Granero Martín, Juan de la Cruz. Granada, 27.X.1848 – 14.II.1917. Teólogo jesuita (SI), visitador, procurador, mariólogo.
Educado en ambiente de piedad y modestia, pronto destacó en los estudios y desde muy tierna edad comenzó a desarrollarse en él un exquisito gusto musical, de forma que cuando estaba en los primeros años de seminario, todavía estudiando Latín, ya destacaba con el piano. A los once años ya traducía del latín la Eneida de Virgilio con notable soltura. Su nota era siempre sobresaliente, y realizaba dos cursos en un año, por lo que a los dieciocho años ya estaba estudiando cuarto de Teología. Entre el estudio y los actos de piedad, en particular en la Congregación de San Luis, transcurrió su vida juvenil.
Muy niño aún se adiestró en la oración mental, llevando como guía las meditaciones del padre Villascastín, y su director espiritual no tuvo reparos en dejarle adentrar por los senderos de la penitencia, aunque moderando las asperezas a que era inclinado su penitente en el uso de la disciplina y el cilicio. Aún de seminarista se inscribió en la Congregación de sacerdotes llamada la Escuela de Cristo.
En 1867 llegaron a Granada por la Cuaresma los padres jesuitas Juan N. Lobo y Pedro Echeverría para predicar una misión. Pronto sintió la llamada vocacional a la vida religiosa, y el 31 de marzo de 1867 entró en el noviciado de la Victoria de la Compañía en El Puerto de Santa María, hasta que la Revolución de 1868 les cerró las puertas. Durante ese tiempo se dedicó a ejercicios espirituales; y estudiar Latín y Griego. Iniciada la Revolución, el almirante Cervera y el general Topete evitaron la matanza consiguiendo sacar desde Cádiz por barco a todos los jesuitas y los niños pequeños del colegio de San Luis Gonzaga. Se inició el destierro: de Ronda fue a Poitiers y de ahí a Angers. Allí hizo los votos del bienio el 1 de abril de 1869, en manos del padre Buenaventura Feliú, maestro de novicios de los españoles, y al comenzar el curso inmediato se trasladó a Poyanne, donde finalizó Retórica, realizó los estudios completos de Filosofía, e hizo cinco años de magisterio, enseñando Física, Química e Historia Natural. Tras una estancia en Carrión de los Condes, en 1878 fue destinado a cursar la Teología, aprender Inglés y perfeccionarse más en las Ciencias Naturales, al Colegio Máximo de la provincia de Inglaterra, con la seguridad, según escribe el padre Feliú a Eudoxia, madre de Juan de la Cruz, que “sabrá corresponder al especial cuidado que de él toma la Compañía para hacerle instrumento muy apto para promover la mayor gloria divina y procurar la salvación de las almas”. En Inglaterra recibió también las sagradas órdenes, y luego durante el curso de 1882 a 1883, hizo en Manresa la tercera probación, bajo la dirección del padre Pujol. Terminada ésta, enseñó un año en Chamartín, Física, Química e Inglés, a lo que añadió, el siguiente, la prefectura del colegio; el 5 de septiembre de 1885 empezó a gobernar en Málaga, como rector; y a los cinco años escasos, el 29 de junio de 1890, como provincial, toda la provincia de Toledo, comenzando su visita por el noviciado de San Jerónimo de Murcia. Siete años tuvo este cargo, que dejó el 29 de octubre de 1897, y durante ellos fundó el colegio de Villafranca de Barros en la provincia de Badajoz, abriendo el curso escolar de 1892 con treinta y tres alumnos; levantó y trasladó a mediados de 1894 el noviciado a la Cartuja de Granada; levantó la iglesia de la casa profesa y la residencia de Zorrilla en Madrid, y quedó muy adelantada la de Granada. Durante su provincialato, y siempre por el interés de la salvación de las almas, comenzó la masiva divulgación de los opúsculos del Apostolado de la Prensa, ensanchándose en 1893 el campo de acción a la edición de una “Biblioteca”, dividida en tres secciones: libros de piedad y devoción; libros de novela y entretenimiento; y libros de apologética y vida de santos. Alentó también la publicación de los Monumenta historica Societatis Iesu. Volvió a ser de nuevo designado a las tareas de gobierno, dándosele el 24 de diciembre el del colegio y noviciado de Granada, donde queda como monumento de su afición a la ciencia el observatorio astronómico, geodinámico y meteorológico, levantado por iniciativa suya y con su dirección inmediata. En 1904 dejando aquel cargo pasó a América con el de visitador de las Misiones de Bolivia, Ecuador y Perú, propias de la provincia de Toledo: pasó por Lima; visitó los colegios de Arequipa y de la Paz; supervisó la construcción del templo en honra del Sagrado Corazón de Jesús en Ecuador; en Quito asistió a la consagración del nuevo obispo de la Compañía, monseñor Machado; y terminó la visita de 1907 por los colegios de Pasto y de Pito. Terminada la visita, las siguió gobernando como superior, hasta que, vuelto a Europa en 1913 para asistir a la Congregación Provincial, se quedó como rector por segunda vez del colegio de Málaga, y a los dos años pasó, también por segunda vez, a serlo de Granada, donde murió.
Fuera de estos cargos, tuvo el de procurador a Roma por la provincia de Toledo en las tres Congregaciones de 1899, 1902 y 1913; y se halló en tres generales: como provincial, en la de Loyola, en 1892, y como elector, en la de Roma de 1906 y 1915.
Bibl.: SI, Cartas edificantes de la Provincia de Toledo de la Compañía de Jesús. 1916-1917, t. VII, Ad usum privatum NN, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1918; A. Risco (SJ), El Padre Juan de la Cruz Granero de la Compañía de Jesús (Ensayo biográfico), Madrid, Tipografía Católica, 1919; F. Cervera, Ángel Ayala, Madrid, Asociación Católica de Propagandistas, 1975; C. López Pego, Historia del Colegio San José de Villafranca de los Barros. Cien años de vida, 1893-1993, Villafranca de Barros, Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio San José, 1994; C. López Pego, La Congregación de “Los Luises” de Madrid. Apuntes para la historia de una Congregación mariana universitaria en Madrid, Bilbao, Desclée de Brouwer, 1999; VV. AA., “Granero Martín, Juan de la Cruz”, en Ch. E. O’Neill (SI) y J. M.ª Domínguez (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico Temático, vol. II, Roma-Madrid, Institutum Historicum, S.I.-Universidad Pontificia Comillas, 2001, págs. 1803-1804; M. Espinar Moreno et al., Historia del Observatorio de Cartuja, 1902- 2002. Nuevas investigaciones, Granada, Ayuntamiento, 2003; F. Cervera Jiménez-Alfaro, Ángel Ayala, S.I., Madrid, CEU Ediciones, 2009.
José Martín Brocos Fernández