Ayuda

Agustín García de Arrieta

Biografía

García de Arrieta, Agustín. Cuéllar (Segovia), c. 1775 – París (Francia), 2.IV.1835. Bibliotecario y literato.

Fue bachiller en Filosofía y en Sagrada Teología. Enseñó Disciplina Eclesiástica, Derecho Natural y de Gentes, e Historia Literaria en los Reales Estudios de San Isidro.

Ingresó en la Biblioteca de San Isidro el 11 de septiembre de 1798, como oficial supernumerario o 3.º, pasando a oficial 2.º en 1802. Alcanzó el puesto de bibliotecario director en 1814, que desempeñó hasta la devolución de los Reales Estudios a los jesuitas en 1816, en que cesó y fue trasladado a la Biblioteca Real.

En 1815 fue elegido académico de la Real Academia Española, aunque quedó como supernumerario, y no alcanzó plaza de número hasta 1818. También fue miembro honorario de la Academia Latina Matritense.

En 14 de agosto de 1816 se le concedió el puesto de bibliotecario supernumerario de la Biblioteca Real, debiendo optar a la primera vacante efectiva que se produjese. Pero al producirse ésta poco después, reclamó su derecho Tomás Mauricio López, por lo que, para no perjudicar los derechos de los demás, en 1819, García de Arrieta quedó ocupando plaza de bibliotecario con el sueldo y opciones de oficial 1.º, suprimiendo para ello dos plazas de escribiente, y no pudiendo ascender en lo sucesivo. Las gestiones para llegar a esta situación las llevó a cabo Felipe Montoya, obispo de Teruel y presidente de la Junta para la devolución del Colegio Imperial a la Compañía de Jesús.

En 1820 se restablecieron los Estudios de San Isidro, y García de Arrieta volvió a la dirección de su Biblioteca. En 1822 se creó la Universidad Central, inaugurada el 7 de noviembre, con sede en los mismos Reales Estudios, y Arrieta se convirtió en el primer director de la Biblioteca. Pero duró poco, pues tras la nueva invasión francesa, Fernando VII fue repuesto como Rey absoluto, y la disposición por la que se creaba la Universidad quedó sin efecto. En 1823, los jesuitas recuperaron el Colegio Imperial, y García de Arrieta abandonó su puesto y se exilió en Francia.

Por su implicación en la política del Trieno Constitucional, se le privó de los honores de bibliotecario en 1824. De su actuación en los años posteriores, hasta su muerte en París en 1835, se conocen principalmente sus trabajos literarios, como las ediciones de las Obras escogidas de Cervantes (París, 1826 y 1827).

Entre sus trabajos se encuentran traducciones de obras italianas y francesas, como Las leyes eclesiásticas sacadas del Nuevo Testamento, traducción del italiano al español (Madrid, Benito Cano, 1793), y la Introducción a la Sagrada Escritura, traducción del francés de Bernard Lamy (Madrid, Benito Cano, 1795), destinadas probablemente a servir de libros de texto en los Estudios de San Isidro; de comedias alemanas (aunque a través de versiones francesas), como La misantropía y el arrepentimiento, de August von Kotzebue (Madrid, Fermín Villalpando, 1800), y El Conde de Olsbach, de Johann Christian Brandes (Madrid, Benito García, 1801); y recopilaciones de máximas o aforismos sacados de las obras de Fenelon (El espíritu de Telémaco, Madrid, 1796) y de Cervantes (El espíritu de Miguel de Cervantes Saavedra, Madrid, 1814, y París, 1827).

García de Arrieta es conocido como cervantista por haber sido el primer editor de la novela corta atribuida a Cervantes La tía fingida, siguiendo el manuscrito de Porras de la Cámara que entonces existía en la Biblioteca de San Isidro, texto que incluyó como apéndice a la mencionada recopilación de máximas cervantinas (1814); y por las ediciones de las Obras escogidas de Cervantes (París, Librería Hispano Francesa de Bossange padre, 1826, con reimpresión idéntica por Firmin Didot, 1827) que llevó a cabo en su exilio parisino, que gozaron de gran éxito entre los emigrados; los diez volúmenes de que constaba comprendían el Quijote (I-VI, que también circuló independientemente del resto), las Novelas ejemplares (VIIIX) y el Teatro (X); esta edición, basada especialmente en la última de la Real Academia, iba precedida de un retrato de Cervantes, de su vida y de un facsímil de su firma, y la principal crítica que recibió se refería a que desgajó del texto del Quijote las historias del “Curioso impertinente” y del “Capitán cautivo”, que incluyó al comienzo de las Novelas ejemplares. También se interesó por el texto de El Buscapié, del que decía que la condesa de Fernán Núñez le había informado de que su marido había adquirido un ejemplar en Portugal, pero al buscarlo en 1807 no lo pudo localizar, alegando la condesa viuda que quizá lo destruyó la Inquisición en el expurgo que hizo al volver su marido de la embajada de París (según carta publicada en las Obras completas de Cervantes, edición en miniatura de J. M.ª de Ferrer, París, 1832).

