Queipo de Llano y Bernaldo de Quirós, José Marcelino. Conde de Toreno (VI). Cangas del Narcea (Asturias), 2.VI.1757 – 19.XII.1808. Militar, mariscal de campo, regidor, alférez mayor.
Señor de la casa de los Queipo y de todos los estados, lugares y mayorazgos de sus antepasados, alférez mayor del Principado de Asturias, regidor perpetuo de Cangas, maestrante de Granada, vocal de la Junta Soberana y del Principado, prestigiosa institución cuyos miembros se elegían popularmente por los concejos, a excepción de los condes de Toreno, que lo eran por privilegio de familia y por ser alféreces mayores hereditarios del principado.
Era hijo de José Joaquín Queipo de Llano y Valdés, V conde de Toreno, poeta, historiador, gran coleccionista y promotor de la industria minera, que contribuyó al desarrollo de su región natal, Cangas de Tineo, donde nació hacia 1727.
La ocupación de la Península Ibérica por las tropas de Napoleón provocó en toda España un alzamiento nacional contra el invasor. Asturias fue la primera provincia en levantarse impulsada por la Junta del Principado de Asturias que promovió a mariscal de campo de los Ejércitos al VI conde de Toreno.
Fue académico honorario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y contrajo matrimonio el 14 de septiembre de 1778 en la Colegiata de Santa María Magdalena de Cangas con María Dominga Ruiz de Saravia Dávila Enríquez de Calatayud, también de noble abolengo. Fueron padres de José María Quipo de Llano y Ruiz, VII conde de Toreno.
José Marcelino, recibió de sus padres una cuidada educación, y él supo trasmitirla a su descendencia.
Para su hijo José María, nacido el 26 de noviembre de 1786, escogió como preceptor privado a Juan Valdés, de ideas liberales, que le inició desde niño en el estudio de humanidades, idiomas y ciencias, preparándolo para ser la gran figura política y social que fue del siglo XIX, sabiendo enaltecer el título de conde de Toreno y alcanzar la Grandeza de España que le otorgó Isabel II. Un crítico del VII conde de Toreno, decía de él que “debía a la pingüe fortuna y buen instinto de sus padres, una educación esmerada”.
Bibl.: J. J. Queipo de Llano y Valdés, conde de Toreno, Descripción de varios mármoles, minerales y otras diversas producciones del Principado de Asturias y sus inmediaciones, Madrid, Joachin Ibarra, 1785 (ed. facs. pról. de E. Marcos Vallaure, Oviedo, Biblioteca Popular Asturiana, 1978); S. Cañada (ed.), Gran Enciclopedia Asturiana, t. XII, Oviedo, Heráclio Fournier, 1970, págs. 104-108; M. Lasso de la Vega, Marqués de Saltillo, y J. Pérez de Rada, Marqués de Jaureguizar, Linajes y palacios ovetenses. Datos para su historia, Madrid, Hidalguía, 1992, pág. 60; Real Instituto de Estudios Asturianos, Asturianos Universales, vol. III, Madrid, Edita Ediciones Páramo, 1996; J. Barón Thaidigsmam, Catálogo de Pinturas, Dibujos y Grabados, Oviedo, Real Instituto de Estudios Asturianos, 1996.
Fernando de Salas López