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Beato Juan de Zafra

Biografía

Zafra, Juan de. Jerez de los Caballeros (Badajoz), ¿p. s. XVI? – Océano Atlántico frente a las costas de la isla de La Palma (Santa Cruz de Tenerife), 15.VII.1570. Misionero jesuita (SI), beato y mártir.

El portugués Ignacio de Azevedo había reunido la suficiente experiencia acerca de la provincia del Brasil. Tras la celebración de la congregación provincial de Salvador de Bahía en 1568, se le nombró procurador para que asistiese a Roma. Antes pasó por Portugal y expuso con el joven monarca Sebastián I —el que habría de morir pronto en la mítica Alcazarquivir— los problemas propios de Brasil. Después hizo lo mismo con el general Francisco de Borja, el cual le nombró provincial de esa jurisdicción jesuítica. Su objetivo era organizar una misión de gran tamaño, única para este horizonte misionero, la cual habría de tener, no solamente un afán evangelizador sino también civilizador.

Por las provincias de España —Castilla, Toledo, Aragón y Andalucía— reunió a setenta y tres jesuitas, además de candidatos a poder entrar en la Compañía en aquellos territorios. Uno de ellos era el extremeño Juan de Zafra, hermano jesuita en el momento de su fallecimiento, el cual había entrado en la Compañía en Évora, el 8 de febrero de 1570, solamente unas pocas semanas antes de que zarpase hacia el Brasil. Precisamente, cuando el padre Azevedo pasó por Évora fue cuando debió conocer Zafra estas intenciones, alistándose como voluntario. Había pasado el nuevo provincial por Madrid, Valencia, Barcelona y Medina del Campo. En Portugal, visitó la mencionada Évora, Coimbra y Braga. El conjunto de los misioneros habrían de concentrarse en Val del Rosal, el 3 de mayo de 1570. Todos ellos viajaron en tres barcos diferentes, acompañados de familias y trabajadores llamados a construir ciudades —de ahí, la misión civilizadora—, y dentro de ellas, los edificios destinados al culto divino, las iglesias. Esta expedición de tan destacados objetivos salió desde el puerto de Lisboa y el 5 de junio de 1570, en la escuadra de Luis de Vasconçelos y Meneses, el cual había sido nombrado gobernador del Brasil.

Al alcanzar el puerto de Funchal, en Madeira, la nave “Santiago”, en la cual viajaban Ignacio de Azevedo y otros treinta y nueve jesuitas —entre ellos Juan de Zafra—, se separó de la flota, pretendiendo alcanzar las Canarias y realizar en ellas gestiones comerciales. Mientras avistaban la isla de la Palma, la nave fue abordada por el corsario hugonote Jacques Sourie. En realidad, los navíos de Sourie habían sido ya rechazados en la artillería del castillo de San Lorenzo de la isla portuguesa de Madeira y por los cañones de las naves de Luis Vasconçelos, cuya flota se encontraba anclada en la bahía. Los misioneros ya se habían refugiado en el puerto de Tazacorte, en la isla de la Palma, protegidos por la familia de Melchor de Monteverde. Zarpó de nuevo el galeón el 14 de julio rumbo a Santa Cruz de La Palma. Cuando se aproximaban a la Punta de Fuencaliente, fueron interceptados por el corsario Jacques Sourie, al amanecer del 15 de julio.

Aquellos calvinistas perdonaron la vida a la tripulación pero no a los misioneros jesuitas que en ella viajaban. Este grupo serán los llamados mártires del Brasil, también conocidos como “de Tazacorte”. Los piratas lanzaron por la borda los cuerpos de los misioneros —algunos de ellos moribundos por las heridas—, hasta que comprobaron que se hundían en el mar. Únicamente, se salvó momentáneamente un hermano coadjutor, que ejercía el oficio de cocinero y que de manera provisional pasó al servicio del corsario, el cual fue posteriormente ejecutado. De entre los treinta y nueve mártires, treinta y uno eran portugueses y ocho habían nacido en España.

El relato de lo ocurrido fue narrado por los miembros supervivientes de la tripulación. Cuando regresaron éstos a Funchal, en Madeira, se lo comunicaron al jesuita Pedro Díaz, siendo todo ello recogido en “La Relación del martirio del padre Ignacio de Azevedo y sus compañeros”. Dentro de la Compañía de Jesús existió una conciencia temprana de martirio hacia todos ellos y como tales habrían de ser recordados, aunque como comprobó Alonso de Andrade en el siglo XVII, el martirio se había borrado con el paso del tiempo de la conciencia de los canarios. El proceso de santificación fue detenido con la supresión del Instituto ignaciano, puesto que con anterioridad, el papa Benedicto XIV había reconocido el martirio de estos cuarenta jesuitas, por bula de septiembre de 1742. En mayo de 1854, el papa Pío IX los beatificó.

 

Bibl.: M. Aragonés, “Cartas sobre o martirio (Ilha da’Madeira de 19 Ag. 1570)”, en J. Fotio, Informatio pro S.D. Ignatii Azebedo, S.J., Roma, 1664; P. Possino, De vita et morte P. Ignatii Azevedii et sociorum eius e Societate Iesu libri quatuor, Romae, ex Typographia Varesij, 1679; A. Cabral, Relación del martirio de los cuarenta martyres de la Compañía de Jesús: vida del venerable martyr P. Ignacio Acevedo, su superior martyrizados por los hereges Calvinistas, en odio de la Santa Fe Católica que dio a luz [...], en idioma italiano y nuevamente traducida de la misma Compañía, Madrid, Imprenta y Librería de Manuel Fernández, 1744; G. Beauvais, Les quarante martyrs ou vie du bienheureux Ignace de Azevedo, S.J. Histoire de son martyre et de celui de trente-neuf autres, Bruselas, 1854; G. C. Cordara, Historia Della vita e della gloriosa morte del Beato Ignacio de Azevedo e di altri 39 beati martiri della Compagnia di Gesù, Roma, 1854; A. Rumeu de Armas, “La expedición misionera al Brasil martirizada en aguas de Canarias (1570)”, en Missionalia Hispanica, 4 (1947), págs. 329-381; A. Franco, Uma glória nacional. Vida e martirio de beato Inácio de Azevedo e seus 39 companheiros da Companhia de Jesús, ed. A. Santiago, Braga, 1961; A. Cardoso, “IV Centenário dos mártires do Brasil”, en Verbum, 27 (1970), págs. 201- 236; E. Jorge, “Santa Teresa de Jesús y el Beato Ignacio de Acevedo. Martirio y profecía”, en Manresa, 43 (1971), págs. 79-90; F. J. Ruiz, “Zafra, Juan de”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de la Historia Eclesiástica de España, vol. IV, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1975, pág. 2791; J. G. Rodríguez Escudero, “Los Mártires de Tazacorte”, en Revista Digital BienMeSabe.

org, n.º 165 (2007).

 

Javier Burrieza Sánchez

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