Miranda Pérez de la Mata, Pedro. Bourg-la-Reine (Francia), 19.VIII.1808 – ¿Madrid?, 17.XII.1858. Ingeniero de Caminos, director general de Caminos y académico de Ciencias.
Pedro Miranda nació en Francia cuando el padre, de igual nombre, participaba, acompañado por su mujer, en la expedición del marqués de la Romana, con el grado de teniente coronel. Posiblemente se exiló el padre tras la Guerra de la Independencia y el niño quedó con su madre hasta que, en 1819, ingresó en el Real Seminario de Nobles de Vergara. En octubre de 1821, cuando no tenía más que trece años fue admitido en la recién reabierta Escuela de Caminos y Canales, pero cuando, en 1823, se volvió a cerrar el centro, marchó a París, donde en diciembre de 1825 fue admitido en la École de Ponts et Chaussées.
Permaneció en Francia hasta la terminación de los estudios y en 1830 regresó a España, con el empleo de subteniente. En noviembre de ese año se le nombró ayudante 3.º de Caminos y Canales. Se encargó de la construcción del puente colgante de Aranjuez, uno de los primeros de esta clase que se hicieron en España.
Al terminarlo, en 1833, marchó a Galicia para informar sobre la situación de los caminos. En abril de 1835 fue nombrado oficial del Ministerio de lo Interior y en septiembre de 1837 ascendió a jefe de sección. Inició así una rápida carrera administrativa y política, que incluyó cargos tales como secretario de la princesa Isabel, con ejercicio de decretos, y alcalde constitucional de Madrid, puesto para el que fue nombrado el 20 de agosto de 1838. Entre tanto, en noviembre de 1835, había participado, con Mesonero, Larra, Espronceda, Martínez de la Rosa y otros en el acto fundacional del Ateneo de Madrid, en el salón del editor Jordán. En noviembre de 1840 fue nombrado subsecretario de la Gobernación y el 17 de mayo de 1841 volvió a la actividad técnica al ser nombrado director general de Caminos, Canales y Puertos.
Hasta su cese, en enero de 1844, desplegó una gran actividad reorganizando los servicios de construcción de caminos y la Junta Consultiva del ramo; encargó estudios para la navegación del Guadalquivir y ordenó la construcción del embarcadero de La Fregeneda para permitir la navegación del Duero hasta el mar. Otorgó varias concesiones de ferrocarriles, entre los que sólo prosperó el de Barcelona a Mataró, y creó la comisión de Faros, que habría de realizar el Plan de alumbrado marítimo. Dio también impulso a la construcción de puentes colgantes, que encomendó al ingeniero francés Jules Seguin.
Los últimos años de su vida los dedicó a la actividad privada, en la que tuvo varias intervenciones destacadas.
Fundó una empresa constructora que se encargó de la construcción de los tramos de carretera de Albacete a Murcia, de Almansa a Alicante y de Murcia a Cartagena. Hasta después de su inauguración, en febrero de 1851, fue director del ferrocarril de Aranjuez, en la empresa del marqués de Salamanca. En sus últimos años intervino en las compañías del canal de riego del Esla y en la canalización del Ebro.
Al crearse la Real Academia de Ciencias, en 1847, fue elegido miembro de la corporación, en abril de ese mismo año. Estuvo casado, desde 1844, con María Kaufmann, con la que no tuvo descendencia. Debió de gozar de una posición desahogada que le permitió viajar con frecuencia al extranjero.
Obras de ~: “Barras y coginetes del ferrocarril de Aranjuez”, en Revista de Obras Públicas (ROP) (1853), págs. 71-74; con V. Santiago Masarnau y M. Rioz Pedrajas, Informe de la Real Academia de Ciencias sobre Telegrafía eléctrica, Madrid, 1856.
Bibl.: T. de Areitio, Noticia sobre la vida y servicios públicos de don Pedro Miranda, Director general que fue de Caminos, Canales y Puertos, Madrid, 1860; F. Sáenz Ridruejo, Ingenieros de Caminos del siglo xix, Madrid, 1990.
Fernando Sáenz Ridruejo
