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Félix García Polavieja

Biografía

García Polavieja, Félix. El Puerto de Santa María (Cádiz), 29.VII.1876 – Madrid, 1.IV.1949. Jesuita (SI), educador.

Unido a los también jesuitas Ángel Ayala y José Agustín Pérez del Pulgar formó la triple base humana del Instituto Católico de Artes e Industrias (ICAI) en sus treinta primeros años de existencia. Puesto que sobrevivió en la obra a sus otros dos compañeros, su influjo fue más duradero.

Era sobrino del “General Cristiano”, Camilo García Polavieja. Estudio en el colegio de los jesuitas (San Luis) de su ciudad natal, recién creado, y sin cumplir aún los dieciséis años ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús en Murcia (1892). Tras sus estudios humanísticos y filosóficos (Granada, 1894-1899) enseñó Ciencias en el colegio de Nuestra Señora del Recuerdo (Chamartín) otro quinquenio, hasta 1904.

Cursó la Teología en el St. Beuno’s College, Clwyd, Gales, en los cuatro años siguientes, ordenándose sacerdote en 1907. Tras sus estudios finalizó su formación jesuítica haciendo en Manresa (Barcelona) la Tercera Probación.

A partir de este momento estuvo destinado en el ICAI, fundado el año anterior, si se exceptúa el año 1919, en que su destino fue Granada como ministro de la casa de formación de los jesuitas. En el ICAI, que englobaba una escuela de obreros, una de ingenieros y un colegio de segunda enseñanza, aunque en la comunidad jesuítica residían también escritores de la revista Razón y Fe y de la colección Monumenta Historica Societatis Iesu, ocupó todos los cargos de responsabilidad: prefecto y secretario (1909-1911, 1921-1928), vicerrector (1911-1912, 1939-1940), rector (1912-1918, 1928-1932). Su primer rectorado supuso la consolidación y el prestigio de las entidades docentes de la casa.

Durante el segundo, el 11 de mayo de 1931, tuvo lugar la quema del edificio (iglesia, clases, biblioteca y residencia de la comunidad), pese a que el gobierno de la Segunda República había garantizado su protección, teniendo que huir los jesuitas que vivían allí.

Tras la disolución de la Compañía de Jesús en España (23 de enero de 1932), fue nombrado provincial de la provincia de Toledo (que incluía Madrid) y tuvo que hacer frente a la situación de dispersión que vivieron los jesuitas y al exilio de los estudiantes en Bélgica.

En previsión de lo que luego ocurrió, pretendió que todos los jesuitas que estaban en Madrid saliesen de España, pero a él le sorprendió el comienzo de la Guerra Civil en la capital. Pasó la guerra en la embajada de Noruega, donde se refugió, ejerciendo su ministerio sacerdotal con los otros refugiados. Al no poder actuar como provincial, tuvo un viceprovincial desde agosto de 1938 y fue sustituido en su cargo al cumplir el sexenio, en octubre de 1938. Finalizada la guerra, tomó posesión del edificio y fue de nuevo vicerrector del ICAI, que pudo abrir sus puertas a los seis meses de acabar la contienda: volvieron a funcionar la Escuela de Ingenieros (que había seguido impartiendo sus clases en Bélgica desde 1932 hasta 1936), el colegio (que se trasladó a un chalet del paseo de Rosales, en Madrid, en las mismas fechas) y la Escuela de Obreros, la única que no pudo continuar abierta en la etapa republicana.

Nombrado procurador (administrador) de la provincia en 1940, no dejó sus clases, que alternó con su nuevo cargo hasta su muerte en 1949. Una afección gripal y dos colapsos acabaron con su vida. Presidieron su entierro el ministro de Asuntos Exteriores y el presidente de las Cortes. Llevaron el ataúd hasta la calle de Princesa sus antiguos alumnos.

Gran organizador, constante y metódico (era proverbial su puntualidad y su interés porque funcionase al segundo el reloj de la torre del edificio) y capaz de tomar decisiones también en momentos difíciles, dedicó su tiempo y sus cualidades al ICAI. Junto a Á. Ayala y J. A. Pérez del Pulgar, dos hombres geniales y creadores, García Polavieja aportó el método y la continuidad.

Apoyó decididamente esta obra de enseñanza nueva, pues creía en la libertad de enseñanza y en la capacidad de la enseñanza privada. Era también un buen administrador en momentos fáciles y arduos. Y un consejero sereno, amable y con un entrañable sentido del humor.

 

Bibl.: Nuestra Casa [Historia de ICAI-ICADE y el Colegio de Areneros], Madrid, ed. ICAI, 1984, especialmente “In memoriam”, pág. 167; M. Batllori, “Aportación del ICAI en sus 75 años de historia”, en Acto Académico, Madrid, ed. ICAI, 1984, págs. 5-29; R. M.ª Sanz de Diego, Origen y evolución de una institución pedagógica polivalente: el ICAI (1908), en J. Ruiz Berrio (ed.), La educación en la España Contemporánea. Cuestiones actuales, Madrid, Sociedad Española de Pedagogía, 1985, págs. 164-174; M. Revuelta, La Compañía de Jesús en la España Contemporánea, vol. II, Madrid, Universidad Pontificia Comillas, 1991; R. M.ª Sanz de Diego, “ICAI-ICADE: un centro educativo complejo y plural”, en E. Gil (ed.), La Universidad Pontificia Comillas. Cien años de historia, Madrid, Universidad Pontificia Comillas, 1993, págs. 153-277; R. M.ª Sanz de Diego, “García Polavieja, Félix”, en Ch. O’Neill y J. M.ª Domínguez, Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, Biográfico- Temático, vol. II, Roma-Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu, Universidad Pontificia Comillas, 2001, pág. 1577.

 

Rafael María Sanz de Diego, SI

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