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Antonio García Birlán

Biografía

García Birlán, Antonio. Dionysios, Julio Barco, Pío Ayala. Pinos Puente (Granada), 27.III.1892 – Barcelona, 20.VI.1984. Corrector, escritor, traductor, periodista y publicista anarquista.

De modales amables y fina ironía, conversación placentera, extrema sensibilidad, enorme capacidad de trabajo, hablar pausado mientras encadenaba cigarrillos de tabaco negro y escuchaba música clásica; fue moderando su discurso y su actuación, pasando de un anarquismo puro a un anarcosindicalismo de posturas integradoras; su pensamiento estaba influenciado por Friedrich Nietzsche, Soren Kieerkegaard, León Tolstoi y Miguel de Unamuno.

Las noticias sobre sus primeros años son escasas y confusas; autodidacta, se dice que dio clases a F. García Lorca en una convalecencia de este. Su oficio era carpintero, aunque también trabajara en el campo. Sin duda conoció las publicaciones libertarias que llegaban al pueblo, al menos, desde 1907, presentes en el Centro La Obra, en el que se dio la corta experiencia de una escuela, entre cuyos inspiradores se encontraba Francisco Jordán. El joven Birlán se acercaba desde la Comarca de la Vega a Granada los días de holganza a proveerse de lecturas de sociología y filosofía ‒conocía desde Fidias a Rubens, Kreutzer o Wagner, Goethe o Lamartine.

En1911 aparecía en un listado en favor de los libertarios mexicanos, año en que se le veía unido a Antonio Vilches (hasta que emigró a Rosario en 1914). De 1912 es el primer artículo que se conoce de él, aparecido en el periódico Liberación de Elche, con el que inició una fecunda colaboración en los ámbitos periodísticos y editoriales anarquistas, en los que desplegó amplios conocimientos sobre literatura y filosofía universal. En la segunda mitad de 1912 realizó un viaje por la campiña cordobesa; pasó por Espejo, donde contactó con Clodoaldo Gracia, y por Castro del Río, donde conoció la escuela racionalista del Centro Instructivo Obrero, en el que tenía voz Antonio Pérez Rosa. Él mismo realizó una “Crónica – de mi viaje”, ya vuelto a su pueblo, en enero de 1913, que publicó en Tierra y Libertad (4 de febrero), vocero en el que escribirá con asiduidad. En este año también escribió, al menos, en Germinal de Tarrasa y en Cultura Libertaria de Ferrol.

Parece que en Castro del Río cayó bien y lo llamaron a final de año cuando hubo vacante en la escuela, lo que plasmó en “El problema de la instrucción” (1916). No permaneció demasiado tiempo, pues fue sustituido en 1914 por Salvador Cordón e Isabel Pereyra, pero conservó un recuerdo perenne de estas experiencias y mantuvo contacto durante mucho tiempo con sus gentes. En junio se encontraba en Barcelona, donde se entrevistó durante una hora con Anselmo Lorenzo, del que será lector fervoroso (en 1915 leía por vez octava Vida anarquista; en 1956 escribe sobre él en París). Retornó a Asquerosa, donde continuó leyendo y enviando crónicas a Tierra y Libertad, en las que mostraba su disposición literaria cuando habla de las duras condiciones del campesinado, de las infamias que la niñez desvalida extiende a la humanidad entera ‒escribirá cuentos en Floreal (1928)‒, de los días de bohemia en sus viajes o, impulsado por Gorki, de las confraternizaciones que tenía con gentes del lumpen en los antros de la ciudad (de lo que concluyó que la maldad no está en las personas, sino en las instituciones).

En una crónica de abril de 1915, “Entre los vencidos”, utilizó el seudónimo Dionysios, que le acompañará de por vida, con lo que dejó aparcado su nombre.

En el otoño de 1915 se hallaba en Castro del Río, posiblemente en el viaje de ida o vuelta de un juzgado de Barcelona; allí ha estado (enfermo) Antonio Loredo y le dedicó un artículo. Eran años en los que mostraba gran firmeza contra la guerra mundial. Es en este lugar donde se instaló a inicios de 1916, en compañía de Francisco Jordán, esperando ser llamado otra vez a Barcelona a juicio de jurados por el delito de escarnio al dogma católico, celebrado el 12 de junio, del que salió absuelto (que generó unos gastos de 226 pesetas, que le abonaron en pro presos).

