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Pedro Ramón

Biografía

Ramón, Pedro. Zaragoza, 1549 – Nagasaki (Japón), VIII.1611. Jesuita (SI), misionero, primer maestro de novicios de Japón.

Había estudiado teología antes de entrar en la Compañía de Jesús en Alcalá de Henares en 1570. Ya era novicio cuando viajó a Roma, aunque desde la Ciudad Eterna fue remitido a una de las canteras de los jesuitas en la Península Ibérica, la ciudad universitaria de Coimbra, en Portugal. Esta monarquía, antes de su anexión a la Hispánica de Felipe II, se convirtió en lugar de salida hacia las Indias portuguesas. Pedro Ramón lo hizo en 1574, poniendo rumbo hacia oriente. En la ciudad de Goa, en India, la pequeña Lisboa de las misiones, este jesuita fue maestro de novicios. Era el año de 1576.

Dos años después se encontraba en Nagasaki, donde habría de continuar con este oficio de maestro de novicios. Primero fue en Usuki entre 1580 y 1586; después en Funai en 1587, Kawashinoura en 1589 y Ômura en 1589, adonde fue llegando tras una serie de traslados forzosos. En Shiga, Pedro Ramón dirigió a un grupo de catecúmenos, consiguiendo una serie de conversiones. Del Seminario de Hachirao fue rector entre 1592 y 1595. Todos estos trabajos apostólicos deterioraron su salud y Pedro Ramón se trasladó a Macao con el fin de recuperarse, permaneciendo allí un tiempo prolongado, entre octubre de 1595 y agosto de 1600. Tras cumplirse este periodo, regresó al Japón, donde trabajó casi una década en Acata, entre 1601 y 1610. Pero la enfermedad regresó y Pedro Ramón se hubo de retirar a Nagasaki.

No solamente era un hombre de formación y de probación, sino que además contribuyó al acercamiento de la espiritualidad latina a los nuevos territorios de misión. De esta manera, empleando el instrumento lingüístico, tradujo una serie de obras fundamentales en el catolicismo romano. Con este acercamiento, Pedro Ramón obtuvo un gran éxito. Los catálogos que informaban de las limitaciones y las capacidades de todos los jesuitas subrayaban que este zaragozano “componía muy bien en lengua de Japón”. Para todo ello necesitaba también una imprenta. Entre las páginas requeridas, Ramón ofreció las obras del conocido dominico fray Luis de Granada, entre ellas el “Compendio de la Guía de la Fe”. Existía para ello la controversia del alfabeto empleado, entre el romano y el propio de la lengua japonesa. Así, la creación y el acercamiento amoroso con la naturaleza, para este jesuita, se podían convertir en un recurso de aproximación entre la cultura occidental y la japonesa. De la mano de Pedro Ramón, los nacidos en Japón tuvieron conocimiento de las aportaciones de Aristóteles, del carácter de Séneca, de la sensibilidad poética de Virgilio o de lo que supuso Cicerón y Plinio. Esa fue la primera parte del trabajo de este jesuita, pues en la segunda se centraba en la religión cristiana y en la tercera se detenía en la redención. Tiempo después de estas aportaciones, realizadas en el alfabeto latino, se ofreció con los caracteres ideográficos propios del Japón, la traducción de una nueva obra de fray Luis de Granada, la “Introducción al Símbolo de la Fe”. De esta manera, el papel de Pedro Ramón no solamente iba a ser fundamental en el magisterio, en lo formativo, en la continuación de otros misioneros —jesuitas o sacerdotes—, sino también en el acercamiento cultural entre dos mundos que se desconocían entre sí.

 

Bibl.: J. Wicki (ed.), Monumenta Historica Societatis Iesu, Documenta Indica 1573-1575, Roma, Institutum Historicum Societatis Iesu, 1966, vol. 9 (94), pág. 759; Documenta Indica 1575-1577, Roma, Institutum Historicum Societatis Iesu, 1968, vol. 10 (98), pág. 1108; J. F. Schütte, Introductio ad Historiam Societatis Iesu in Japonia, 1968, pág. 994; J. López Gay, “Las corrientes espirituales de la misión del Japón en la segunda mitad del siglo XVI”, en Missionalia Hispanica, 28 (1971), págs. 348 y ss.; J. F. Schütte, Monumenta Historica Japoniae, Textus Catalogorum aliaeque informaciones, 1549-1654, Roma, Institutum Historicum Societatis Iesu, 1975, vol. 1 (111), págs. 1276 y ss; R. Streit, Biblioteca Missionum, vol. 4, Aachen, 1928, pág. 570, 590; A. Valignano, Sumario de las cosas del Japón, págs. 111 y ss.; J. López Gay, “Ramón, Pedro”, en Ch. O’Neill y J. M.ª Domínguez, Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, vol. IV, Roma-Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu, Universidad Pontificia de Comillas, 2001, pág. 3289.

 

Javier Burrieza Sánchez

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