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Nicolás Minuissir Jorgeta

Biografía

Minuissir Jorgeta, Nicolás. Trieste (Italia), 21.I.1794 – Valencia, 5.V.1868. Militar.

La hoja de servicios del mariscal de campo Nicolás de Minuissir Jorgeta se conserva en el Archivo General Militar de Segovia, y en ella constan los datos que siguen a continuación. Nació en Trieste en 1794; en 1805 era cadete al servicio de Austria y en 1810 comenzó su carrera en España como teniente. Al año siguiente obtuvo el grado de capitán y en 1815 el de teniente coronel vivo y efectivo; primer comandante de tropas ligeras en 1822, coronel en 1835, brigadier en 1836 y mariscal de campo en 1843. Consta que participó en la guerra que Austria declaró a Francia, y que estando 1810 en Trieste Eusebio Bardají Azara, y en virtud de órdenes que tenía de la Junta Central de Sevilla, le propuso pasar a España, lo que verificó encaminándose por tierra a Constantinopla y embarcó hacia Cádiz vía Esmirna y Malta. Desde entonces combatió en el ejército español contra Francia, encontrándose en la defensa de Cádiz, en la batalla de la Albuera por la que obtuvo el grado de capitán, y en el asalto al castillo de Niebla con el cuerpo expedicionario al mando del general Blake, entre otras muchas incursiones, cayendo gravemente herido en 1814.

Restablecido, en junio de 1815 se encontraba en Bruselas, y fue destinado por Fernando VII al duque de Wellington, general en jefe de los Ejércitos aliados que se encontraban en los Países Bajos, y se hallaba en la batalla de Waterloo, en donde coincidió con el general Miguel Ricardo de Álava, quien le recomendó al Rey, y le nombró teniente coronel vivo y efectivo.

Siguió en el ejército aliado hasta la capitulación de París, y quedó encargado en la capital de una comisión especial, operación por la que quedó vinculado a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, como se explica más adelante. Entre los años 1824 y 1834 estuvo exiliado en Francia, Bélgica, Holanda e Inglaterra. A finales del año 1834 salió de París hacia Madrid con credenciales para el Gobierno.

En 1835 fue nombrado en comisión para revistar en clase de inspector las Comandancias del Cuerpo de Carabineros de la Real Hacienda en las provincias de Granada y Málaga, destacando su labor en el arreglo de la administración interior, y en la persecución de la facción de Orejita que devastaba Sierra Morena y Los Pedroches de Córdoba; a finales de este año fue nombrado por unos meses gobernador militar y político del distrito de San Felipe de Játiva, persiguiendo también a los rebeldes Cabrera y Fraile Esperanza. En 1836 se le confió el mando en comisión del Regimiento de Extremadura y fue nombrado comandante general de la primera brigada de la primera división, y entre otras acciones, colaboró en el levantamiento del tercer sitio de Bilbao. En 1837 fue nombrado comandante general de la provincia de Ciudad Real y se le confirió el mando de la primera brigada de operaciones, destacando en la captura de rebeldes facciosos como Sevariego y Palillos y rescatando reses robadas y devueltas a sus dueños; y en la acción de Málaga contra la facción de Basilio, en donde resultó herido.

Tras su convalecencia, en 1840 fue destinado a las órdenes del capitán general de Andalucía y restituido al servicio, nombrado vocal de la Comisión en la Junta de Revisión de Ordenanzas, en donde estuvo hasta 1843, cuando fue nombrado comandante general de Ciudad Real, que desempeñó hasta que, adherido al pronunciamiento, la Junta allí establecida le admitió su dimisión, continuando de cuartel y con real licencia en el extranjero hasta que a finales de 1844 se le privó de empleo, honores y condecoraciones. Regresó en 1847 y en 1863 solicitó el pase a la situación de exento de servicio con residencia en Valencia y sueldo anual de 4.000 escudos, situación y lugar en los que permaneció hasta su fallecimiento, ocurrido el 5 de mayo de 1868. Obtuvo numerosas medallas y condecoraciones, de Gran Bretaña, Austria, Países Bajos, y de España las de San Hermenegildo, Isabel la Católica y San Fernando.

La relación de Nicolás de Minuissir con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando tiene que ver con la restitución a la nación española de parte de las obras de arte que las tropas de Napoleón se llevaron a Francia. Hizo posible la devolución de cincuenta y siete cuadros al Gobierno español en el mes de octubre de 1815. Y con este motivo solicitó en 1816 el título de académico de honor: se presentó como teniente coronel efectivo de los Reales Ejércitos y ayudante de campo del general Miguel Ricardo de Álava (enviado extraordinario y ministro plenipotenciario cerca del Rey de los Países Bajos), gracias a cuya eficacia se pudieron recuperar y conducir los cuadros desde el Museo de París, vía Holanda. En 1840 la Regencia del reino le nombró consiliario de la Academia, y años después le designó académico correspondiente en Valencia (en 1866), adonde se había retirado.

La comisión desempeñada en 1815 en el caso de las obras de arte fue recogida en su hoja de servicios del siguiente modo: desempeñando la comisión “de secretario interino de la Embajada de Su Majestad en la Corte de París, a las inmediatas órdenes del General D. Ricardo de Álava hasta que llegó el propietario.

La importante comisión que le confió el expresado General en 1816 de extraer a la fuerza del Museo de pinturas de París con el auxilio de 200 hombres de Infantería inglesa las pinturas que el enemigo había robado en España, lo que efectuó felizmente conduciendo a Amberes no sólo dichos cuadros sino los preciosos efectos del Gabinete de Historia Natural e Imprenta Real de Su Majestad, cuyo valor ascendía a unos 30 millones de reales de vellón, salvando con mucha resolución, serenidad y prudencia tan rico convoy en las circunstancias difíciles en que se hallaba la Francia, forzando las fronteras a la cabeza de una escolta de Caballería inglesa y arrollando los guardias de Aduana que trataban de detenerle. Después tuvo que embarcarse en el puerto de Olbulins en Holanda en una fragata de guerra de la misma nación por orden de Su Majestad, y transportó a Cádiz y de allí a la Corte de Madrid el cuantioso cargamento que entregó exactamente en los respectivos establecimientos que pertenecían”.

Además, entre 1819 y 1820 manifestó que desempeñaba dos comisiones sobre materias artísticas que le confía la Real Academia de San Fernando, y también recoge esta hoja de méritos el nombramiento de consiliario de dicha Academia en 1840, y que su estado civil era casado.

 

Bibl.: E. Navarrete Martínez, La Academia de Bellas Artes de San Fernando y la Pintura en la primera mitad del siglo XIX, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999; P. García Sepúlveda y E. Navarrete Martínez, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Departamento de Archivo, Biblioteca y Publicaciones. Relación general de académicos (1752 en adelante), Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, actualización anual [en línea], disponible en https://realacademiabellasartessanfernando.com/assets/docs/academicos/introduccion_relacion_general_de_academicos.pdf.

 

Esperanza Navarrete Martínez

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