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Nazario Díaz López

Biografía

Díaz López, Nazario. San Andrés de Luena (Cantabria), 25.IV.1902 – Madrid, 2.III.1988. Farmacéutico.

Realizó sus estudios primarios y de bachiller con los padres escolapios, primero en Villacarriedo (Cantabria), posteriormente en Madrid. Cursó los de Farmacia en la Universidad Central, donde se graduó como licenciado el 4 de junio de 1926; durante sus años universitarios formó parte de la Asociación de Estudiantes de Farmacia, grupo que presidió, y fundó el Centro de Estudiantes Hispano-Americanos.

Ejerció como farmacéutico rural en Luena desde el 21 de febrero de 1927 hasta el 26 de julio de 1940.

Entre 1932 y 1935 trabajó como secretario técnico del Colegio de Farmacéuticos de Santander y en 1935 fue nombrado inspector provincial de Farmacia en esta provincia. Intervino como representante del Colegio de Farmacéuticos de Santander ante la Unión Farmacéutica Nacional, desarrolló una intensa labor en esta corporación farmacéutica, actuando como ponente de algunas de las reformas legislativas auspiciadas desde ella.

Durante la Guerra Civil se trasladó a Burgos, donde colaboró en la creación de la Junta Nacional de Farmacia, remedo de la Unión Farmacéutica Nacional y antecedente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Fue elegido miembro del Comité sindical de Industrias Químico-Farmacéuticas, en el que actuó como secretario de la rama de Material de Laboratorio [Boletín Oficial del Estado (BOE) de 30 de diciembre de 1938]. En noviembre de 1938 fue designado jefe interino de los servicios farmacéuticos del Estado, adscritos a la Dirección General de Sanidad (Ministerio de la Gobernación); la plaza le fue conferida en propiedad por orden del ministro de la Gobernación, fechada el 27 de julio de 1940.

Desde mediados de octubre de 1941 ocupó el cargo de inspector general de Servicios Farmacéuticos; en él se jubiló al alcanzar la edad reglamentaria, a finales de abril de 1972.

Se ocupó de elaborar, durante los primeros años del franquismo, las disposiciones legales que habrían de regular la actividad farmacéutica en España: protección de la industria química (1940), limitación de las oficinas de farmacia (1941), reorganización del cuerpo de inspectores farmacéuticos municipales (1940-1941), ordenación de la distribución farmacéutica (1944) y, particularmente, la promulgación de la Ley de Bases de la Sanidad Nacional (BOE de 26 de noviembre de 1944). También tuvo una activa intervención en la legislación sobre laboratorios y especialidades farmacéuticas aprobada en el verano de 1963.

Fue procurador en Cortes, en representación de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos, y miembro del Consejo Nacional de Sanidad. Presidió, hasta 1964, el patronato del Colegio de Huérfanos de Farmacéuticos, creado bajo su protección en 1942. Actuó como presidente de la Mutualidad de Funcionarios de la Dirección General de Sanidad, gestada por él en 1944 y a cuyo frente se mantuvo hasta 1960. Fue vocal del Comité nacional de plantas medicinales dependiente del Ministerio de Agricultura, miembro de la comisión elaboradora de la IX Edición de la Farmacopea Española, presidente de la Comisión para la Importación y Exportación de Especialidades Farmacéuticas y representante plenipotenciario del Gobierno español ante la conferencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), celebrada en Nueva York en 1961, en la que se aprobó la Convención Única de Estupefacientes.

Los reconocimientos profesionales que le fueron atribuidos suman legión: en 1942 fue nombrado presidente de honor de todos los Colegios Oficiales de Farmacéuticos; recibió la Medalla de Oro del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos de España; estuvo en posesión de la Gran Cruz del Mérito Naval (BOE de 21 de enero de 1950), Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad (BOE de 2 de agosto de 1950), Gran Cruz del Mérito Civil (BOE de 18 de agosto de 1964), Medalla de Oro del Mérito Civil Penitenciario y Encomienda de Cisneros, entre otras distinciones.

La Real Academia de Farmacia lo eligió académico de número en 1945. Tomó posesión de su medalla (la número 35) el 23 de abril 1949; en esta institución presidió la sección de Higiene y Sanidad entre 1962 y 1986, desempeñó los puestos de vicesecretario (1968-1969) y secretario perpetuo (1970-1978), cargo que abandonó por motivos de salud. En 1980, la Academia de Farmacia le concedió la Medalla Carracido en su categoría de plata. Perteneció, como correspondiente, a la Real Academia de Farmacia de Cataluña y a las academias peruana y colombiana de Farmacia.

Nazario Díaz López estuvo casado y fue padre de diez hijos.

 

Obras de ~: Análisis elemental y comparado de legislación farmacéutica nacional y extranjera, Madrid, Real Academia de Farmacia, 1949; con R. Olalla Mazón, Cultivo de la belladona, Madrid, Dirección General de Sanidad, 1951; con R. Olalla Mazón, El comercio de exportación de plantas aromáticas españolas, Madrid, Inspección General de Farmacia, 1955; con R. Olalla Mazón, Problemas sanitarios de los insecticidas derivados del fósforo, Madrid, Inspección General de Farmacia, 1956; con G. Folch Jou, Guía para el farmacéutico con oficina de farmacia, Madrid, Dirección General de Sanidad, 1957.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Ministerio de Economía y Hacienda, Clases pasivas, leg. 1215/72 (expediente formado sobre las pensiones de Nazario Díaz López).

R. Roldán Guerrero, Diccionario biográfico y bibliográfico de autores farmacéuticos españoles, vol. II, Madrid, Gráficas Valera, 1975, pág. 24; M. Jáuregui, “In memoriam. Nazario Díaz López, farmacéutico”, en Farmacéuticos, 119 (1980), págs. 20-21; “Necrología. Nazario Díaz López. 1902-1988”, en Anales de la Real Academia de Farmacia, 54 (1988), págs. 253- 255; http://www.ranf.com/academicos/numero.html.

 

Antonio González Bueno

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