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Juan de Mestanza Ribera

Biografía

Mestanza Ribera, Juan de. Sevilla, p. t. s. XVI – España, 1614 post. Poeta y funcionario de la Administración colonial en Centroamérica.

Las noticias biográficas de Mestanza son muy contadas.

Se sabe que era andaluz y, casi con seguridad, sevillano. Con posterioridad a 1556 marchó a América en compañía de su primo Luis de Ribera.

En Ciudad de México conoció a Baltasar de Orena, Francisco Cervantes de Salazar y al propio Gutierre de Cetina, que residían en la capital del virreinato de Nueva España. Médico para algunos de sus biógrafos, el bachiller Mestanza residía en Mérida de Yucatán ya por 1565, donde conoció al gobernador Luis Céspedes de Oviedo, que el 6 de marzo de 1567 lo nombró teniente general de aquella gobernación. Allí permaneció al menos hasta 1571.

En 1578 había pasado ya a residir en Guatemala, desde donde su fama de poeta comenzó a extenderse más allá de las fronteras de la colonia, llegando incluso a la Península. Desde allí, el propio Miguel de Cervantes se declaraba “testigo de su canto numeroso” en la octava que le dedicó en su “Canto de Calíope”, incluido en La Galatea (1585). En 1586, al saberse que el corsario Drake había cruzado el estrecho de Magallanes y que peligraba la costa, el presidente de la Audiencia García de Valverde organizó un cuerpo de milicia en el que Mestanza se enroló a las órdenes del capitán Francisco de Santiago para acudir a la defensa de la villa de La Trinidad de Sonsonate y del puerto de Acajutla, sin que finalmente llegara a entrar en combate. Tras este episodio, Mestanza permaneció en Sonsonate desempeñando el oficio de alcalde, al menos, hasta mediados de 1589. Por el encabezamiento de un soneto de su pluma, que por desgracia no ha sido fechado, se sabe que llegó a ocupar plaza de fiscal en la Audiencia de Guatemala.

Según se deduce de los tercetos que le dedicó Cervantes en el Viaje del Parnaso (“Llegó Juan de Mestanza, cifra y suma / de tanta erudición, donaire y gala, / que no hay muerte ni edad que la consuma. / Apolo le arrancó de Guatemala...”), para 1614 Mestanza había regresado ya a España, siendo de edad avanzada, donde murió en fecha desconocida. Se ha juzgado que el mérito de su obra no reside tanto en la calidad de sus textos, que siguen fielmente los modelos expresivos de la escuela sevillana de Fernando de Herrera, como en el propio afán de crear poesía en el contexto social de la primera generación de colonizadores. No obstante, la calidad lírica de Juan de Mestanza fue reconocida por sus contemporáneos y hoy se le considera uno de los padres de la poesía centroamericana, junto a su amigo Baltasar de Orena y a Pedro de Liébana, sor Juana de Maldonado y los hermanos Cadena.

Obras de ~: “Poesía amorosa” y “Villancicos y sonetos dedicados a la Virgen María”, en Flores de varia poesía, antologado por G. de Cetina, México, 1577 (inéd.) (ed. en Coloquios espirituales y sacramentales y canciones divinas, antologados por F. Vello de Bustamante, México, Imprenta de Diego López de Dávalos, 1610).

 

Bibl.: D. López Cogolludo, Historia de Yucatán, México, 1668 (México, Academia Literaria, 1957, págs. 439-443); J. T. Medina, Escritores americanos celebrados por Cervantes en el Canto de Calíope, Santiago de Chile, Nascimento, 1926; J. Campos, “Presencia de América en la obra de Cervantes”, en Revista de Indias, VIII (1947), págs. 371-404; L. A. Díaz Vasconcelos, Apuntes para la historia de la literatura guatemalteca: épocas indígena y colonial, Guatemala, Tipografía Nacional, 1950; R. Rosaldo, “Flores de varia poesía. Apuntes preliminares para el estudio de un cancionero manuscrito mexicano del XVI”, en Hispania, 34, n.º 2 (1951), págs. 177- 180; F. Albizurez Palma, Grandes momentos de la literatura guatemalteca: índice biobibliográfico de la literatura guatemalteca, Guatemala, Editorial José de Pineda Ibarra, 1983, pág. 9; J. L. Pinto Soria, “El régimen colonial (1524-1720)”, en E. Torres Rivas (coord.), Historia General de Centroamérica, vol. II, México, Sociedad Estatal Quinto Centenario-Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, 1993, pág. 210.

 

Jaime J. Lacueva Muñoz