Techo, Nicolás del. Lille (Francia), 28.XI.1611 – Apóstoles (Misiones jesuíticas del Paraguay), 20.XI.1685. Sacerdote jesuita (SI), provincial e historiador de la Orden.
Su verdadero nombre fue Nicole Du Toit, pero sus compañeros jesuitas se lo españolizaron en la forma que se lo conoce en la historia. Ingresó a la Compañía galo-belga a la edad de diecinueve años. Ordenado de sacerdote, por un tiempo se dedicó a la enseñanza de Humanidades y luego, a instancias de Díaz Taño y Ruiz de Montoya, solicitó ser enviado a las Indias, específicamente a la provincia jesuítica del Paraguay, ubicada en la Mesopotamia, comprendida entre los ríos Paraguay, Tebicuary y Uruguay.
La ruta más directa era llegar a Sevilla y de allí embarcarse destino a Inglaterra, entonces en guerra contra el mundo católico; razón por la cual el padre del Techo y sus demás compañeros debieron disfrazarse para eludir tal contratiempo. Arribó a Buenos Aires (28 de noviembre de 1640) y de allí pasó a la ciudad universitaria de Córdoba, donde concluyó sus estudios eclesiásticos y muy pronto fue destinado a las Misiones guaraníticas. Ardua tarea fue la suya en estas tierras, pues trabajó incansablemente por espacio de cuarenta y cinco años en la evangelización del indígena y se distinguió como catedrático del Colegio jesuítico de Asunción, en una etapa de pródigo desarrollo, gracias a la paz conquistada por las comunidades misioneras frente a los enemigos externos, específicamente de los bandeirantes paulistas. Se hallaba en el pueblo de Encarnación cuando fue admitido a la profesión solemne de cuatro votos (1649), hecho que entre los jesuitas sólo una persona de virtud y ciencia podía obtener tales preseas. En el transcurso de ese tiempo, el padre del Techo pudo conocer a los principales misioneros de la primera hora en la evangelización del indio, como los padres Pedro Romero, Simón Mascetta y José Cataldino, testigos presenciales y actores de muchos acontecimientos que él registraría ulteriormente en su historia.
Por espacio de un quinquenio, trabajó en Santa María la Mayor (1651-1656) y luego se trasladó al pueblo de Mártires del Japón (1657-1664), donde actuó como cura doctrinero. En esa comunidad, él mismo certificó que en cierta ocasión se reunieron indígenas pertenecientes a quince etnias diferentes con el objetivo de incorporarse a las doctrinas. Al padre del Techo, no sólo le preocupaba la evangelización y la vida religiosa de los naturales, sino que también procuró que éstos vivieran con más comodidades, que se alimentasen de manera abundante y se vistiesen de forma decorosa. Durante su permanencia en Mártires escribió su monumental Historia de la Provincia del Paraguay y de la Compañía de Jesús, cuyo manuscrito, primorosamente realizado por indios guaraníes, imitando los caracteres de imprenta, se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, obra que conoció la luz en 1673 en la ciudad de Lieja.
Más tarde, estaba en Córdoba (1668), como maestro de novicios e instructor de la tercera probación, última etapa de formación de los jesuitas al final de los estudios y antes de incorporarse a la tarea apostólica.
Posteriormente, asistió como secretario de la Duodécima Congregación Provincial reunida en la referida ciudad (1670).
Vuelto de nuevo a las Misiones del Paraguay, ejerció el cargo de provincial de la Orden (1672-1676).
En ese carácter, desde el pueblo de San Ignacio Miní escribió al gobernador del Río de la Plata, Andrés de Robles (10 de mayo de 1676), exponiéndole la inseguridad en que se hallaban los cincuenta mil naturales al carecer de armas para defenderse y proteger las tierras realengas frente a las pertinaces invasiones lusitanas, pues la gran cantidad de armamento se hallaba en poder de los vecinos de Asunción, quienes las habían requisado de los poblados y no las habían devuelto. Esta solicitud pudo concretarse años más tarde.
De las Misiones, fue destinado a la capital de la provincia; allí ejerció el cargo de rector del Colegio de la Asunción (1678-1681). Uno de los asuntos más importantes de esa etapa que tuvo que atender el padre del Techo fue el constante pedido por parte del gobernador del Paraguay sobre el envío de misioneros a la región del río Monday y al Chaco para evangelizar a varias etnias aún inconversas. Difícil tarea la de conseguir sacerdotes, ya que sólo se contaba con cuarenta y cinco jesuitas en toda la provincia y por consiguiente era imposible prescindir de sus labores. Sin embargo, trató de enviar a cuatro religiosos y él mismo se ofreció para tal misión, sólo que su edad y su quebrantada salud no le permitieron realizar su objetivo. Esa razón le impulsó a rogar a sus superiores en Europa el envío urgente de unos veinte nuevos misioneros para atender dicha demanda. De Asunción regresó nuevamente a las reducciones, donde después de cuatro décadas y media de labor misionera, dejó de existir a los setenta y tres años de edad.
