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Juan de Tolosa

Biografía

Tolosa, Juan de. Salamanca, 1548 – Monforte de Lemos (Lugo), 1598. Jesuita (SI), aparejador, arquitecto.

Contaba con una vinculación artesanal en su familia, hallándose emparentado (Gutiérrez de Ceballos no se atreve a precisar si eran padre e hijo o incluso hermanos) con el aparejador del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, Pedro de Tolosa, un maestro que introdujo la influencia de aquella obra filipina en el estilo arquitectónico de la zona vallisoletana.

Juan podría haber trabajado con él, incluso, antes de su entrada en la Compañía de Jesús, en la ciudad de Salamanca, en noviembre de 1572. No habría de ser el único miembro de su familia que entró en este instituto religioso, al haberlo seguido su hermano Esteban, diecinueve años menor que él. Sin embargo, su primer oficio como jesuita fue el de cocinero, para vincularse un poco más tarde al de carpintero y ensamblador.

Primero pudo asociarse a las obras que se realizaban en el Colegio de la Compañía de su ciudad natal. El destino más seguro fue su envío a la casa que estaban construyendo en Villagarcía de Campos, gracias a la generosidad de Magdalena de Ulloa. En lo que iba a ser el noviciado de Castilla, se formaron algunos arquitectos jesuitas y en Juan de Tolosa siempre se manifestó el sello de la iglesia del Colegio de San Luis. Este templo se convirtió en modelo de muchas de las obras que se hicieron de los jesuitas en Castilla, aunque no solamente su influencia se redujo al ámbito de la Compañía. Tolosa pudo intervenir para que su pariente Pedro pudiese arbitrar definitivamente sobre las obras del templo.

Su primera residencia conocida fue Monterrey, hacia 1579. Posteriormente, estuvo de carpintero y ensamblador, entre 1584 y 1593, en otra obra de la Compañía que se había fundado por iniciativa de doña Magdalena: el Colegio de San Matías de Oviedo, concebido como generador de ministerios en aquellas tierras aisladas por las montañas. Como arquitecto, pudo entregar los planos del templo de aquella casa, en la cual situó tribunas sobre las capillas laterales, posibilitando un aumento del aforo asistente a las grandes celebraciones que en la misma se habrían de suceder. La iglesia de aquel colegio se había empezado a construir en 1576 e, incomprensiblemente, se prolongaron por espacio de un siglo. En ellos, se imitaba el modelo de Villagarcía a través de su versión segoviana, con un rasgo propio de su hacer: la austeridad ornamental.

Residía Tolosa en Oviedo, cuando, con la probable intervención del padre Juan de la Losa, confesor que era del banquero medinés Simón Ruiz Embito, fue requerido para dibujar la planta del hospital que este hombre de negocios construía bajo su patrocinio en Medina del Campo. Una institución que no se hallaba vinculada directamente a los jesuitas, a pesar de que en la villa de las ferias el Colegio de la Compañía habría de florecer en el siglo xvi. El testamento de Simón Ruiz establecía, en 1597, la supresión de gastos, lo que afectaba a las trazas del jesuita, utilizándolas solamente para lo que fuese estrictamente menester. Andrés López continuó el proyecto, pues a él se le atribuye, precisamente, el patio. Según Bustamante García, dos serían las figuras fundamentales que trabajaron en este Hospital, según apuntan los documentos: el recurrido Juan de Tolosa y Juan de Nates. El primero trazaría el edificio y el segundo añadió algunas alteraciones en la iglesia. En el templo, se continuaba el modelo de Villagarcía de Campos, considerado como “edificio madre del Clasicismo vallisoletano”: la introducción de las mencionadas tribunas laterales sobre las capillas, así como la austeridad decorativa que se acentuó, todavía más, en el exterior, quizás en relación con la cláusula testamentaria de Simón Ruiz. Junto al rasgo vallisoletano patente en la iglesia del hospital, la infraestructura hospitalaria recibía un “claro reflejo escurialense”, vinculándose el jesuita con su mencionado pariente Pedro de Tolosa. Bustamante García lo considera como el intento más serio del siglo xvi de crear un nuevo tipo hospitalario, alejándose del esquema milanés de Filarete, del castellano de la cruz griega o del esquema de gusto italiano que se plasmó en el Hospital Tavera. Juan de Tolosa adoptó el esquema conventual puro, con lo funcional como norma, con atención a las condiciones higiénicas, la entrada de la luz y la ventilación. Con esta realización hospitalaria, Tolosa no solamente se adelantó a sus contemporáneos españoles sino a muchos artistas europeos.

Entre 1593 y 1598, fue maestro mayor y sobrestante de la obra del Colegio de Monforte de Lemos, casa fundamental en los trabajos de los jesuitas en Galicia, tierras consideradas de misión. Una construcción que había sido iniciada por Andrés Ruiz. Tolosa ejercía de representante del cardenal fundador, pudiendo introducir los cambios que considerase oportunos en las cláusulas del contrato de construcción.

