Claudio II. El Gótico. M(arcus) Aurelius Claudius. ?, 10.V.214 (?) – Sirmium, Sremska Mitrovika (Serbia), IX.270. Emperador de Roma.
De origen desconocido, se ha considerado, sin embargo, la posibilidad de que procediera del Ilírico (en los Balcanes). Su familia carecía de la fortuna suficiente para que él pudiera hacer frente a los gastos que ocasionaba una carrera pública, de manera que tuvo que recibir ayuda pública para el desempeño de algunos de los puestos que ocupó. Sobre su retrato personal, dice la Historia Augusta que era un hombre fuerte físicamente y moderado en sus costumbres, aunque apreciaba la comida. La misma fuente dice que tuvo varios hermanos: Quintilo (su efímero sucesor y único pariente confirmado con seguridad, cuyo nombre completo era Marcus Aurelius Claudius Quintilus), Crispo y Constantina (muerta en su juventud). No tuvo hijos.
Se descarta la veracidad de otros parentescos que le atribuyen las fuentes clásicas, como que fuera hijo del emperador Gordiano III (238-244) o antepasado de Constancio Cloro (293-306) (Scriptores Historiae Augustae [SHA], Vita Claudii, 3,1).
En su carrera figuran varios cargos militares durante los años anteriores a la subida al trono. Se le atribuye un tribunado militar durante el reinado de Decio (249-251), así como el tribunado de la legión V Martia. Según su biógrafo en la Historia Augusta ([SHA], Vita Claudii, 15,2), el emperador Valeriano y su hijo Galieno le pusieron al mando de los ejércitos del Ilírico, con mando sobre las provincias del Danubio medio y, por lo tanto, sobre los territorios más amenazados por los pueblos del otro lado del río. Por su actuación, probablemente fue recompensado por el Senado con una estatua.
A comienzos del otoño de 268 se produjo la muerte de su predecesor en el trono, el emperador Galieno.
Dice Aurelio Víctor (33, 28) que, al verse moribundo, Galieno habría mandado las insignias imperiales a Claudio, que en ese momento era tribuno y estaba en Ticinum (Pavía, Italia). Los soldados le nombraron Emperador en septiembre u octubre del mismo 268.
El nuevo Emperador tuvo que enfrentarse muy pronto a los problemas en la frontera norte, donde la presión de los pueblos transdanubianos constituía un conflicto ya endémico. Tras vencer a los alamanes, pudo pasar el invierno en Roma.
Al año siguiente (269), Claudio se enfrentó a los godos, que atacaban el Ilírico y Macedonia y los derrotó en una gran batalla junto a Naissus (Nis, Serbia) (Eutropio, 9, 11, 2). Mientras tanto, en Oriente, la reina Zenobia de Palmira estaba extendiendo sus dominios hasta Antioquía (Siria) y Egipto (Zósimo, 1, 44-45), provocando un conflicto político con el estado romano que se resolvió por la fuerza de las armas durante el reinado de Aureliano (270-275). Mientras el Emperador, que acababa de vencer a los godos, permanecía en el Ilírico, se declaró una epidemia de peste.
El propio Claudio se vio afectado por la enfermedad, que terminó con su vida en septiembre del año 270 en la ciudad de Sirmium (Sremska Mitrovika, Serbia).
Tras su muerte, el Senado decretó su divinización.
La historia posterior le ha considerado un gobernante prudente, capaz y justo, querido por los soldados y por el Senado. Su biógrafo le proclamaba uno de los mejores príncipes que había tenido el Estado, con “el valor de Trajano, la piedad de Antonino y la moderación de Augusto” ([SHA], Vita Claudii, 2, 1 ss.).
Desempeñó el cargo de cónsul durante el año 269 por primera vez en su carrera, sin que pueda darse como seguro un segundo consulado. Por sus victorias, el Senado le otorgó los títulos de Germanicus (268), Gothicus (269) y Parhticus (270).
En la Península Ibérica, el reinado de Claudio queda documentado en algunas inscripciones en lugares tan dispersos como Tricio (La Rioja) o Sagunto (Valencia).
