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Carlos Castel y Clemente

Biografía

Castel y Clemente, Carlos. Cantavieja (Teruel), 19.I.1845 – Madrid, 23.VII.1903. Ingeniero de montes, político y naturalista.

Hijo del maestro de su pueblo natal, la Diputación de Teruel costeó sus estudios en la Escuela Especial de Ingenieros de Montes de Villaviciosa de Odón, donde obtuvo el título de ingeniero en 1868 con el número cuatro de su promoción. Formó parte de la Comisión del Mapa Forestal de España, que dirigía Francisco García Martino, fundador de la Revista Forestal económica y agrícola (1868-1875), en la que también colaboró. A mediados de la década de 1870 estuvo destinado al Distrito forestal de Guadalajara, de cuya estancia nació la que posiblemente sea su obra más destacada, Descripción física, geognóstica, agrícola y forestal de la provincia de Guadalajara (1881), publicada por la Comisión del Mapa Geológico, algo poco común dado que tal organismo estaba en manos de los ingenieros de minas. Durante varios años fue profesor de la Escuela de Montes, en la que impartió la asignatura de Industrias Forestales.

En 1884 pasó a la situación de excedente al haber sido elegido diputado por el partido liberal-conservador de Cánovas del Castillo. Hasta el final de su vida se dedicó intensamente a la actividad política, en la que ocupó puestos muy destacados, siendo uno de los valores emergentes del conservadurismo español. Fue repetidamente diputado por la provincia de Teruel y ocupó importantes cargos en diversos momentos de finales de siglo, entre ellos las direcciones generales de Obras Públicas, Beneficencia y Sanidad y Propiedades y Derechos del Estado.

Fue un prolífico escritor muy vinculado a la Revista de Montes desde su creación en 1877, de la que consta formalmente como director en 1885, y en la que publicó gran cantidad de artículos de todo tipo y desde la que tuvo una indudable influencia en las tomas de posición de la corporación forestal, marcando una línea de actuación pragmática y acentuando su sesgo conservador.

Desde el punto de vista profesional, su dedicación a la política y la obligada situación de excedencia en el Cuerpo no representó el abandono de sus actividades como ingeniero, puesto que pasó a actuar como empresario privado del sector, creando una compañía dedicada a formar planes de ordenación forestales, en un momento en que el propio Cuerpo de Montes todavía no disponía de Servicio de Ordenaciones, que sería creado unos años más tarde de la mano de Lucas de Olazábal. A él se deben los dos primeros proyectos de ordenación formados en España a principios de la década de 1880, los de los montes Quintanar y Valle de Iruelas, ambos en la provincia de Ávila. Este servicio privado de ordenación forestal adquirió gran importancia y en él encontraron ocupación un buen número de ingenieros.

Como naturalista, su actividad fue también intensa y se mantuvo como una constante a lo largo de los años y hasta el final de su vida. No es un naturalista puro, sino que por lo general sus investigaciones estuvieron relacionadas con finalidades aplicadas, de acuerdo con su condición de ingeniero. Esto es perceptible desde sus primeros textos, como la monografía sobre el haya, publicada en 1873 en la Revista Forestal económica y agrícola, sus varios trabajos sobre la provincia de Guadalajara y, sobre todo, en sus obras sobre el tanino (1879), la densidad de las maderas (1879) o los combustibles vegetales (1885), algunas de ellas utilizadas como manuales en la Escuela de Montes.

En 1887 fue elegido presidente de la Sociedad Española de Historia Natural y en 1899 académico de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, donde ocupó la plaza dejada vacante por Laureano Pérez Arcas. A este período de presencia relevante en estas importantes instituciones científicas se corresponden algunos de sus trabajos de naturalista en sentido estricto, como, por ejemplo, su obra sobre Francisco Loscos (1889) o su discurso de ingreso en la Academia de Ciencias, que versó sobre El valor de los agentes que determinan la distribución de los vegetales en el Globo (1899).

A finales de 1901 sufrió un ataque de hemiplejia que lo apartó de cualquier tipo de actividad, muriendo diecinueve meses después, el 23 de julio de 1903, cuando contaba cincuenta y seis años de edad.

 

Obras de ~: “Arboricultura. El haya”, en Revista Forestal económica y agrícola (RFEA), VI (1873), págs. 82-91, 123-133, 173-184, 327-345 y 364-398; “Noticias físico-naturales de la sección N. O. de la provincia de Guadalajara”, en RFEA, VII (1874), págs. 216-225 y 254-258; Memoria sobre la influencia de la luna en la vegetación, Madrid, Tipografía de Manuel Minuesa, 1875; Noticia sobre la fundación y desarrollo de la Escuela Especial de ingenieros de montes, Madrid, Tipografía Estereotipia Perojo, 1877; Estudios sobre el tanino, Madrid, Viuda e Hijos de Eusebio Aguado, 1879; Estudio sobre la densidad de las maderas, Madrid, Imprenta Ramón Moreno, 1879; Determinación de las regiones agrícolas, Madrid, 1880; Descripción física, geognóstica, agrícola y forestal de la provincia de Guadalajara, Madrid, Manuel Tello, 1881; Memoria sobre las condiciones naturales y producción agrícola y forestal de la Península Escandinava, Madrid, Imprenta del Colegio Nacional de Sordo-Mudos y de Ciegos, 1883; Curso de Ciencias Naturales. Undécima conferencia: del aire y la atmósfera, Madrid, 1883; “El Valle de Iruelas. Cartas desde las márgenes del Alberche”, en Revista de Montes (RM), VIII (1884), págs. 316-320, 365- 370, 446-451, 493-497 y 396-398; Combustibles vegetales. Teoría y práctica de la combustión, carbonización y destilación de la madera, Madrid, 1885 (Madrid, Imprenta de Ramón Moreno y Ricardo Rojas, 1889); Cortezas curtientes. Resumen de la memoria “Estudios sobre el Tanino”, Madrid, Imprenta de Moreno y Rojas, 1888; A la memoria de D. Francisco Loscos y Bernal, licenciado en Farmacia, autor del Tratado de plantas de Aragón, Madrid, 1889; “Landas interiores de España”, en RM, XVIII (1894), págs. 233, 357, 289 y 345; Discursos leídos ante la Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales en la recepción [...] del [...] Sr. D. Cárlos Castel y Clemente, Madrid, L. Aguado, 1899; Las turbias del Lozoya, Madrid, Imprenta de la Viuda e Hija de Gómez Fuentenebro, 1899.

 

Bibl.: “Excmo. é Ilmo. Sr. D. Carlos Castel y Clemente”, en RM, XXVII (1903), págs. 417-421; V. Casals, Los ingenieros de montes en la España contemporánea, 1848-1936, Barcelona, Ediciones del Serbal, 1996; P. Sunyer Martín, La configuración de la Ciencia del Suelo en España (1750-1950), Madrid, Ministerio de Agricultura, 1996; A. Morcillo San Juan, “Carlos Castel: ingeniero y político decimonónico”, en VV. AA., I Reunión del Grupo de Trabajo Historia Forestal. Actas de la reunión sobre historia forestal, Madrid, Sociedad Española de Ciencias Forestales, 1999, págs. 11-17; J. L. González Escrig, Ingeniería y Naturaleza. Aportaciones de los ingenieros de montes españoles a las ciencias naturales durante el siglo XIX, Madrid, Asociación y Colegio de Ingenieros de Montes, Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes, 2002, págs. 175-188.

 

Vicente Casals Costa

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