Parece que Sánchez Rosa, de Sevilla, dio a la luz ese año en Biblioteca del Obrero el primer folleto conocido de él: ¡A la lucha!  Vuelto a Castro, los dos paisanos tendrán a Barcelona por destino, en la que se hallaban en agosto. Jordán irá al Comité Nacional de CNT y Birlán se integrará en el grupo de Tierra y Libertad, con Tomás Herreros como impresor, será asiduo del Centro Obrero de Serrallonga, al tiempo que se asocia en el Ramo de la Madera e incorpora el seudónimo Pérez A. En noviembre y diciembre están en Madrid, alrededor de los actos preparatorios para las movilizaciones por el abaratamiento de subsistencias. En febrero de 1917 dice que ha atravesado España y ha visto mucha miseria e injusticia. Prácticamente escribe en todos los números del semanario Tierra y Libertad en 1917 y 1918 (suspendido hasta el año 1923). Por entonces intentó la creación de la revista La Idea Libre en 1917 (con Barthe, Arranz y Costa Iscar). Poco después, contribuyó en notable medida a la (que se dice) mejor época de Solidaridad Obrera en el  periodo de Pestaña.

En 1919 el grupo Tierra y Libertad (con Juanonus y Rico) le publicó el texto Contra la dictadura y el folleto Resultados de la guerra, al tiempo que Dionysios coordinó y prologó su Almanaque para 1921 -texto bastante citado-, en el que mostró un lenguaje fogoso. Cerrado el periódico en 1919, continuó trabajando en la redacción de la editorial, haciendo paquetes y llevándolos a correos, pues los folletos de su Biblioteca se vendían profusamente. En 1922, también con Herreros y con Paca, compañera de éste, fundó Editorial Moderna, en la que sacaron la Colección Inquietud. En 1924 llevó a cabo su primer proyecto personal, cuando el impresor Miguel Salvat le financió Revista Nueva, que apostaba por contenidos novedosos en la actualización del lenguaje anarquista, lo cual le acarreó críticas, en especial la proveniente de Pedro Esteve desde Cultura Obrera de Nueva York. De forma paralela a la revista surgió, con el concurso de Alaiz y J. Balaguer, la editorial Hoy con Cuadernillos Athenea y Nuestros Libros. Avaloró (con Alaiz, Apa y Viadiu) el Álbum artístico de Shum, publicado en el otoño de 1924 con trabajos expuestos en Barcelona y Sabadell, desde la cárcel de El Dueso. Y en octubre de ese año colaboró en la reciente La Revista Internacional Anarquista, obra conjunta de los exilios en París.

En los años veinte García Birlán entró en contacto con Hermoso Plaja; de esta relación derivó su participación en la revista Vértice (1925) y que prologase (E. Yarchuck) y tradujese (J. Dejacque) obras en su editorial entre 1925 y 1939. Igualmente, se encontraba entre los colaboradores de la futura Revista Obrera, de 1928, y de Revista Única de Steubenville (Ohio). En los años de la dictadura primorriverista colaboró en Generación Consciente, lo que continuó en Estudios (Valencia), revista en la que llegó a ser puntal principal, con las secciones “Actualidad” y “Gacetillas”, esta de crítica de libros, y para cuya editorial elaboró unas antologías encuadradas en los 40 números de la colección Ayer, Hoy y Mañana (publicada de 1932 a 1938).

Puede que hacia 1929 tuviera una breve estancia en Argentina, lo cierto es que el año anterior ya escribe en Izquierda de Buenos Aires.

Compaginó los proyectos enmarcados en su militancia libertaria con el trabajo en editoriales y prensa —para ganar el sustento—. Entre los comerciales se hallaban sus reseñas a El Consultor Bibliográfico, sus tareas de corrector, que desempeñó en la editorial Rudolf Mosse entre 1924 y 1926, su conexión con Publicaciones Mundial —editorial ligada a la familia de impresores Costa—, en la que colaboró en la gestación de las colecciones Biblioteca Social y La Novela del Pueblo, seleccionó y tradujo Ideario de Malatesta (como Domingo P. Ibáñez [La Revista Blanca]) y escribió alguna novelita. Destaca, además, la relación que estableció con Bartolomé Bauzá, en cuya editorial fue corrector de estilo para la Biblioteca Helios entre 1926 y 1932 y realizó algunas de las traducciones allí publicadas (Kropotkin, Marx, Nietzsche, Proudhon, Ryner, Spencer, Tolstoi), que con el nombre de La Juventud Literaria se reprodujeron en Biblioteca de Cultura.

