, Sevilla, 1816; Portada para la entrada al Museo Militar y Parque de Artillería, Madrid, 1816; Altar colateral de la Resurrección en la iglesia de San Ginés, Madrid, 1818; Proyecto de Cementerio Sacramental de los Irlandeses, Madrid, 1818-1820; Retablo lateral para la iglesia de San Ginés, Madrid, 1819; Puente de madera sobre el río Cinca, Monzón (Aragón), 1820; Proyecto para la iglesia parroquial Nuestra Señora de las Virtudes, Puebla de Cazalla (Sevilla), 1821; Proyectos y obras del Colegio de Cirugía de San Carlos, Madrid, 1832-1835 (excluido en cuerpo de la calle de Atocha); Salón de Procuradores en el Convento e iglesia del Espíritu Santo, Madrid, 1834.

Escritos: Disertación. De la conducción de las aguas á las fuentes, y construcción de Acueductos, Pozos, Estanques, cisternas &. Presentada á la Rl. Academia de Sn. Fernando por el Arquitecto Dn. Tiburcio Perez y Cuerbo, para su recepción de Academico de merito. Año de 1818 (inéd.).

 

Bibl.: P. Moleón Gavilanes, “Arquitecturas para el Madrid liberal (1820-1840)”, en Madrid 1830. La maqueta de León Gil de Palacio y su época, Madrid, Museo Municipal, 2006, págs. 44-61; Un grande liberal. Vida y obra del arquitecto Tiburcio Pérez Cuervo (1786-1841) y de otros de su faz (en prensa).

 

Pedro Moleón Gavilanes