Constante. Flavius Iulius Constans. ?, 320 o 323 – Helena (Francia), c. 18.I.350. Emperador de Roma (337-350).
Fue el menor de los hijos de Constantino I (272- 337) y de Fausta. La fecha de su nacimiento sólo puede calcularse a partir de la de su muerte el año 350 y de sus años de gobierno, datos en los que las fuentes difieren; Eutropio (Breviario, 10, 9, 4) indica que murió tras diecisiete años de gobierno y a los treinta años de edad, lo que situaría su nacimiento en el año 320, en lo que concuerda con la información de Zonaras (13, 6); sin embargo, a partir del Epítome sobre los Césares (41, 23), que sitúa su muerte a los veintisiete años, habría que llevar esta fecha hasta el 323.
Las escasas referencias que las fuentes antiguas proporcionan de su figura —máxime tras la pérdida de la parte de la Historia de Ammiano Marcelino dedicada a Constante (Ammiano Marcelino, Historia, 27, 8, 4)— describen un cuadro severamente crítico con su personalidad y su gobierno. Duramente atacado por Aurelio Víctor, que fulminó en unos pocos párrafos su vida privada, su condición homosexual y su conducta política (Aurelio Víctor, Libro de los Césares, 41, 23-24), Eutropio (Breviario, 10, 9, 3) dice que al principio fue un buen gobernante antes de perder su salud y tener malos amigos, cayendo en vicios graves y haciéndose “intolerable a los provinciales e impopular entre los soldados”.
Su carrera política comenzó muy pronto, aún en vida de su padre, cuando con diez o trece años —dependiendo de la fecha de su nacimiento— fue elevado a la condición de César en Constantinopla el 25 de diciembre del año 333, un privilegio que su hermano Constantino II había recibido el año 317 y otro de sus hermanos, Constancio II, el 324. Dos años después, el 335, se le encomendaron los territorios de África, Italia e Illyricum (Anonymus Valesianus, 35; Epítome sobre los Césares, 41, 20), bajo la tutela de su hermano Constantino II, administrador del Occidente como heredero de su abuelo Constancio I y de su padre Constantino I. Seguramente antes de cumplir los diecisiete años, y en todo caso antes del año 337 en que murió su padre, se anunció su matrimonio con Olympias, hija de Ablabius, prefecto del pretorio del Este y cónsul del año 331, la misma mujer que casi dos décadas más tarde su hermano Constancio II entregaría como esposa al rey Arsaces III de Armenia (Ammiano Marcelino, Historia, 20, 11, 3); el matrimonio entre Olympias y Constante formaba parte de la política de Constantino I de vincular a sus hijos a la aristocracia romana para asegurar el sostenimiento dinástico a su muerte.
En el reparto territorial del Imperio Romano que tuvo lugar a la muerte de Constantino I, que Eusebio (Vida de Constantino, 4, 51, 1) califica como la distribución de una propiedad familiar, Constante mantuvo los territorios asignados por su padre con lo que, cuando el 9 de septiembre del año 337 los hijos de Constantino I asumieron el título de Augustos (Eusebio, Vida de Constantino, 4, 68, 3), Constante pasaba a gobernar la parte central del Imperio, aunque a África, Italia e Illyricum se le añadieron Macedonia y Achaia (Grecia), extendiendo así su influencia en el área balcánica y sus proximidades; el reparto fue consagrado en la reunión de los tres hermanos (Constantino II, Constante y Constancio II) en Viminacium (junto a Kostolac, Serbia, provincia de Moesia superior), cerca de la frontera de Pannonia, el año 338.
Ese mismo otoño, Constante llevó a cabo una campaña contra los Sármatas, lo que le valdría el calificativo de Sarmaticus que se conoce por una inscripción de Troesmi ([Iglitzae], Rumanía).
Aquel reparto territorial entre los tres hermanos no tardó en mostrar la fragilidad de las previsiones sucesorias de Constantino I. El intento de Constantino II de absorber el territorio gestionado por su hermano menor Constante fracasó en la primavera del año 340; su frustrada invasión de Italia y el enfrentamiento cerca de Aquileia concluyó con la muerte de Constantino II (Eutropio, 10, 9, 2, Aurelio Víctor, 41, 22), siendo arrojado su cuerpo al río Alsa (Epítome sobre los Césares, 41, 21). El 29 de abril del 340, en esta misma ciudad, Constante proclamaba a su difunto hermano como publicus ac noster inimicus (Código de Teodosio, 11, 12, 1), tomando posesión de los territorios que le habían sido asignados a aquél, con lo que las Galias, Britannia e Hispania pasaban a estar bajo su dominio. Roma quedaba otra vez en manos de dos Augustos, Constante y Constancio II, aunque el ámbito territorial del primero cubría de nuevo casi toda la Europa romana y África, una extensión que ningún otro gobernante romano había tenido bajo su mano desde los tiempos de Diocleciano. En las circunstancias políticas y fronterizas de esos años centrales del siglo iv, el dominio de ese gigantesco espacio obligó a Constante a encomendar la administración de la Galia a un funcionario experimentado, el prefecto del pretorio Fabius Titianus, que diez años después se pondría del lado de Magnencio. Las escasas referencias que se tienen en las fuentes de este período mencionan campañas contra los Francos en la Galia en los años 341-342 y una campaña de Constancio en Britannia el 343 (Ammiano Marcelino, 20, 1, 1); si se hace caso a este autor, las campañas de Constante contra los Alamanes debieron ser suficientemente severas como para asegurar el temor de éstos, un temor que sólo se repetiría en tiempos de Juliano (Ammiano Marcelino, 30, 7, 5). Constante tuvo como consejero a Euterio (Ammiano Marcelino, 16, 7, 5), que lo sería luego también de Juliano; entre sus generales se conocen los nombres de Sallustius y Sallia, que fueron cónsules en los años 344 y 348, respectivamente.
Constante, bautizado el año 337, fue un monarca de rígidas convicciones cristianas que destacó por sus medidas contra judíos y paganos y por su apoyo a Atanasio —obispo de Alejandría desterrado en Tréveris por Constantino I y restituido en su puesto por Constantino II— en su lucha contra los arrianistas. De hecho, se implicó en la vida de la Iglesia hasta el punto de convocar el año 343, después de las campañas en Britannia, el Concilio de Serdica (Sofía, Bulgaria), destinado a imponer una unidad de criterio entre los obispos del Este, mayoritariamente arrianos, y los del Oeste.
El año 350 la corte de Constante estaba en Augustodunum (Autun, Francia), la ciudad gala y capital de los Eduos. Allí fue donde el comes largitionum Marcellinus organizó la celebración del cumpleaños de su hijo en la que apareció el usurpador Magnencio vestido con ropas imperiales, siendo aclamado por los presentes (Zósimo, 2, 58); Constante, huido y perseguido por las tropas de Gaiso —recompensado por ello con el consulado del año 351— fue asesinado cerca de los Pirineos en una fortaleza llamada Helena (Eutropio, Breviario, 10, 9, 4; Zósimo, 2, 58). La crítica moderna explica la rápida aceptación de Magnencio y el ocaso de Constante no sólo en la impopularidad de este último, sino en la existencia de lealtades residuales de Constantino II que vengaban así la muerte de éste diez años antes. Durante un tiempo se pensó que el conjunto arquitectónico de Centcelles (Tarragona) fue el mausoleo de Constante, aunque la historiografía moderna tiende a rechazar esta idea.
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Juan Manuel Abascal