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Faustino Calvo León

Biografía

Calvo León, Faustino. Castromocho (Palencia), 15.II.1864 – Palencia, 14.XII.1936. Superior general de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OH).

Fue bautizado el 21 del mismo mes de su nacimiento, siendo sus padres Telesforo Calvo y Benigna León, honrados trabajadores del campo, que le dieron una educación en consonancia con su condición, esencialmente cristiana. Cuando tenía cuatro años, murió su madre y su padre contrajo segundas nupcias con Nicanora, quien adoptó con cariño maternal a los cuatro pequeños huérfanos.

Aprendió en la escuela nacional de la villa los conocimientos de la instrucción primaria y pronto hubo de darse al trabajo, ayudando a su padre, vendedor ambulante de frutos de la huerta por los pueblos.

Su padre murió cuando Faustino Calvo León tenía quince años. Bajo la tutela de la abuela paterna, continuó el oficio de vendedor ambulante y luego se colocó en casa de un tío en los servicios de la huerta.

Era laborioso, jovial y resuelto; atraía la estimación de cuantos le trataban, distinguiéndose en él una noble rectitud de obrar, muy inculcada por sus padres y abuelos.

Mozo ya, en una fiesta se siente frustrado. Toma la decisión de hacerse religioso y consulta al párroco, que le ofrece información de los hermanos de San Juan de Dios. Es admitido al postulantado en Ciempozuelos el 8 de julio de 1883 por san Benito Menni.

Allí se afirmó en la resolución de obedecer en todo lo que le ordenaran, aunque fuese lo más costoso, y en seguir las prácticas de observancia de los demás.

El 15 de octubre recibe el hábito de manos de san Benito Menni y comienza el noviciado bajo la dirección del padre Juan de la Cruz Sansegundo. Se abrazó con generosidad a las estrecheces que imponía la pobreza y sacrificio de aquellos primeros tiempos de la Restauración, cuando las privaciones eran muchas y el trabajo continuo, experimentando, no obstante, la paz y contento del servicio de Dios.

El 6 de enero de 1885 hizo la primera profesión y continuó en el noviciado como neoprofeso, encargándose de la huerta del sanatorio. En julio de este mismo año apareció en distintos puntos de España el cólera, que causó grandes estragos. El padre Menni mandó a grupos de hermanos por los diferentes focos. El hermano Faustino Calvo fue enviado a Cordoñera, Cantaviaja, Santa Eulalia, en Teruel, escenarios de su abnegada caridad. Adiestrados los hermanos, colaboraron día y noche sin descanso remediando a las gentes, preparándoles los alimentos, aplicándoles los remedios urgentes, salvando a muchos de una muerte segura y enterrando a los fallecidos. Atajado el mal, las poblaciones bendecían la hora en que el Señor había enviado a los ángeles de la caridad (así los llamaban), para liberarlos de la muerte.

De vuelta en Ciempozuelos en 1886, fue a postular luego por Palencia para el sanatorio. Fue destinado al Molino de San Fernando (Toledo), como encargado.

El 25 de julio de 1890 hizo la profesión solemne ante el padre Menni. Fue nombrado vicario prior de Ciempozuelos y Barcelona, y luego prior. Allí le entregaron un hermoso retablo y la famosa escultura de Vallmitjama de san Juan de Dios, que curó a su hijo de escrófulas (reproducido en la escultura).

Fue nombrado sucesivamente prior de Pinto en 1893, y luego de Zaragoza, y destinado a Nazaret en 1895. Trabajando en la farmacia pasó allí doce años. Regresó a España en febrero de 1908 y en el capítulo provincial fue nombrado prior de Zapopan (México), donde logró la fundación de Cholula, para enfermos mentales, inaugurada el 29 de junio de 1910.

En 1911 se le nombró prior del asilo San Rafael de Madrid. Apoyó las comunidades de San Baudilio, Les Corts y Pamplona. En el capítulo de 1919 obtuvo la designación de primer consejero provincial y pasó a Santurce para hacerse cargo de la nueva fundación.

