Filipo II. Imp(erator) Caesar M(arcus) Iulius Severus Philippus Augustus. ?, 237-238 – Roma (Italia), IX-X. 249. Emperador de Roma.
Fue hijo de su predecesor en el trono y homónimo, Filipo I el Árabe, y de Otacilia Severa, perteneciente a una familia ecuestre.
En el año 244, unos meses después de que su padre ocupara el trono, Filipo fue nombrado César (entre el 23 de julio y el 15 de agosto) (Código de Justiniano, 4, 29, 10), lo que le convertía en heredero (ILS, 513), así como en princeps iuventutis (príncipe de la juventud). Tres años más tarde, entre el 11 de julio y el 30 de agosto del 247 (según diversos testimonios: PIR² n.º I 462), fue nombrado Augusto y pasó a ocupar el trono junto a su padre, asociado al Gobierno pese a su juventud y acompañándole en sus viajes. Desempeñó el consulado dos veces, en 247 y 248.
En Hispania, el nombre Filipo II queda documentado en dos inscripciones honoríficas halladas en Córdoba (CIL II²/7, 256) y Gerona (CIL II 4621), en las que todavía era César (entre 244 y 247).
En el año 249 (septiembre u octubre) estaba en Roma (Aurelio Víctor, 28, 10) mientras su progenitor se enfrentaba a Decio, que se había proclamado Emperador.
Filipo padre fue entonces asesinado por los soldados y, a continuación, los pretorianos mataron en su cuartel al hijo (Aurelio Víctor, 28, 11). Quizá sufrieron damnatio memoriae (borrado de sus nombres en inscripciones y monumentos) y luego fueron divinizados (Eutropio, 9, 3, 1).
Bibl.: E. Hübner, Corpus Inscriptionum Latinarum, vol. II (CIL II), Berlin, Academia Litterarum Regia Borussicae, 1869, n.º 4621; H. Dessau, Inscriptiones Latinae selectae IIII (ILS), Berlín, Apud Weidmannos, 1892-1916 (ed. anastática, Berlin, Weidmann, 1962), n.º 513; A. Stein, “M. Iulius Philippus”, en Paulys Real-Encyclopädie der classischen Altertumswissenschaft, vol. X.1, Stuttgart 1918 (München, Alfred Druckenmüller,1972, cols. 770 ss., n.º 387); L. Petersen, Prosopographia Imperii Romani saec. I, II, III. Editio altera (PIR²), Pars IV.3, Berlin, Walter de Gruyter, 1966, págs. 248- 249, n.º I 462; S. Dusanic, “The end of the Philippi”, en Chiron, 6 (1976), págs. 427-439; H. A. Pohlsander, “Did Decius Kill the Philippi?”, en Historia, 31 (1982), págs. 214- 222; A. U . Stylow, Corpus Inscriptionum Latinarum, vol. II (editio altera), pars VII, conventus Cordubensis, Berlin, Walter de Gruyter, 1995, n.º 256; D. Kienast, Römische Kaisertabelle. Grünzuge einer römischen Kaiserchronologie, Darmstadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1996, págs. 200-201; X. Loriot y D. Nony, La crise de l’empire romain 235-285, Paris, Armand Colin, 1997; Y. Zahran, Philip the Arab. A study in prejudice, London, Stacey International Publishers, 2001; Ch. Körner, Philippus Arabs. Ein Soldatenkaiser in der Tradition des antonisch-severischen Prinzipats, Berlin- New York, Walter de Gruyter, 2002.
María Pilar González-Conde