Los trabajos de este jesuita se vincularon, sobre todo, a la continuación de las obras del templo. La fuente de inspiración de las construcciones de los jesuitas, fue especialmente Vignola. Gutiérrez de Ceballos matiza esta afirmación, indicando que no es resultado de la continuación al pie de la letra del modelo de la iglesia romana del Gesù. Más bien, el viñolismo había sido puesto de moda en la península por Juan de Herrera. Su libro de los cinco órdenes de la arquitectura se había traducido al castellano en 1593, siendo un canon casi obligado en el conjunto de lo que se construía en España. El interior de la iglesia de Monforte sigue, una vez más, el modelo de Villagarcía.

Esta estancia posibilitó que, en 1598, Tolosa fuese llamado para la entrega de la traza y condiciones del Monasterio de los cistercienses gallegos de Montederramo, cuya fachada reproduce las trazas propias de las del mencionado hospital de Medina. La reconstrucción del cenobio la comenzó el abad fray Diego de Reyes. La obra fue contratada con Pedro de Sierra, concluyéndose la fachada en 1607, años después de la muerte del jesuita.

A él, también se le atribuyen las trazas de la casa profesa de Valladolid, el antiguo Colegio de San Antonio de esta ciudad y primera fundación de la Compañía junto al Pisuerga. Una tendencia de atribución que la había iniciado J. Braun, asociando esta obra a maestros de arquitectura vinculados a la Compañía de Jesús. Gutiérrez de Ceballos no lo hacía con Tolosa sino con el también hermano Giuseppe Valeriani, siguiendo documentos obtenidos en el Archivum Romanum Societatis Iesu, aunque resaltaba que las trazas fueron modificadas a lo largo de su desarrollo.

Valeriani, según apunta Gutiérrez de Ceballos, era el encargado oficialmente de estos asuntos en la provincia de Castilla. Fernando Chueca Gotilla y Juan José Martín González atribuían la autoría de las trazas de esta iglesia a un maestro vinculado con el foco arquitectónico vallisoletano, y en concreto, con el círculo de Juan de Nates, un arquitecto pues preferido entre los jesuitas. Según Agustín Bustamante García, la hipótesis de Braun carecía de base documental. El templo del mencionado Colegio vallisoletano se concluyó en 1591, siendo consagrada inmediatamente.

Por entonces, el hermano Tolosa estaba dirigiendo la construcción del edificio del noviciado de Villagarcía, como tracista oficial de los jesuitas en Castilla. Con todo, esta iglesia de Valladolid no fue ajena a su persona, pues puso supervisar las obras.

Consta, además, que trabajó en esta obra como “arquitecto” entre 1584 y 1590 el hermano Juan Fernández de Bustamante. Y aunque, su oficio le obligaba a recorrer los diferentes “escenarios” en construcción, habría de pasar en numerosas ocasiones por Valladolid, sede preferencial del provincial de Castilla. Esta iglesia del Colegio de San Antonio reproduce el modelo de Villagarcía, a pesar de las variaciones introducidas.

Con todo, habría de convertirse en el escenario de las grandes ceremonias urbanas de los jesuitas en una ciudad de tanto peso político, social y religioso en la Castilla del momento, como era Valladolid.

 

Obras de ~: Colegio de San Matías, Oviedo; Hospital, Medina del Campo (Valladolid); Colegio Jesuita, Monforte de Lemos (Lugo), 1593-1598; Casa profesa de los Jesuitas, Valladolid (atrib.).

 

Bibl.: M. Chamoso Lamas, “El Monasterio de Montederramo (Orense)”, en Archivo Español de Arte 20 (abril-junio de 1947), págs. 78-93; A. Rodríguez G. de Ceballos, “Juan de Herrera y los jesuitas. Villalpando, Valeriani, Ruiz, Tolosa”, en Archivum Historicum Societatis Iesu, 35 (1966), págs. 285- 321; A. Bustamante García, La arquitectura clasicista del foco vallisoletano (1561-1640), Valladolid, Institución Cultural Simancas, 1983; M.ª I. Pastor, Arquitectura purista en Oviedo, Oviedo, Servicio de Publicaciones del Principado de Asturias, 1987, págs. 157-166; F. García Gutiérrez y J. M.ª Domínguez, “Tolosa, Juan de”, en Ch. O’Neill y J. M.ª Domínguez, Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, vol. IV, Roma-Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu, Universidad Pontificia de Comillas, 2001, pág. 3810; J. Burrieza Sánchez, Valladolid, tierras y caminos de jesuitas, Valladolid, Diputación Provincial, 2007.

 

Javier Burrieza Sánchez