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Bartolomé Conill

Biografía

Conill, Bartolomé. ?, f. s. xiv – Poblet (Tarragona), 3.X.1458. Médico, monje cisterciense (OCist.), abad.

Ya en vida gozó de fama de santidad. La primera fecha en que consta documentalmente como parte de la comunidad es en 1409. Antes ya había sido médico de Blanca de Navarra, Reina entonces de Sicilia, esposa de Martín el Joven, y desposada de nuevo con el futuro Juan II. Una vez elegido abad, tras la temprana muerte del padre Miguel Roures, era natural que, como médico, se sintiera especialmente inclinado a visitar a los monjes y conversos enfermos y cuando les recetaba algún remedio, una vez curados, no sabían si atribuir su salud recobrada a la ciencia médica del abad o a su oración y a su virtud.

En el aspecto material, se le debe una conducción de aguas, anterior a la construida más tarde por el abad Domingo Porta, y además la adquisición del mero y mixto imperio del pequeño lugar de Penelles en 1443, junto al más importante de Castellserà, adquirido ya por el abad Copons anteriormente. También junto a Castellserà, adquirirá la plena propiedad del Covet en 1456; y ya antes, en 1442, compró a la villa de Verdú un censal de 30 libras de Barcelona por 14.000 sueldos, lo que correspondía con seguridad a una necesidad de dinero por parte de dicha villa, lo que no deja de mostrar la delicada cura providencial de Bartolomé Conill para con los súbditos del monasterio.

Pero la obra más importante, con mucho, que se le debe, es la construcción por expreso deseo de Alfonso el Magnánimo, ya por entonces en Nápoles, de la bonita capilla del Roser, Sant Miquel y el cavaller Sant Jordi en la plaza del monasterio, frente a la bolsería, proyecto que dota con 3.000 florines, de manera que de lo que reste, se compren 100 florines de renta, que, tras pagar cera y aceite para el culto, sirvieran cada año, como quisiera el abad, para “consolació e servei dels monges”. El edificio, de reducido tamaño, es de planta poligonal, y se construye en estilo gótico florido, con una bellísima obra escultórica del famoso Guillermo Sagrera, tanto en la propia iglesia, como en el mínimo espacio de la sacristía, en la cara este. Sobre el arco conopial de la entrada, puede verse, junto a las armas de Aragón y Sicilia, el conejo sentado del escudo de armas del abad Bartolomé Conill. Sería la parroquia de Poblet, para la asistencia espiritual de los dependientes externos, y consta documentalmente, el exquisito cuidado que ponía en controlar su cumplimiento pascual cada año.

Hay que subrayar en especial dos hechos significativos de orden sobrenatural. La fama de santidad de que gozaba el padre Conill en Cataluña y Aragón atrajo a un sarraceno, de nombre Muza, de Foz de Calanda (Teruel), que compareció en 1449 en Poblet y manifestó que su único propósito era convertirse al cristianismo y ser bautizado. Comprobada su seriedad y buena fe, tras ser cuidadosamente instruido, fue bautizado en efecto por el abad en la pila bautismal de la iglesia de Vimbodí, del señorío pobletano, y lo curioso es que el moro quiso llamarse exactamente como el abad, Bartomeu Conill. Más sobresale el otro hecho, del que queda un testimonio en el suelo de la basílica, en el centro de la nave central, pasado el atrio o galkilea. Se trata de una piedra distinta de las otras, romboidal, y en la que, desgraciadamente, la erosión ha hecho desaparecer la figura del conejo del escudo abacial. Un obrero que trabajaba allí cayó accidentalmente del andamio, y murió en el acto. Acudió de inmediato el abad, que se arrodilló junto al cadáver, y alzándose luego, le puso la mano sobre cabeza y manos, y, para espanto de todos, el hombre se levantó vivo. Lo recoge el padre Finestres a partir de la narración circunstanciada de un manuscrito de finales del siglo xvi, que señalaba cómo el abad Conill había resucitado a un joven, mozo de la casa. También muy erosionada está su figura en la lauda sepulcral correspondiente en la sala capitular.

 

Bibl.: J. Finestres, Historia de el Real Monasterio de Poblet, vol. III, Cervera, Joseph Barber, 1753-1765, págs. 307-308 y 397; S. Lenssen, Hagiologium Cisterciense, pro manuscripto, Tilburg, 1948, pág. 348; A. Altisent, “Conversión de un sarraceno aragonés (1449)”, en Al-Andalus, 30 (1966), págs. 373-376; J. Vives, “Conill, Bartolomé”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell, Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 607; A. Altisent, “Alfons el Magnànim, des de Nàpols, fa construir una capella”, en IX Congrés d’Història de la Corona d’Aragó, Napoli, 1973; Història de Poblet, Poblet, Abadía, 1974, págs. 345, 349-350, 356-358, 372-373, 380- 381 y 384); B. Farré Lloreta, Tres Monjos de Poblet, parte II, Poblet, Abadía, 1991, págs. 65-144.

 

Alejandro Masoliver, OCist.

 

 

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