Varias ciudades dedicaron epígrafes honoríficos al Monarca, como los de Martos (Jaén) y los de la provincia de Valencia (en Sagunto, Játiva y la propia ciudad del Turia).
Por lo que respecta a Hispania, el gobierno de Claudio II tiene una gran importancia desde el punto de vista monetario, no sólo por la distribución de sus series oficiales, sino por sus emisiones póstumas, que alcanzaron gran popularidad y que fueron corrientes en todo el occidente del Imperio romano. Esas series póstumas de consagración, con leyenda Divo Claudio en el anverso y Consecratio en el reverso, debieron de acuñarse durante el gobierno de Quintilo y sus reversos habituales son el águila en diferentes posiciones y el altar. En su mayoría debieron de fabricarse en talleres no oficiales, es decir, ajenos a las fuentes ordinarias de abastecimiento monetal; en otras palabras, se trataba de moneda de imitación producida con toda probabilidad en talleres locales. Los problemas de aprovisionamiento monetario en la etapa posterior al 270 d. C. fomentaron la tesaurización incluso de estas monedas de baja calidad y pésima ejecución; hace ya años, J. P. Callu demostró que se mantuvieron en circulación hasta la plena instauración del bronce reformado durante la etapa tetrárquica. Algunas de las cecas que emitieron estas piezas debían de ser hispanas y norteafricanas, aunque hoy por hoy la mayor parte de las evidencias apuntan a su producción en las Galias.
Bibl.: E. Groag y W. Henze, “M. Aurelius Claudius”, Paulys Real-Encyclopädie der classischen Altertumswissenschaft, vol. II.2 (Stuttgart, 1896), München, Alfred Druckenmüller, 1970, cols. 2458-2462, n.º 82; M. Ancona, Claudio II e gli usurpatori, Messina, Tipografía D’Angelo, 1901; L. H omo, De Claudio Gothico, Romanorum Imperatore (268-270), Paris, 1903; P. Damerau, Kaiser Claudius II. Goticus, Leipzig, Klio, 1934; A. Stein, “M. Aurelius Valerius Claudius”, en S. Stein, Prosopographia Imperii Romani saec. I, II, III. Editio altera (PIR²), Pars III, Berlin-Leipzig, Walter de Gruyter, 1943, págs. 331- 332, n.º A 1626; L. Cope, “The Nadir of the Imperial Antoninianus in the Reign of Claudius Gothicus”, en Numismatic Chronicle 7, 9 (1969), págs. 145-161; J. P. Callu, La politique monétaire des empereurs romains de 238 à 311, Paris, De Boccard, 1969; A. H. M. Jones-J. R. Martindale-J. Morris, The Prosopography of the Later Roman Empire I, A.D. 260-395 (PLRE I), Cambridge, University Press, 1971 (reimpresión 1975), pág. 209; R. Syme, “Emperors from Illyricum”, en Emperors and biography. Studies in the Historia Augusta, Oxford, Clarendon Press, 1971, págs. 204-205; T. Kotula, “Nessos et Naissos. Problème topographique et historique des campagnes de Gallien et de Claude II contre les Goths”, en Eos, 79 (1991), págs. 237-243; A. Lippold, “Kaiser Claudius II (Gothicus), Vorfahr Konstantins des Grossen, und der römische Senat”, en Klio, 74 (1992), págs. 380-394; A. Baldini, “Claudio Gotico e Costantino in Aurelio Vittore ed Epitome de Caesaribus”, en G. Bonamente y F. Fusco (eds.), Costantino il Grande, vol. I, Macerata, Università degli studi di Macerata, 1992-1993, págs. 73-89; T. Kotula, Cesarz Klaudiusz II i bellum Gothicum lat 269-270, Wroclaw, Wydawnictwo Uniwersytetu Wrocławskiego, 1994; D. Kienast, Römische Kaisertabelle. Grünzuge einer römischen Kaiserchronologie, Darmstadt, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 1996, págs. 234-238.
María del Pilar González-Conde