Pero su obra más notable y de más influencia quizá sea su versión de los Principios filosóficos de la literatura, o Curso razonado de bellas letras y de bellas artes de Charles Batteux (Madrid, 1797-1805, en 9 volúmenes), dedicada por Arrieta al príncipe heredero de Parma, su mecenas, y aumentada con notas y apéndices, no sólo sobre la literatura española, sino que precisan en ocasiones algunos conceptos del autor. En esta obra se establecieron algunos de los principios básicos de la estética neoclásica, como la consideración de que la esencia de las bellas artes y letras era la imitación de la naturaleza, aunque no tal como ella era, sino como la podía concebir el espíritu de forma sabia e ilustrada, fundamentando así el concepto del gusto. Numerosos escritores de la época, entre los que se encontraba Moratín, fueron seguidores y defensores de los principios de la retórica de Batteux a través de la traducción de Arrieta.

En alguna ocasión se ha afirmado, tomando la información de la Enciclopedia Espasa, que Agustín García de Arrieta estudió Medicina; sin duda se trata de un error, quizá por confusión con el doctor Eugenio García Arrieta, el médico que curó a Goya de su enfermedad en 1819 y a quien éste retrató en el cuadro que hoy se conserva en el Minneapolis Institute of Arts.

 

Obras de ~: Leyes, Las leyes eclesiásticas sacadas del Nuevo Testamento, trad. del it. al esp. de ~, Madrid, Benito Cano, 1793; B. Lamy, Introducción a la Sagrada Escritura, trad. de ~, Madrid, Benito Cano, 1795; El espíritu de Telémaco, o Máximas y reflexiones políticas y morales del célebre poema intitulado Las aventuras de Telémaco. Sacadas fielmente, dispuestas por orden alfabético de materias e ilustradas con varias notas para su mejor inteligencia, Madrid, Benito Cano, 1796; Ch. Batteux, Principios filosóficos de la literatura, o Curso razonado de Bellas Letras y de Bellas Artes. Obra escrita en francés por el señor abate Batteux [...] Traducida al castellano e ilustrada con algunas notas críticas y varios apéndices sobre la literatura española por ~, Madrid, Sancha, 1797-1805, 9 vols.; A. von Kotzebue, La misantropía y el arrepentimiento, trad. de ~, Madrid, Fermín Villalpando, 1800; J. Christian Brandes, El Conde de Olsbach, trad. de ~, Madrid, Benito García, 1801; El espíritu de Miguel de Cervantes Saavedra o la filosofía de este grande ingenio, presentada en máximas, reflexiones, moralidades y agudezas de todas especies, y sobre todos los asuntos más importantes de la vida civil, sacadas de sus obras y distribuidas por orden alfabético de materias. Va añadida al fin de él una novela cómica intitulada La tía fingida, obra póstuma del mismo Cervantes, hasta ahora inédita [...], Madrid, Viuda de Vallin, 1814; M. de Cervantes, Obras escogidas, ed. de ~, París, Librería Hispano Francesa de Bossange padre, 1826 (reimpr. Paris, Firmin Didot, 1827).

 

Bibl.: F. Aguilar Piñal, Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, vol. IV, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1986, págs. 93-96; I. Urzainqui, “Batteux español”, en F. Lafarga (ed.), Imágenes de Francia en las letras hispánicas, Barcelona, PPU, 1989, págs. 239-260; J. Simón Díaz, Historia del Colegio Imperial de Madrid, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1992 (2.ª ed. actual); A. Miguel Alonso, La Biblioteca de los Reales Estudios de San Isidro de Madrid, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1996; L. García Ejarque, La Real Biblioteca de S.M. y su personal (1712-1836), Madrid, Asociación de Amigos de la Biblioteca de Alejandría, 1997, págs. 481-482; A. Zamora Vicente, Historia de la Real Academia Española, Madrid, Espasa, 1999, pág. 184.

 

Manuel Sánchez Mariana