Aunque no estuvo inmerso en las luchas sindicales, la relación de Dionysios con el sindicato anarcosindicalista Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y con la organización de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) presentó hitos significativos a lo largo de su vida. En 1928 formó parte del Comité nacional clandestino de la CNT (con Peiró, Plaja y Delaville, en que se enemistó con la familia Urales, por lo que no colaboró en La Revista Blanca o La Novela Ideal); representó al sindicato en el Congreso de Lieja de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) y conversó con Sánchez Guerra en París. Integró el Grupo Solidaridad, cuyo órgano era ¡Despertad! de Vigo. Entre los años 1930 y 1931 este Grupo publicó Mañana, dirigido por Dionysios, en el que su lenguaje ya se había moderado. Además, se encontraba llevando el periódico Acción. En contacto con el editor Juan Balagué, trabajó para Colección Balagué. Con su nombre de pila, realizó antologías para Ediciones Culturales Iberia en 1934, bajo el título de Aspectos sociales de la humanidad, en que trataba el sindicalismo, socialismo, anarquismo, etc.

En los años de la II República permaneció en Barcelona hasta su exilio en 1939. Para Lola Iturbe, entonces, era «ponderado, culto e inteligente». Junto a su compañera Consuelo, vivió en la calle de Varsovia, en el barrio de Guinardó, en cuya casa reunió una valiosa biblioteca y archivo, incrementado con el legado de José Prat (fallecido en 1932), de quien era estrecho amigo.

Al inicio de la guerra, en agosto de 1936, representó a la FAI en el Consejo de Economía de la Generalitat, y después como consejero de Sanidad y Asistencia Social, en el primer gobierno de la Generalitat (del 26 de septiembre al 17 de diciembre de 1936); en el siguiente (del 17 de diciembre de 1936 al 4 de abril de 1937) fue subsecretario del consejero de Economía Abad de Santillán; volvió a tareas burocráticas en el Ministerio de Segundo Blanco en 1938, año en que publicó alguna notas en Timón (lamentando la oratoria hueca). Dionysios actuó como ponente del sindicato de Artes Gráficas. Durante la contienda dirigió La Vanguardia.

García Birlán cruzó los Pirineos en un camión, que portaba su biblioteca, la que fue volando según montaba gente en el mismo y se necesitaba espacio, desparramados los libros por la carretera. No salió su compañera. En marzo de 1939 pasó a formar parte del Consejo General del Movimiento Libertario en París y, 10 años después, de la Comisión de Relaciones Internacionales Anarquista. En la correspondencia (por ejemplo, con el exministro Juan López) se aprecian las estrecheces que pasó durante la ocupación, las cuales continuaban a fines de 1945 hasta el punto de no tener con qué escribir, si bien, debido a su sensibilidad, no era dado a recibir ayudas. Por entonces, avaló a Ada Martí para su ingreso en CNT, que esta rechazó.

Dirigió y escribió en numerosas publicaciones libertarias; durante su estancia en Toulouse, Tiempos Nuevos, Cénit y CNT, así como el texto El movimiento libertario español en África, Francia, América y España (1945); Solidaridad Obrera y su Suplemento Literario, Terra Lliure de París, donde se había establecido en 1951, y en donde trabajó como corrector de estilo para la casa Larousse (coincidiendo con Gómez Peláez y Aguayo). En el país galo conjugó su pasión de bibliófilo con la escritura; dejó títulos inéditos y elaboró unas 100 antologías, fruto de un trabajo metódico, algunas de ellas publicadas simultáneamente en París y Buenos Aires (Américalee) bajo el título de Antologías universales.

La esperanza del regreso a España —donde poder editar lo preparado— la dejó manifiesta en la abundante correspondencia mantenida en estos años con libertarios diseminados por Europa y América principalmente. Hasta que ello pudiera suceder, a finales de los cuarenta manifestó su deseo de ir a México y editar lo elaborado, idea que tuvo que desechar al saber que la vida en el país azteca no era fácil si se pretendía vivir del propio trabajo.

Marchó a Brasil y Argentina en 1966 y se asentó en Rosario, donde permaneció hasta 1983, año en que retornó a España con su compañera Antonia Rute. Allí trabajó para Editorial Americalee, dirigida por América Scarfó. Realizó una serie de antologías universales con títulos como Ciencia y filosofía, La religión, Progreso y evolución, El hombre y la mujer y La libertad.

En Barcelona ambos fueron acogidos en casa de Pura López y de Manuel Fernández. Bastante mermado de salud, murió al año siguiente.

