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José López de Echaburu y Alcaraz

Biografía

López de Echaburu y Alcaraz, José. Alcaraz. Murcia, 19.III.1639 – Madrid, 26.I.1697. Traductor jesuita (SI) y erudito.

Este jesuita de gran capacidad de trabajo había entrado en la Compañía de Jesús en diciembre de 1652 o 1653. Contó con diferentes identidades, algunas de ellas en forma de pseudónimos, como en el caso de José de Alcaraz, Alcázar, e incluso Juan de Espínola Baeza Echaburu, José de Torquemada, Gabriel de Párraga, Antonio de las Casas y Francisco María Vellón. Tras su período de probación y formación, comenzó a leer Filosofía por espacio de tres años en Alcalá, dieciséis años en Murcia y fue profesor en Madrid, desde 1688, donde fue catedrático de Teología de los Estudios Reales del Colegio Imperial de la Villa y Corte.

Contó con una notable proyección fuera de la Compañía, como miembro del Real Consejo de Órdenes, a la Junta de Calificadores del Santo Oficio y fue teólogo de la Nunciatura. Sus propios contemporáneos reconocieron esa mencionada capacidad de trabajo y sus numerosos escritos conforman tomos de apuntes y trabajos. Fue traductor de uno de los autores de éxito del barroco católico español, las obras del jesuita italiano Paolo Segneri o Señeri. No faltaba librería donde se encontrasen traducidas estas obras, pues era menester leer las propias de El Christiano instruido, El penitente instruido o El confesor instruido, además de otras traducciones efectuadas sobre obras de Pinamonti —muy utilizado, por ejemplo, en las misiones populares del siglo xviii— o del inevitable autor jesuita portugués del xvii, Antonio Vieira. Se empleó intensamente en la defensa de los trabajos de los misioneros jesuitas en China, Japón e India.

Igualmente, se mostró muy cercano a la labor de los bolandistas. Tras grandes obras como el Flos sanctorum de Pedro de Ribadeneira, otros padres de la Compañía intentaron continuar con un proceso de depuración de la presentación de las vidas de los santos. Lo habían iniciado páginas como las escritas por el padre Heriberto Van Rosweyde, continuadas por Jean Bolland, jesuita cuyo apellido fue latinizado por el de “Bollandus”. Lo que pretendían hacer era una obra enciclopédica, la denominada Acta Sanctorum, acompañada de toda una tarea bajo el esquema del “Año cristiano”. No dejaba de ser un calendario razonado, cuyos primeros tomos aparecieron en Amberes entre 1643 y 1658. La crítica fue mejorada y la continuación de su obra fue retomada por el creador de la llamada compañía de los “bolandistas”: Daniel Papebroek (igualmente latinizado a “Papebrochius”). La empresa era ambiciosa. Se enfrentaron con notables acusaciones de infiltración protestante como las que les realizaron los carmelitas cuando trataron de los orígenes de esta Orden religiosa. López de Echaburu se situó en defensa de los bolandistas, aunque los catorce tomos del Acta Sanctorum fueron introducidos, en 1695, en el Índice de la Inquisición española de ese mismo año.

 

Obras de ~: Escritos: “Observaciones sobre el teatro”, en B. J. Gallardo, Ensayo de una biblioteca de libros raros y curiosos formado con los apuntamientos de don Bartolomé José Gallardo, coordinados y aumentados por D. M. R. Zarzo del Valle y D. J. Sancho Rayón, vol. I, Madrid, Tello, 1889, págs. 109- 118.

Traducciones: M. Le Tellier, Defensa de los nuevos Christianos y Misioneros de la China, Japón e Indias. Contra los libros intitulados la Práctica Moral de los jesuitas y el Espíritu de M. Arnaldo, Madrid, por Antonio Román, 1690; F. Cuplet, Historia de una gran señora christiana de la China, llamada Doña Candida Hiú, donde con la ocasión qve se ofrece, se explican los vsos destos Pueblos, el establecimiento de la Religión, los procederes de los Misioneros, y los ejercicios de piedad de los nuevos Christianos y otras curiosidades dignas de saberse, Madrid, Imprenta de Antonio Román, 1691; M. Boutauld, Consejos de la Sabiduría o Compendio de las Máximas de Salomón, que le son mas necesarias al hombre para portarse sabiamente. Es obra moral y política muy útil para Reyes, Señores y para las personas de todos los estados y de mucho uso para los Predicadores, Madrid, Imprenta Antonio Roman, 1691; P. Segneri, El Christiano instruido en sv ley, Madrid, por Jvan García Infanzón, 1693-1694, 6 vols.; C. G. Rosignoli, Noticias memorables de los Exercicios Espirituales, Madrid, 1694; El Confesor instruido obra, en que se le muestra al Confesor nuevo la Practica de administrar, con fruto, el Sacramento de la Penitencia, Madrid, por Juan García Infanzón, 1695; El Cura instruido obra en que se muestra a cualquier cura nuevo la obligación que le incumbe, y el cuydado que ha de poner en cumplirla, Madrid, 1695; El Devoto de la Virgen María, instruido en los motivos, y en los medios, que le conducen a servirla bien. El espejo, que no engaña y la verdadera sabiduría, Madrid, 1696; El Penitente instruido para confessarse bien. Obra espiritual de la qual puede cualquier aprender el modo de bolver a la gracia de su Señor y de mantenerse en ella, Madrid, 1695; El Incrédulo sin excusa, Madrid, 1696, 2 vols.; J. P. Pinamonti, El Espejo que no engaña o la Teórica y Práctica del Conocimiento de sí mismo, Madrid, 1696; A. Vieira, Xavier dormido y Xavier despierto, Madrid, 1696; J. Suárez, La libertad de la Ley de Dios en el Imperio de la China, Lisboa-Valencia, por el Heredero de Benito Macé, 1696.

 

Bibl.: M. de Carvajal, Carta necrológica (en Biblioteca Real Academia de la Historia, 9/2830); C. Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, vol. III, Bruxelles, Oscar Schepens, 1892, págs. 323-328; J. Escalera, “López de Echaburu y Alcaraz, José”, en Ch. O’Neill y J. M.ª Domínguez, Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, vol. III, Roma- Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu, Universidad Pontificia de Comillas, 2001, pág. 2417.

 

Javier Burrieza Sánchez

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