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Antonio Burriel

Biografía

Burriel, Antonio. Buenache de Alarcón (Cuenca), 6.VI.1727 – Bolonia (Italia), 1.XI.1798. Jesuita (SI) expulso, humanista, pedagogo e historiador.

Se toma como fuente fiable de esta biografía la Biblioteca jesuítico-española de Lorenzo Hervás (1794) porque entre ambos hubo trato constante por pertenecer a la misma provincia jesuítica de Toledo, porque Antonio Burriel colaboró e informó a Hervás sobre la historia de la lengua española, al menos en dos cartas, fechadas en Forli el 11 y el 27 de abril de 1784, por ser Antonio suscriptor de la Idea dell’Universo de Hervás, y por la gran admiración de éste hacia la categoría intelectual de Andrés Marcos Burriel, y no sólo por razones de paisanaje. Además, entre ambos conquenses hubo cierto paralelismo vital: profesores de Humanidades en el colegio imperial de Madrid, juntos estaban en el colegio de Murcia cuando se produjo la expulsión de 1767 y convivieron en el destierro italiano hasta 1774, en que Hervás abandona Forli para instalarse en Cesena.

Fue hermano del jesuita y gran historiador y canonista Andrés Marcos (1719-1762) y de Pedro Andrés, consejero de Castilla desde 1789 hasta el 18 de agosto de 1792, en que fue jubilado con medio sueldo por el conde de Aranda, dada su afinidad política con Floridablanca, lo cual tuvo su repercusión en el exiliado Antonio, pues recibía ayuda económica del consejero.

Fue recibido entre los jesuitas el 10 de abril de 1740, en el noviciado de Villarejo de Fuentes, donde estudió Retórica “bajo del magisterio del jesuita Pedro Norton, célebre por su latinidad, deteniéndose en la clase de retórica más que lo acostumbrado entre los jesuitas, por instancias que su hermano Andrés Marcos hizo a los superiores” (Hervás). Estudió Filosofía y Teología en Alcalá, y enseñó Retórica en el seminario de nobles de Madrid en el que presidió funciones de bellas letras con prolusiones y ovaciones.

Por ejemplo, en octubre de 1754 presidió unas Conclusiones de letras humanas defendidas en el real seminario de nobles de Madrid por Carlos de los Ríos y otros alumnos. Al mismo tiempo fue distinguido con “el título de socio de la academia real de las tres artes liberales de Madrid, en cuyas actas se imprimieron algunas poesías latinas y españolas que el señor Burriel hizo en nombre suyo y de un amigo” (Hervás).

En efecto, el 22 de diciembre de 1754, el padre Antonio Burriel ingresó como académico de honor en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, aunque sólo consta su asistencia a una junta general en 1756. Al año siguiente escribe un discurso con motivo de la restauración del seminario de la diócesis de Cartagena por el obispo Diego Rojas Contreras (1700-1772), aunque había sido fundado cincuenta años antes por el cardenal Belluga (Oratio gratulatoria ad illustriss. D. Didacum de Roxas episcopum carthaginensem).

Hizo la profesión solemne el 15 de agosto de 1760 (no en 1759, como dice Hervás). Enseñó Filosofía en Alcalá, Teología escolástica en Plasencia y en Alcalá, y Sagrada Escritura en Murcia, en cuyo colegio lo sorprendió la expulsión de 1767.

Promulgada la Real Pragmática de expulsión en Murcia, Burriel y sus compañeros de la provincia de Toledo fueron llevados a Cartagena y, después de pasar un año en Ajaccio, Córcega (Italia), en 1768 se estableció en Forli (Italia), donde residía cuando Hervás redactaba su Biblioteca jesuítico-española (1794).

Falleció a finales de siglo en Bolonia.

