Zafra Estevan, Juan Manuel. Huelva, 24.VIII.1869 – Madrid, 26.III.1923. Ingeniero de Caminos, profesor y académico de Ciencias.
Hijo de un ingeniero, Rafael de Zafra Vincent, fallecido prematuramente en 1870. Estudió el bachillerato en el Colegio de Jesuitas de Carrión de los Condes y después pasó a Madrid para cursar en la Escuela de Caminos. Acabó la carrera en 1892, con el número 1 de su promoción, y enseguida entró en la Junta de Obras del puerto de Sevilla, organismo en que siguió durante dieciséis años. De joven se sintió atraído por todos los aspectos de la profesión; así, en 1899, asistió, junto con otros ingenieros de Sevilla a la inauguración del ferrocarril de Baza a Almería. Un asunto que pronto le interesó fue el hormigón armado, material que, por su mejor resistencia a la corrosión, ofrecía ventajas frente al hierro para los trabajos portuarios. En el puerto de Sevilla empezó a utilizar el nuevo material, extendiendo luego su campo de actuación a toda Andalucía. Entre sus primeras realizaciones están el embarcadero de mineral de Cala y el puente sobre el río Vélez, con tramos de 26,5 metros, que se inauguró en enero de 1908.
En 1908 pasó a Madrid como profesor de la Escuela de Caminos, en la que empezó explicando “Representación gráfica”, dentro del 2.º curso. Al año siguiente sustituyó a López Martín en una asignatura que se denominaba “Canales, Puertos y Señales marítimas”, pero enseguida cambió la denominación y el enfoque de la asignatura, que, dejando de lado los canales, pasó a llamarse “Puertos, Señales marítimas y Construcciones de hormigón armado”. Así entró el hormigón armado en la enseñanza técnica. Al llegar a Madrid trabó amistad con los técnicos más relevantes del momento, entre los que estaban otro profesor nuevo en el claustro, Antonio Valenciano, y Leonardo Torres Quevedo, que desarrolló para Zafra un “elasticímetro”, en su Laboratorio de Automática.
La producción teórica de Zafra puede seguirse a través de sus publicaciones. De 1911 data Mecánica del hormigón armado, primera parte de otra obra más amplia titulada Construcciones de hormigón armado. También formaba parte de la misma su libro Flexión compuesta, aparecido en 1914. Estos trabajos darían lugar, más tarde, al Tratado de hormigón armado, publicado ya póstumamente en 1923.
Fruto de sus trabajos marítimos es la comunicación presentada al XII Congreso de Navegación de Filadelfia, en 1912; Applications du béton armé aux travaux hydrauliques. De interés anecdótico para la historia del hormigón armado fue una serie de artículos publicados en la Revista de Obras Públicas en 1912, que dio lugar a un intento de polémica por parte del ingeniero francés Hennebique. Otros trabajos menores de Zafra fueron Los muros de hormigón armado para sostenimiento o embalse (1911), las conferencias sobre El hormigón y las obras hidráulicas, publicadas en 1912, o su discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias. En una línea más general de cálculo de estructuras se enmarcan dos trabajos aparecidos en 1913: Las estructuras de elementos trapeciales y Los métodos de cálculo de estructuras derivados del trabajo elástico. Son precursores de su gran obra Cálculo de estructuras, aparecida en dos tomos, en 1915 y 1916, que totalizaban 1.400 páginas. En ella confiesa la influencia de “la gran ingeniería alemana”, cuyos métodos, según afirma, eran desconocidos en España y en Francia. A raíz de la publicación de este libro, a instancias del Ministerio de Fomento, se incoó un largo expediente en el de Instrucción Pública que finalizó con la concesión en 1919 de la Gran Cruz de Alfonso X.
Las realizaciones prácticas más notables de Zafra son las dieciocho estructuras realizadas para el ferrocarril suburbano de Málaga a partir de 1912. Destaca entre ellas el viaducto de Guaro, con tramos rectos de celosía. También de tramos rectos, de 40 m de luz, realizó sendos puentes sobre el Tajo y el Guadiana. Los tramos rectos de Zafra tienden a reproducir la morfología de los puentes metálicos, como sucede en todas las técnicas nuevas que aún no han encontrado sus propias formas. Desde el punto de vista práctico tuvieron problemas de adherencia al estar armados con anchas platabandas.
