Acilius Attianus, Publius. ¿Itálica? (Santiponce, Sevilla), c. 60 sup. – ?, 118 post. Prefecto del Pretorio.
La vida de Publius Acilius Attianus se conoce, de forma muy fragmentaria, a través de noticias puntuales de los escritores clásicos y de algunas inscripciones que se le atribuyen con mayor o menor seguridad.
El senador y escritor Dión Cassio le hacía compartir patria con Adriano (Cassius Dio LXIX, 1), lo que se ha interpretado como un error del autor, al creer que el emperador había nacido en la ciudad de Itálica (Santiponce, Sevilla). Esto no descarta que Attianus naciera allí, aunque se acepta mayoritariamente que ambos procedían de familias originarias de esta ciudad de la Bética. No es posible determinar con precisión la fecha de su nacimiento, pero algunas circunstancias bien datadas de su vida han permitido a A. Caballos situarla cronológicamente en algún momento del reinado de Nerón (54-68).
Se ignoran absolutamente los acontecimientos de su infancia y juventud hasta el año 86. En esa fecha, Attianus se convirtió en tutor del joven Publius Acilius Attianus, el futuro emperador Adriano, una función que se considera que alcanzaba exclusivamente a los asuntos testamentarios, ya que no parece haber una relación familiar con el tutelado. Compartió esta responsabilidad con Trajano hasta el año 90, momento en que Adriano alcanzó la edad legal requerida para ocuparse personalmente de la gestión de su patrimonio.
Por entonces ya era Attianus un miembro del orden ecuestre, lo que quiere decir que disponía de la fortuna exigida (un mínimo de cuatrocientos mil sestercios) y que habría obtenido el rango mediante una concesión imperial. Pero su situación real debía ser especialmente privilegiada para que la familia imperial le hiciera depositario de la confianza que un tutor requería, lo que quizá pueda explicarse por el origen común de ambas familias y por los lazos que esta situación permitía establecer.
La siguiente noticia sobre Attianus corresponde a su presencia en la guerra pártica de Trajano (114-117), cuando probablemente ya era prefecto del pretorio, un cargo que le convertía en uno de los dos jefes de las legiones pretorianas (junto a Claudius Livianus) y que le situaba muy cerca del Emperador. Esta prefectura suponía la culminación de una carrera ecuestre que hay que imaginar que habría desempeñado Attianus y que le habría proporcionado una larga experiencia en la Administración civil y militar.
Su cargo debió de permitirle estar muy cerca de Trajano en los últimos días de vida de éste, cuando se dirimió la cuestión sucesoria. El príncipe murió en agosto del año 117 en Selinunte (Cilicia). Había ido a Oriente para ponerse al frente de la guerra contra los partos y había colocado a Adriano en el gobierno de la provincia de Siria, de gran importancia estratégica durante el conflicto.
Por entonces, Adriano contaba entre sus amigos al antiguo tutor. La repentina enfermedad y muerte del Monarca, sin testamento político, desató los rumores de envenenamiento. Según Dión Cassio (Cassius Dio LXIX, 1), la emperatriz Plotina organizó la sucesión, contando con la estrecha colaboración de Attianus, con quien mantendría una relación amorosa, dotando a Adriano de la legitimidad necesaria como si hubiera sido elegido personalmente por su predecesor.
El flamante príncipe retrasó su vuelta a Roma, enviando primero a su prefecto Attianus, a quien sin duda confirmó en el cargo, para que le allanara el camino. Aelius Spartianus, autor de la biografía de Adriano integrada en la Historia Augusta, atribuía la responsabilidad de los acontecimientos posteriores a Attianus (Vita Hadriani 5, 1), quien, según esta versión, habría sido responsable de las operaciones de eliminación de la oposición política en Roma. Quien había sido su tutor y luego su amigo (Vita Hadriani 4, 2), le ayudaba ahora a afianzarse en el trono. El prefecto habría enviado una carta al príncipe, aconsejándole dar muerte a algunos sospechosos de traición, todos ellos miembros de importantes familias senatoriales.
Es posible que también se debiera a una iniciativa suya la muerte de cuatro individuos de rango consular que se habían significado en la alta política del reinado anterior, aunque Spartianus (Vita Hadriani 7, 1 y ss.) hablaba de decisiones del Senado.
Attianus recibió los ornamenta consularia, siendo después ascendido al rango senatorial, en un proceso muy poco claro en lo que se refiere a los pasos y las fechas en que se produjo. A. Caballos ha deducido que la concesión honorífica de los ornamenta pudo producirse entre los años 117/119, siendo todavía prefecto del pretorio, mientras que algunos años después habría sido promocionado al Senado con rango de pretor (adlectio inter praetorios), coincidiendo con un alejamiento entre Attianus y el príncipe. Esta promoción parece haber sido un instrumento para apartarle de los puestos de responsabilidad política.
No hay noticias posteriores de Attianus, ni de su vida personal ni de su carrera política. Se ignoran tanto la fecha como las circunstancias de su muerte.
Bibl.: Prosopographia Imperii Romanii, Pars II (PIR II), Berlin, Walter de Gruyter, 1936, n.º 45; A. R. Birley, “The Oath not to put Senators to Death”, en Classical Review 12, (1962), págs. 197-199; A. Balil, “Los senadores hispanorromanos desde Trajano a Commodo”, en Saitabi 18, (1967), págs. 3-24; R. Étienne, “Les senateurs espagnols sous Trajan et Hadrien”, en Les empereurs romains d’Espagne, Paris, Centre National de la Recherche Scientifique, 1965, págs. 55 y ss.; C. Castillo, Prosopographia Baetica, Pamplona 1965; R. Wiegels, Die römischen Senatoren und Ritter aus del hispanischen Provinzen bis Diokletian. Prosopographie und Herkunft, Friburg 1971; R. Syme, “Guard prefects of Trajan and Hadrian”, en Journal of Roman Studies 70, 1980, págs. 64-80; A. Caballos Rufino, “P. Acilius Attianus”, en Habis 15, (1984), págs. 237-251; A. Caballos Rufino, Los senadores hispanorromanos y la romanización de Hispania (siglos i-iii), Sevilla, Gráficas Sol, 1990.
Pilar González Conde-Puente