Las primeras obras impresas de Antonio están relacionadas con su actividad pedagógica en el seminario de nobles de Madrid, donde presidía actos públicos de lucimiento de sus alumnos, en octubre de 1754 (conclusiones de letras humanas). Al año siguiente hay otro en el que sus alumnos más distinguidos (Gaspar de Molina, marqués de Ureña, Carlos de los Ríos, conde de Fernán-Núñez, y Pedro y Francisco Ruiz de Velarde), reflexionan sobre ciertas reformas de estudios en la enseñanza media, bajo la atenta “disciplina” de Antonio Burriel (Oratio de veteri adolescentium institutione apud hispanos revocanda), que tuvo cierta repercusión dentro y fuera de España, según Hervás, pues fue reseñada por “Norberto Gaimo, milanés, en el principio del volumen tercero de su viaje. Se da censura de ella, no sin alabanza, en las Memorias de Trevoux (abril de 1756, pág. 939), y la alaba el señor abate Mateo Aymerich en sus Prolusiones filosóficas, impresas en Barcelona en 1756”.

En 1757 Burriel escribe un manual de arte poética para uso de sus alumnos (Compendio del arte poética, sacada de los autores más clássicos, para uso e instrucción de los Cavalleros seminaristas del Real Seminario de Nobles de Madrid). Este Compendio, junto con el Compendio de Historia Sagrada, formaba parte de la Colección de varios tratados curiosos [...] para instrucción de la noble Juventud española, que publica el Real Seminario de Madrid, que Joaquín Ibarra empezó a publicar en 1754. El Arte poética fue reseñada elogiosamente al año siguiente en las Memorias de Trevoux (noviembre de 1758, pág. 2865 de la edición parisiense).

Hervás le atribuye a Burriel la traducción “del idioma francés al español” del citado Compendio de la historia sagrada, la cual, según Diosdado Caballero, es la versión de la Histoire Sainte del padre Gaultruche, pero Sommervogel lo duda, porque dicha Histoire ya había sido traducida al español en 1720 por el padre Pueyo.

En el destierro italiano, Antonio vivió bastante cómodamente en Forli, sin ninguna preocupación económica, gracias al apoyo de su hermano el magistrado, y cuando éste cayó en desgracia, consiguió la ayuda de la pensión doble. Esto explica, quizá, su relajación literaria, pues en Italia sólo publicó en 1795 la Vita di Catarina Sforza Riario, contessa d’Imola e signora di Forli, descritta in tre libri, con aplauso de los lugareños, pues Sommervogel añade: “Los habitantes de Forli quedaron tan satisfechos de esta biografía que le concedieron a su autor tres títulos de nobleza”.

En esta copiosa biografía Burriel anticipó la índole y el método verdadero de una monografía histórica.

Hervás reseña nueve manuscritos inéditos, de los cuales los más interesantes versan sobre la colección canónica española y sobre la historia eclesiástica española, es decir, Antonio sigue la estela que había marcado su hermano Andrés Marcos, como las oraciones de san Cipriano (Orationum D. Cypriani de Lapsis) o su censura sobre los Comentarios sobre el Catechismo Christiano del célebre arzobispo de Toledo, Bartolomé de Carranza, dedicados al rey Felipe II, que habían sido publicados en Amberes en 1558 y que habían sido incluidos en el Índice inquisitorial, a causa de la desgracia de su autor (Censura theologica cathechismi, quam Praesul quidam Hispanus magni nominis medio saeculo XVI).

Manuscritas quedaron también varias de sus traducciones, de finalidad pedagógica, dando su interpretación de las “debilidades del espíritu humano del obispo Huet” o sobre la obra del jurisconsulto y filósofo alemán Juan Gothlieb Heinnecio (1681-1741), titulada Fundamenta stili cultioris, “en idioma español aplicado al uso de las escuelas”. Más divulgativos fueron los Principios de la esfera armilar, geografía e historia romana para uso de las escuelas.

Atento a la actualidad teológico-canonista, durante los últimos años de su vida reflexionó sobre los avatares a los que los ilustrados sometían la autoridad de la Iglesia, como en su Dissertatio de vi, et amplitudine potestatis ecclesiasticae ad excommunicationem ferendam in casu, y más en concreto, los jansenistas del sínodo de Pistoya (Dissertazione sul sinodo Pistojese di monsignor Ricci).