Zafra ingresó en la Academia de Ciencias el 30 de noviembre de 1919, con un discurso sobre Los progresos de la construcción y de la Mecánica aplicada, al que contestó Amós Salvador y en el que reflejó su preocupación por los avances teóricos. “El progreso de la construcción —afirmaba— exige cada día más imperiosamente el progreso de la Mecánica aplicada”. Con ese motivo se le rindió un homenaje, entregándosele un pergamino firmado por todo el claustro, que ahora se conserva en la Escuela de Caminos. No tuvo tiempo de desarrollar ninguna actividad académica especial; pero apoyó a su alumno Juan de La Cierva, presentando ante la Academia los principios del autogiro.
Sus enseñanzas gozaron siempre de gran prestigio; pero el provecho obtenido por los alumnos disminuyó con el paso del tiempo, a medida que avanzaba la enfermedad que acabaría con su vida. Por eso sus escasos discípulos se reclutaron entre sus primeras promociones. En cualquier caso, está considerado como el introductor de la moderna mecánica elástica en España. En 1919, se constituyó una comisión oficial, formada por tres ex-alumnos de Zafra, Alfonso Peña, Jacinto González y Carlos Morales, para proponer las bases para la formación de una colección de puentes de hormigón armado para carreteras. Siguiendo la recomendación de esta comisión, por Real Orden de 26 de junio de 1920, se encargó a Zafra la colección de tramos rectos, con su pliego de condiciones facultativas, mientras que se encomendaba a José Eugenio Ribera la colección de puentes de arco.
Al fallecer Zafra se organizó una gran colecta para rendirle un homenaje y el claustro de la Escuela de Caminos colocó su retrato al óleo en el aula en que había profesado. La cátedra se escindió en dos, una de Puertos y Señales Marítimas que quedó a cargo de Ramón Hernández Mateos y otra de Hormigón Armado, que se encomendó a Alfonso Peña. Éste se encargó de terminar y publicar el Tratado de Hormigón Armado, nueva versión de Construcciones de Hormigón Armado, que había quedado inconclusa. Añadió, como apéndice, el Pliego de condiciones de la colección de puentes.
Obras de ~: Los muros de hormigón armado para sostenimiento o embalse, 1911; Construcciones de hormigón armado, Madrid, 1911; Mecánica del hormigón armado, Madrid, 1911; Applications du béton armé aux travaux hydrauliques, Filadelfia 1912; Las estructuras de elementos trapeciales, 1913; Los métodos de cálculo de estructuras derivados del trabajo elástico, 1913; Flexión compuesta, 1914; Cálculo de estructuras, Madrid, 1915- 1916; Tratado de hormigón armado, Madrid, 1923.
Bibl.: M. Maluquer Salvador, “Zafra”, en Revista de Obras Públicas (ROP), (1916); “Zafra”, en ROP (1919), págs. 134- 135; “Los tres primeros premios del Consejo de Obras Públicas: Zafra, Valdés y González Quijano”, en ROP, I (1919), págs. 169-172; J. R oselló Martí, “Aplicación del ‘Cálculo de Estructuras’ de Zafra al estudio de la cubierta de una estación”, en ROP (1921), págs. 97-100, y (1922), págs. 61-64; E. Colás Arias, “Zafra”, en ROP (1923); “Homenaje a Zafra”, en ROP (1923), págs. 30, 63, 83, 106, 136, 152, 168, 188, 208, 227, 244, 262 y 284; J. Rodríguez López, “En torno a un ejercicio de Zafra”, en ROP (1924); A. Peña Boeuf, Memorias de un ingeniero político, Madrid, 1954; A. Páez Balaca, “Cincuenta años de hormigón armado en España”, en ROP (abril de 1956), págs. 201-209; J. R. Navarro Vera, El puente moderno en España (1850-1950), Madrid, Fundación Juanelo Turriano, 2001; J. Arenas de Pablo, Caminos en el aire: Los puentes, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, 2002.
Fernando Sáenz Ridruejo