 

Obras de ~: ¡A la lucha!, Sevilla, Biblioteca del Obrero, 1919; Resultados de la guerra, Barcelona, Biblioteca de Tierra y Libertad, 1919; trad. de F. Nietzsche, Así hablaba Zaratrusta, Barcelona, 1919; coord. y pról. en Almanaque de Tierra y Libertad para 1921, Barcelona, Tierra y Libertad-Imprenta Germinal, 1920; Esbozos de ideas, Barcelona, Hoy, c. 1925 (col. Cuadernillos Athenea, 8); Sabor de ceniza, Barcelona, Publicaciones Mundial, c. 1925 (col. La Novela del Pueblo, 16); trad. de E. Malatesta, Ideario, Barcelona, Publicaciones Mundial, 1926; trad. de C. Marx, El Capital, Barcelona, B. Bauzá, 1930; trad. de H. Spencer, El individuo contra el Estado, Barcelona, Bauzá, 1930; trad. de L. Tolstoi, El dinero y el trabajo, Barcelona, Bauzá, s.a.; trad. de P. Kropotkin, La conquista del pan, Barcelona, Bauzá, ¿1931?; Cómo debemos educar a nuestros hijos, selección de ~ , Barcelona, B. Bauzá, 1931; VV.AA., Pobres y ricos…, Filosofía y psicología, Valencia, Estudios, 1932-1938 (Colección Ayer, hoy y mañana, 40 volúmenes); trad. de J. Dejacques, Contra las dictaduras, Barcelona, Biblioteca Vértice, 1932; J. W. Draper et al., Aspectos Sociales de la Humanidad: Anarquismo; Sindicalismo; Socialismo, adapt. y trad. de ~, Barcelona, Ediciones Culturales Iberia, 1934, 3 vols.; VV. AA., Cultura y civilización; El amor y la amistad; La Historia; La Libertad, selecc. y pról. de ~, París, Solidaridad Obrera, 1954- 1955, 4 vols.; VV. AA., Ciencia y filosofía; El Estado, la patria y la nación; Los europeos; El hombre y la mujer; Progreso y evolución; Pueblos y razas, selecc. y pról. de ~, Buenos Aires, 196-, 6 vols; trad. de F. Nietzsche, La genealogía de la moral, Barcelona, Bauzá, s.a.; trad. de P. J. Proudhon, ¿Qué es la propiedad?, Barcelona, Bauzá, s.a.; trad. de Han Ryner, Fealdades de la religión, Valencia, Estudios, s.a.

 

 

Bibl.: J. Díaz del Moral, Historia de las agitaciones campesinas andaluzas, Madrid, Revista de Derecho Privado, 1929; Juan Ferrer, “De los tiempos idos”, en Solidaridad Obrera 655, (París, 10 de octubre de 1957), pág. 3; H. Plaja Saló, Antonio García Birlán: Dionysios, México, c. 1965 (inéd.); F. Montseny Mañé, “Hombres de la CNT: Antonio García Birlán”, en Cénit, 80 (18 de septiembre de 1984); A. Rodrigo, “Dionysios: la entrevista que no pudo ser”, en Polémica, 13-14 (1984), págs. 39 y 40; F. Merino Cañasveras, Castro del Río del Rojo al Negro, 1989; F. Madrid Santos, La prensa anarquista y anarcosindicalista en España desde la I Internacional hasta el final de la guerra civil, Barcelona, Universidad Central, 1991 (disponible en http://www.cedall.org/Documentacio/Castella/cedall203410101.htm); E. Fuentes Quintana (dir.), Economía y economistas españoles, vol. V, Barcelona, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 1999; M.ª T. Martínez de Sas y P. Pagès i Blanch (coords.), Diccionari Biogràfic del Moviment Obrer als Països Catalans, Barcelona, Universitat de Barcelona-Abadía de Montserrat, 2000, págs. 629-630; A. Fontanillas Borrás, Dionysios, París, 2005, 4 fols. (inéd.); C. A. Solero, “Antonio García Birlán, un libertario entre nosotros”, en El Ciudadano (Chile); A. Gil Heredia, Antonio García Birlán, I y II, 2014 (disponible en http://decastroero.blogspot.com.es/); I. C. Soriano Jiménez y F. Madrid Santos, Bibliografía del anarquismo en España 1868-1939, 8.ª ed., Burgos, Universidad de Burgos, 2016 (disponible en http://hdl.handle.net/10259/3993); M. Íñiguez, Enciclopedia del anarquismo ibérico, Vitoria, Asociación Isaac Puente, 2018, pág. 1057.

 

Ignacio C. Soriano Jiménez

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