Naudín Guzmán, José. Conde de Guzmán (I). Arlés (Francia), 1748-1749 – París (Francia), 30.III.1820.
Ingeniero, militar y político, primer inspector de Caminos y Canales Nacido en una familia francesa que pasó al servicio de la Monarquía española con el advenimiento de la dinastía borbónica, su padre fue Arduino María Naudín, Nodén o Nodín, sobrino de Juan Bautista La Combe, ayuda de cámara del infante Felipe, y marino, y de Felipa de Guzmán y Solís, nacida en Lisboa e hija de Joaquín de Guzmán, también mozo de cámara del Infante. Cuando éste quedó como duque de Parma en 1748, los padres debieron trasladarse allí, por lo que su hijo José pudo nacer a finales de ese año o comienzos del siguiente en el sureste francés. Parece probable que tuviese una educación italiana, así como que retornase a España con el apoyo de la casa ducal, en la persona del propio duque y de su hija María Luisa, casada con su primo, el futuro monarca Carlos IV, en 1765.
Relacionado pues, por familia, con el nutrido grupo de extranjeros que sirvieron a la Monarquía española durante los reinados de Carlos III y Carlos IV, en instituciones vinculadas al desarrollo de la ciencia ilustrada, las primeras noticias del trabajo de José Naudín en España aparecen en 1790, cuando era director de Caminos y subdelegado de Caminos y Canales en Cataluña, por lo que era responsable de la carretera de Francia. Por entonces se enfrentó al comandante militar de Figueras, pues las obras de mejora vial que había promovido afectaron la fortificación de la plaza. A su cargo también estuvieron las obras del puerto de Los Alfaques, el canal de navegación hasta el río Ebro y el nuevo poblado de San Carlos de la Rápita.
Su actuación fue determinante en la creación, mediante una Real Orden de 12 de junio de 1799, de una inspección general de caminos y canales, dependiente de la Junta de Correos, Postas y Caminos, con un reducido cuerpo de facultativos. En este sentido, fue mérito de Naudín tanto canalizar las inquietudes ilustradas expresadas por Agustín de Betancourt y Juan López de Peñalver en la Memoria sobre los medios de facilitar el comercio interior (1791) como aprovechar con inteligencia la ocasión política emanada de la ruptura del puente del rey en el camino de Valencia —sobre la cual fue llamado a informar— para impulsar, con el apoyo de los ministros Francisco de Saavedra y Mariano Luis de Urquijo, el establecimiento aquel año del cuerpo de Ingenieros de Caminos, así como de su Escuela en 1802. En unas “Apuntaciones” que por su concreción y pragmatismo supusieron un avance sustancial respecto a la situación previa, Naudín propuso, frente a los que mantenían la capacidad de los ingenieros “prácticos” y los ingenieros militares para resolver problemas de obra pública, la formación de una Junta de Caminos y Obras Hidráulicas con una sección de instrucción. Los miembros de la existente Junta de Correos y Caminos acogieron con resistencia el proyecto. En verdad, como señalaron con evidente desagrado, Naudín había propuesto el nombramiento de un inspector de caminos con facultades exclusivas, al tiempo que apoyaba la institucionalización de la nueva ingeniería politécnica, de origen revolucionario. Con el triunfo de sus planteamientos, el propio Naudín fue nombrado inspector general, mientras que las vacantes de comisario y los ayudantes formaron la primera plantilla de la Ingeniería de Caminos española, en la que destacaron nombres como los de José Agustín de Larramendi, Francisco Javier Barra y Francisco Javier Baumberghen. A finales de 1801, con la salida del ministro Urquijo, Agustín de Betancourt fue nombrado inspector general, y Naudín pasó en febrero de 1802 al Consejo de Hacienda, del que todavía formaba parte en 1808, con los honores de intendente de ejército. Tomó partido por el bando afrancesado, y fue miembro del Consejo de Estado josefino desde marzo de 1809. En calidad de tal examinó el proyecto de decreto sobre organización de la Comisión de Liquidación y Abono de la Deuda Pública, fue vocal de la Comisión de Interior y Policía General, formó parte de una comisión para verificar el estado de los edificios públicos para su posible venta y trabajó en la división territorial de España que culminó en el mapa prefectural de 1810, realizado por José María de Lanz. También recibió la Real Orden de España (“de la berenjena”), máxima condecoración josefina. Naudín abandonó Madrid en agosto de 1812 junto al rey José I y se desplazó a Valencia. Un mes después, el Monarca le otorgó permiso para pasar a Francia a recobrar su salud y un año después ya residía allí. El antiguo ministro afrancesado Gonzalo O’Farrill firmó su partida de defunción en París en 1820.
José Naudín, a quien se le concedió el título nobiliario de conde de Guzmán en 1792, se casó en 1802 con María del Carmen Jaymes, natural de Ateca e hija del barón de Llumes, que falleció en 1831; uno de sus albaceas fue el ingeniero Baumberghen. Los condes de Guzmán tuvieron dos hijas, Josefa, nacida en Madrid en 1803, y María del Mar, que vino al mundo en Almería en 1809. No tuvieron descendencia y murieron solteras, por lo que gozaron hasta el final de sus días de una pensión paterna de los Montepíos de Correos y Ministerios.
Obras de ~: Conmemoración del bicentenario de la constitución de la Inspección general de caminos, Madrid, Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 1999.
Bibl.: F. Sáenz Ridruejo, Los ingenieros de caminos del siglo XIX, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 1990; C. Domínguez López, “Algunas notas sobre el conde de Guzmán”, en Revista de Obras Públicas (Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos), n.º 3374 (1998); T. Sánchez Lázaro, “Antecedentes de la creación de la profesión de ingeniero de caminos”, en Conmemoración del bicentenario de la constitución de la Inspección general de caminos, Madrid, Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 1999; M. Lucena Giraldo, Historia de un cosmopolita. José María de Lanz y la fundación de los ingenieros de caminos en España y América, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 2005.
Manuel Lucena Giraldo