En resumen, Antonio Burriel, a pesar de su escasa producción literaria en Italia, fue un atento observador del panorana cultural del país y fue respetado, como demuestra el hecho de que Andrés Spagni (De signis idearum secundis curis, &c. Romae, 1788, n.º 832, pág. 362) habla de Antonio Burriel con elogio, y cita, en 1788, la alabanza que le había hecho Mateo Aymerich en sus Prolusiones filosóficas (1756).

 

Obras de ~: Conclusiones de letras humanas que defenderán en el Real Seminario de Nobles de Madrid [...] Carlos de los Ríos [...] [et alii] [...] Las presidirá el P. Antonio Burriel, de la Compañía de Jesús el día [...] del mes de octubre de 1754, Madrid, Joaquín Ibarra, 1754; Oratio de veteri adolescentium institutione apud hispanos revocanda, a D. Gaspare de Molina, Marchione de Ureña, in Regio Matritensi Seminario, pronunciata cum ab ipso aliisque alumnis, Excellentissimo nempe D. Carolo de los Ríos, comite de Fernán-Núñez, D. Petro et Francisco Ruiz de Velarde, theses publicae defenderentur sub disciplina P. Antonii Burriel, S. J., Matriti, apud Gabrielem Ramírez, 1755; Compendio del arte poética, sacada de los autores más clássicos, para uso e instrucción de los Cavalleros seminaristas del Real Seminario de Nobles de Madrid, Madrid, 1757; Compendio de la historia sagrada traducida del idioma francés al español, Madrid, Joaquín Ibarra, 1757; Oratio gratulatoria ad illustriss. D. Didacum de Roxas episcopum carthaginensem. Murciae habita Kal. ianuariis an. MDCCLVII [1757] in instauratione collegii Isidoriani pro instituendis ecclesiarum rectoribus ante annos L ab. em. Card. Belluga conditi (inéd.); Vita di Catarina Sforza Riario, contessa d’Imola e signora di Forli, descritta in tre libri, Bologna, S. Tomasso, 1795, 3 vols.; “Faiblesse de l’esprit humam”, que en francés escribió monseñor Pedro Daniel Huet, traducida al español, s. f. (inéd.); Fundamenta stili cultioris, en idioma español aplicadas al uso de las escuelas, s. f. (inéd.); Principios de la esfera armilar, geografía e historia romana para uso de las escuelas, s. f. (inéd.); Orationum D. Cypriani de Lapsis, s. f. (inéd.); Orationis Tullianae pro lege Manilia, traducidas al español, s. f. (inéd.); Censura theologica cathechismi, quam Praesul quidam Hispanus magni nominis medio saeculo XVI. Antuerpiae in lucem edidit, s. f.; Adversaria quaedam tum theologica tum in argumentis aliis, s. f. (inéd.); Dissertatio de vi, et amplitudine potestatis ecclesiasticae ad excommunicationem ferendam in casu &c., s. f. (inéd.); Dissertazione sul sinodo Pistojese di monsignor Ricci, s. f. (inéd.).

 

Bibl.: C. Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jesus, vol. II, Bruxelles-Paris, Oscar Schepens, 1890, cols. 412- 414; J. E. Uriarte y L. M. Lecina, Biblioteca de Escritores de la Compañía de Jesús pertenecientes a la antigua Asistencia de España, vol. I, Madrid, Imprenta de la Viuda de López del Horno, 1925, págs. 604-607; M. c ascón, Los jesuitas en Menéndez y Pelayo, Santander, Santarén, 1940, pág. 536, n.º 215; M. Batllori, La cultura hispano-italiana de los jesuitas expulsos, Madrid, Gredos, 1966, págs. 254-255; F. Aguilar Piñal, Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Miguel de Cervantes, 1981, pág. 747; L. Hervás y Panduro, Biblioteca jesuítico-española, ed. de A. Astorgano, Madrid, Libris Asociación de Libreros de Viejo, 2007, págs. 152-156.

 

Antonio Astorgano Abajo