Uno de los primeros trabajos del padre del Techo relativo a la crónica histórica es la Relatio Triplex, escrito en Santa María Mayor (1654), basado en tres monografías, la primera pertenece al padre Andrés de Rada y las otras dos a del Techo. Se trata de una de las mayores rarezas de la bibliografía americana, nunca traducida al español y prácticamente desconocida por los estudiosos. Pero, sin lugar a dudas, la obra más importante y celebrada es su Historia de la Provincia del Paraguay y, aunque la crítica histórica ha revelado que mucho de ella es una copia de otro trabajo análogo escrito por el padre Juan Pastor, ilustrado cronista y antecesor del jesuita francés, no deja de ser trascendental para el estudio de la historia de los jesuitas en el Paraguay. Si bien el libro está plagado de inverosímiles narraciones, suministra interesantes noticias y no pocos detalles de los principales sucesos acaecidos en los pueblos misioneros. La obra está dividida en catorce libros, cada uno de ellos con variable número de capítulos, entre 20 y 30. El tema principal de la narración es el Paraguay primitivo, pero su objeto es “la historia de la introducción del cristianismo en la parte austral de América”. Del Techo comienza haciendo el relato del descubrimiento, ocupación y colonización del Paraguay, cuya metrópoli y centro de la conquista es Asunción. A este empeño están destinados los quince primeros capítulos, en donde pueden leerse detalladas descripciones del territorio. El carácter accesorio y secundario que se confiere a las tierras del Tucumán y Chile, pronto segregadas o nunca ocupadas por los primeros adelantados y conquistadores del Paraguay, se manifiesta en la parquedad del espacio que el autor concede a su descripción y a la historia de su descubrimiento y conquista.
Siguiendo el hilo cronológico vuelve al Paraguay para recordar las primeras misiones y su ulterior desarrollo, luego retorna su atención a Tucumán y a Chile donde acababan de establecerse los jesuitas. La inclusión bastante esporádica de pueblos indígenas y ciudades de tan amplia geografía y la actuación de la Compañía de Jesús en tan vastas regiones le resta cierta concentración al desarrollo de la historia. Puede advertirse la figura del provincial jesuita, que va visitando toda la región para conocerla y gobernarla mejor, tal es el ritmo de la narración.
La versatilidad de la acción jesuítica y, por ende, de su cronista, se concentra paulatinamente en el territorio paraguayo, y cuando se establece la provincia jesuítica del Paraguay, con la inclusión de Chile y Tucumán, es en el escenario paraguayo donde confluyen los mayores esfuerzos catequísticos y los de su analista. Al sobrevenir la separación de Chile la gravitación paraguaya se acentúa; desde ese momento sólo ocasionalmente se recuerda la actuación jesuita en Tucumán y Buenos Aires. En los últimos capítulos la crónica no se reduce a la historia de las reducciones, los progresos de la conversión, los milagros de los santos, los martirios de los misioneros, sino que se dramatiza con el relato de la terrible guerra de los bandeirantes paulistas y las primeras luchas de la Compañía de Jesús en defensa de su reputación atacada por gobernantes, mitrados y vecinos de Asunción. Para la época, esta historia era la primera en donde se hacía pública la vida de los españoles residentes en el Paraguay, es allí donde se cimenta su real importancia.
Obras de ~: Relatio Triplex (ms. en el Museo Británico de Londres); Historia de la provincia del Paraguay, Lieja, 1673 (Madrid, 1897, 5 ts.; Asunción, 2006); Las Decades (ms. en la Biblioteca Nacional de Madrid); Memoriales y Cartas, Buenos Aires, 1952; Documentos inéditos.
Bibl.: B. Garay, Prólogo de Historia de la provincia del Paraguay de N. del Techo, Madrid, 1897; G. Furlong, Los jesuitas y la cultura rioplatense, Buenos Aires, Editorial Huarpes, 1946; E. Cardozo, Historiografía Paraguaya, t. I, México, Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 1959; H. Storni, Catálogo de los Jesuitas de la Provincia del Paraguay (Cuenca del Plata 1585-1768), Roma, Institutum Históricum, SI, 1980; M. G. Monte de López Moreira, Biografía de Nicolás del Techo, en Forjadores del Paraguay. Diccionario Biográfico, Buenos Aires, Distribuidora Quevedo de Ediciones, 2000; Ch. E. O’Neill (SI) y J. M.ª Domínguez (SI) (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico-Temático, Roma-Madrid, Institutum Historicum, S.I.-Universidad Pontificia Comillas, 2001; B. Meliá, “La primera Historia del Paraguay por un jesuita”, en Prólogo de Historia de la provincia del Paraguay de N. del Techo, Asunción, 2006.
Mary Monte de López Moreira