Juan Lorenzo de Cetina, Beato. Cetina (Zaragoza), 1340 – Granada, 19.V.1397. Franciscano (OFM), mártir y beato.
Religioso aragonés, nacido cerca de Calatayud en el seno de una familia de extracción humilde y escasos recursos. El señor de Cetina, impresionado por las dotes naturales que mostraba el niño, lo educó en su palacio, rodeado de todo tipo de comodidades.
Quizás desengañado, marchó en plena juventud a Murcia y Cartagena, buscando una vida austera y retirada. En las proximidades de esta última ciudad se condujo como anacoreta en la ermita de San Ginés de la Jara, consagrándose a la oración, el ayuno y la penitencia.
De regreso a Aragón sintió deseos de consagrarse a Dios en la vida de comunidad y obediencia religiosa, tomando los hábitos y profesando en el convento franciscano de Monzón (Huesca), casa de noviciado de la provincia de Aragón. Posteriormente, estudió Artes, Teología y Sagradas Escrituras en el convento que la Orden tenía en Barcelona, hasta su ordenación sacerdotal. Concluida su formación con notable aprovechamiento y conocedor del ambiente religioso de la ciudad, donde convivían cristianos, musulmanes y judíos, se dedicó, según los cronistas franciscanos, a predicar desde el púlpito, obteniendo conversiones notables, siendo a la par venerado y temido.
Abrumado por las multitudes y el tráfago de las predicaciones —era de natural dado a la soledad— y cansado de la hostilidad de sus enemigos, se trasladó en busca de sosiego al convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Chelva (Valencia), fundado en 1388 —perteneciente a la provincia de Aragón— en un paraje casi desértico, cuyos moradores habían impuesto la máxima de la austeridad y el recogimiento, deseando retornar a los tiempos fundacionales de la Orden Mendicante. A pesar de la angostura y pobreza de sus celdas, escogió para vivir una cueva cercana y se entregó a la penitencia y la contemplación, pero participando de los actos de la comunidad.
Habiendo llegado a sus oídos que en noviembre del año 1391 habían recibido martirio cuatro hermanos franciscanos en Jerusalén —entre los que se encontraba Nicolás Tavelic—, viajó a Roma con el propósito de obtener del papa Bonifacio IX la licencia que le habilitara como misionero en Palestina. Dicha petición le fue denegada por la situación crítica que se vivía en el Próximo Oriente, si bien se le concedió permiso para evangelizar entre los sarracenos andalusíes.
Para realizar este apostolado encaminó sus pasos a Granada, si bien fue enviado al convento de San Francisco del Monte (Córdoba) por mandato de Juan Vidal, provincial de Castilla, que le hizo recapacitar sobre las dificultades de la empresa, permaneciendo allí hasta la celebración del capítulo provincial, hecho que tuvo lugar en Burgos en 1396. En este cónclave, donde el custodio de Andalucía presentó un informe favorable del convento, así como los supuestos hechos maravillosos ocurridos por su mediación, trabó amistad con fray Pedro Dueñas, en compañía del cual se dirigió a Granada, una vez expedida la autorización pertinente de sus superiores, predicando abiertamente el cristianismo por todo el reino nazarí.
En ese momento contaba cincuenta y seis años.
Al poco tiempo de iniciar su evangelización —su llegada a la ciudad se documenta el domingo 28 de enero de 1397— fueron apresados por el rey MuÊammad VII, intolerante con su labor, y, tras ser azotados, fueron degollados por el mismo Monarca el 19 de mayo de 1397 en el palacio de la Alhambra. Sus cuerpos, entregados a una turba enfervorizada, fueron destrozados y arrojados a un muladar, de donde fueron rescatados por unos mercaderes y enterrados junto a la muralla de la ciudad, no sin antes distribuir sus reliquias por la Península. Los restos de ambos religiosos fueron depositados definitivamente en la catedral de Vic (Barcelona).
Su beatificación fue aprobada por el papa Clemente XII el 29 de agosto de 1731. Su fiesta se celebra el 19 de mayo. Está representado en la basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, en la cúpula del altar mayor, junto a santo Dominguito de Val, san Lamberto, san Pedro Arbués y otros mártires aragoneses, pintados por Marcelino Unceta en 1870.
Bibl.: S. Laín Rojas, Historia de los santos mártires Juan Lorenzo de Cetina y Pedro de Dueñas, Zaragoza, Hospicio Provincial, 1924; M. de Castro, “Cetina, Juan Lorenzo de”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de la Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 403; D. Cabanelas Rodríguez, “Dos mártires franciscanos en la Granada Nazarí: Juan de Cetina y Pedro de Dueñas”, en Estudios de Historia y de Arqueología Medievales, 5-6 (1985-1986), págs. 159-175; A. Abad García (ed.), Crónica de la Provincia Franciscana de Aragó, Madrid, Cisneros, 1991; J. Ibáñez Lacruz, Libro conmemorativo del VI Centenario de San Juan Lorenzo de Cetina, Cetina, Comisión del VI Centenario, 1997.
Miguel Ángel Motis Dolader
