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Victor Elizondo Delgado

Biografía

Elizondo Delgado, Víctor. Li Songtao. Pamplona, 10.III.1886 – Veruela (Zaragoza), 29.VIII.1959. Misionero jesuita (SI), catequista y misionólogo.

Nació en Pamplona (Navarra) el 10 de marzo de 1886, ingresando en la Compañía de Jesús en Loyola (Guipúzcoa) el 9 de junio de 1903. Elizondo, pese a su edad, supo ganar en sentimientos al llegar al noviciado. En los años finales del siglo xix, Loyola se afianza como noviciado ejemplar, después del gobierno del austero y virtuoso padre Tomás Ipiña (1894-1901), mientras se consolida su casa de ejercicios y se ensaya la apertura de un colegio para alumnos externos. En cambio, desciende la extensión pastoral sobre las zonas vascas, que había sido muy intensa durante el rectorado del padre Blas de Olano (1880-1887).

Loyola, pues, es la mejor realización y el más acabado símbolo de la Compañía en España. Allí solían celebrarse las congregaciones generales de la provincia de Castilla y allí se celebró la congregación general de 1892, la única celebrada fuera de Roma en toda la historia de la Compañía, en recuerdo de san Ignacio “que allí nació para el mundo y se crió para la religión y la Iglesia”. Y aquí nació para el mundo, la religión y la Iglesia Víctor Elizondo, portavoz más tarde de la fe en China, navarro de San Francisco Javier, misionero hasta cambiar de nombre (Li Songtao), sorpresa apostólica que no hizo política durante la dictadura de Primo de Rivera y pedagogo de miras grandes para fascinar una época dura y agresiva.

Realizó sus estudios normales como jesuita, ejerciendo su magisterio en Gijón entre 1910-1914. Durante su formación teológica en Oña (Burgos) recibió el impacto del misionólogo Hilarión Gil, simpático de afectos, jaspeado de escritos, un modelo de iniciativas a seguir en cuanto pudiera. Fue ordenado de sacerdote allí el 30 de julio de 1917, sucediendo a Gil en 1919, en Burgos, como director de la revista El Siglo de las Misiones. Elizondo, enseguida, fue maestro en el arte de la inculturación, una de las creaciones de Gil. Diseñado, pues, en Oña y vestido en las clases de jesuitas, rompedores y serios —Villada, Laburu, Herrera— fundó un Movimiento de Juventud Misionera, participó como secretario en el Congreso Misional de Pamplona y redactó las bases de la Unidad Misional del Clero.

Pero Elizondo no sólo fue arroyo claro de iniciativas circunstanciales, sino fuente serena de apuestas duraderas. Así, en octubre de 1922 fue destinado a la misión de Wuhn (Clunia), adonde llegó después de una permanencia de varios meses en Estados Unidos.

De acuerdo con el compromiso de su pensamiento, se hizo todo a todos en su misión de Fanchang xian, volviendo a España en 1928, cargado de fascinantes iniciativas a favor de las misiones. Primero organizó una exposición misional dentro del marco de la Exposición Universal de Barcelona, para dirigir después la Revista de la Exposición Misional Española (1928- 1930) y participar en la organización del Congreso Nacional de Misiones (1929) y en la Semana de Misionología (1930).

La opción misionera de Elizondo, con el tiempo, se recrudeció, se avellanó y se amonedó en todo un momento catequético de la cristiandad clunia, que se recibió con general aceptación, pese a sus defectos. Se hace referencia a su gran obra sobre la doctrina cristiana que, ya en Clunia (1930), y desde su lejano puesto misional preparó con todo esmero. Para ello tomó como base el catecismo del primer Concilio Plenario de Shanghai (1924-1934), la obra catequética de Santiago José García Mazo (fallecido en 1849), los proverbios de la sabiduría china (traducidos por José M.ª Echániz) y la mano nativa del sacerdote Matheus Chen para su redacción última. Con lo que Elizondo quiso introducir el cristianismo en el costumbrismo chino, dejando aparcadas formas y ortografías extranjeras, que no servían para nada. Elizondo, junto a Gil y Zameza, es una generación de jesuitas con mucha calle, mucha fe y mucha entrega.

Expulsado de China en 1951, pasó a Pamplona, su tierra, donde contribuyó con acierto a la celebración del centenario de san Francisco Javier, en 1952. Destinado a la residencia de Zaragoza en 1953 dedicó el resto de su vida al ministerio sacerdotal. Murió en Veruela (Zaragoza) el 29 de agosto de 1959.

 

Obras de ~: Yao-Lin Yin-Shen. Catechismi cumpla Expositio, Wuhn, 1936-1951, 15 ts.; Yao-Li Pi-Kiai Catechesis Illustratio, Wuhn, 1936-1951, 10 ts.; Yao-Li Shih-Nan. Dificultades contra la fe, Wuhn, 1936-1951.

 

Bibl.: D. Echavide, “La obra catequista del R. P. Elizondo”, en España misionera, 6 (1949), págs. 9-29; M. Revuelta González, La Compañía de Jesús en la España contemporánea, t. II, Madrid-Bilbao-Santander, Universidad Pontificia Comillas, 1991; A. R íos, “Elizondo Delgado, Víctor”, en Ch. E. O’Neill (SI) y J. M.ª Domínguez (SI) (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico-Temático, Roma-Madrid, Institutum Historicum, SI-Universidad Pontificia Comillas, 2001.

 

Francisco Rodríguez de Coro, SDB

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