En 1922 recibió el nombramiento de delegado provincial de México y prior de Cholula.

En el capítulo de 1925 fue elegido provincial de España, Portugal y América. Durante su provincialato se adquirió para la Orden la histórica Casa de los Pisa (Granada), donde murió san Juan de Dios, para residencia de ancianos. Se fundó Jerez de la Frontera el 28 de noviembre de 1927 y se compraron los terrenos para el nuevo hospital psiquiátrico de Palencia.

En el capítulo general celebrado en Roma, abril de 1928, pasó a general de la Orden, lo que fue celebrado en la Provincia de España con singulares muestras de júbilo. En este año, el cardenal de Sevilla, Eustaquio Ilundain, hizo entrega de las reliquias del beato Juan Grande a la Orden y fueron colocadas en la nueva capilla del sanatorio.

Durante su generalato se llevaron a cabo en toda la Orden importantes reformas. Compró definitivamente el hospital San Juan Calibita de Roma, pidió a la Santa Sede que proclamara a san Juan de Dios, en unión de san Camilo de Lelis, patrón de las asociaciones católicas de enfermeros y auxiliares de uno y otro sexo, constituyó la provincia de Irlanda; visitó todas las casas de la Orden, en las que fomentó con su presencia y consejos el espíritu hospitalario. Antes de finalizar el generalato preparó la división de la Provincia hispanoamericana en las tres actuales.

Cesó en su cargo y regresó a España y presidió el capítulo provincial como delegado del padre general, en el que se realizó la división de las tres provincias y, merced a su tacto y prudencia, se vino a una inteligencia en todo lo referente a la distribución de casas, personal y demás cosas afectadas por la división.

Fue nombrado provincial de Castilla, con sede en Palencia. Ordenó con celo los centros de formación.

El acoplamiento de personal pedía, igualmente, un tiempo de espera. Visitadas las casas que comprendía la provincia, hizo un viaje a Asturias y Vigo para tantear la posibilidad de hacer una fundación, como luego se realizó.

El 6 de enero de 1935 celebró las “bodas de oro” de la profesión religiosa, y recibió por este motivo felicitaciones de toda la Orden, y muy en especial de las provincias españolas y de Portugal.

Le tocaron los aciagos días de la contienda nacional, en los que sintió la responsabilidad y la incomunicación con tantas casas de la Orden, sufriendo por ello las circunstancias adversas reinantes. Su determinación personal era: “seguir a la cabecera de los pobres enfermos, aunque hubiera que tener que soportar, quizá, la muerte”.

Pudo establecer comunicación con las casas de Andalucía por Extremadura y ofreció en afectuosa carta a los religiosos y a las casas de las otras provincias una mutua ayuda y colaboración, en virtud de las disposiciones emanadas de Roma en abril de 1936 y de los acuerdos tomados, con esta ocasión, por los tres provinciales de España, sin que jamás estuviera en su ánimo la idea de intervenir en la vida administrativa ni disciplinar de las comunidades ni de las casas.

Las noticias de asesinatos en las comunidades de Ciempozuelos (Madrid), Valencia, Calafell, Talavera de la Reina y Carabanchel Alto fueron golpes muy duros. Fue siempre de corazón generoso y magnánimo, y muy preocupado en atender a los enfermos para que no les faltara nada. Profesó especial devoción a la Santísima Virgen y a san Rafael Arcángel.

Haciendo los ejercicios espirituales. Falleció en Palencia el 14 de diciembre de 1936.

 

Bibl.: J. C. Gómez Bueno, Historia de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Granada, Archivo Interprovincial, 1963; O. Marcos Bueno, Historia de la Provincia de San Juan de Dios de Castilla, 1934-1968, Madrid, Hermanos de San Juan de Dios. Curia Provincial, 1969; “Calvo, Faustino”, en Q. Aldea Vaquero, J. Vives Gatell y T. Marín Martínez (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 320.

 

José Luis Martínez Gil, OH