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Blas Beraza Gorostiza

Biografía

Beraza Gorostiaga, Blas. Begoña (Vizcaya), 21.XII.1862 – 25.I.1936, Marneffe (Bélgica). Teólogo jesuita (SI).

En 1881 ingresó en la Compañía de Jesús después de haber cursado la carrera de Magisterio. Hizo los estudios eclesiásticos, parte en Oña y parte con los padres franceses en Uclés. Destinado en un principio a la cátedra sagrada, lo fue después a los estudios teológicos, en los que ha alcanzado renombre universal. De 1898 a 1904 ocupó una cátedra de Dogma en la Universidad de San Jerónimo de Burgos. En este tiempo escribió su Index analyticus quaestionum theologicarum, breve síntesis muy jugosa y completa de las materias por él explicadas. En toda la archidiócesis burgalesa perdura un recuerdo gratísimo de su bondadoso carácter y de sus eminentes cualidades pedagógicas. En 1904 comenzó sus cursos en Oña, no interrumpidos hasta 1930. Al mismo tiempo desempeñó la Prefectura de estudios durante algunos cursos. Su vasta labor se halla recogida en el remanso cauce de sus tratados, que fueron saliendo gradualmente y que le han colocado entre los teólogos de mayor nombradía de nuestros días: De Gratia Christi (1916), De Deo creante (1921), De Deo elevante (1924), De Virtutibus infusis (1929), De Gratia Christi (19292). El tratado De Gratia Christi fue conceptuado por la escuela de Innsbruck (Austria) como rica mina de la moderna literatura teológica por su amplitud y dominio de las materias, por sus doctas citas, así como por la claridad y el método que lo hacen aptísimo para las escuelas.

A principios de febrero del año 1929 fue nombrado vicerrector de Oña; cargo que él aceptó con gran conformidad y con mucha repugnancia, como si previera ya entonces las contradicciones y disgustos que le había de causar. Aquí contrajo la enfermedad de corazón, o por lo menos se le agravó durante su superiorato del Colegio Máximo, que fue para él causa de grandes sufrimientos. Durante su rectorado fueron tres los incendios provocados en el Colegio por el germen de la Revolución. El primero, el 19 de septiembre de 1930, fue causa de que se retrasara, y aun se redujera a poco, la celebración de las bodas de oro de la fundación del Colegio Máximo, que él quería celebrar con espléndida magnificencia. El 23 de octubre de 1931 tuvo lugar el segundo incendio, y el 8 de enero de 1932 fue el tercer incendio, mayor que los precedentes. Tras el Decreto de disolución de la Compañía en España, pasó el padre Beraza con la comunidad de Oña a Marneffe (Bélgica), y fue su primer rector en la época más difícil de la organización de la casa. Se vio aliviado de este peso el 25 de julio de 1932, en que fue nombrado sucesor suyo el padre Rufo Mendizábal.

Media hora antes de morir se había confesado, como día de sábado, con el padre Espiritual; y se le dio la absolución en los últimos momentos que fueron suavísimos sin ninguna contorsión ni ahogo.

Su vida se iba extinguiendo lentamente desde el verano de 1934, en que tuvo un serio amago de angina al pecho. Se le administraron los últimos sacramentos; pero reaccionó y salió de aquel peligro inminente, aunque desde entonces vivió bajo la amenaza de nuevos ataques, que de vez en cuando aparecían con más o menos intensidad. Se le veía, apoyado en un bastoncito, acudir edificantemente a los actos de comunidad, de la cual no se separó del todo sino los dos últimos meses. Iba poco a poco cediendo, a más no poder, a la fuerza de la enfermedad; y sólo cuando ya no pudo más, se retiró a la enfermería.

Hasta el ataque del verano de 1934, que puso en serio peligro su vida, alternaba en las pláticas de comunidad con el padre Espiritual. Todos recuerdan aquellas sus exhortaciones tan llenas de sólida piedad y de profundo contenido teológico, que solía desarrollar con facilidad suma de expresión, sin titubear ni en una sola cita de la Sagrada Escritura, de los santos padres, concilios y teólogos, que le eran familiares.

En esta labor de las pláticas perseveró hasta que ya no pudo más, pues era grande la fatiga que experimentaba hablando durante media hora. En los últimos años de su vida fue el Señor purificando su alma en el crisol de la tribulación. El vivir bajo la amenaza de la muerte era para él una continua ocasión de resignarse a la voluntad de Dios, de unirse íntimamente con él y despegarse de las vanidades de este mundo. A medida que se acercaba su desenlace, se le veía cada vez más sereno y confiado: él mismo se adelantó a pedir que se le administraran los últimos sacramentos, que recibió con gran fervor y con gran edificación de todos los presentes. No pocas veces preguntaba al hermano Enfermero si le faltaba poco tiempo para ir a gozar de Dios en el cielo.

Después de muerto ha quedado su rostro sumamente plácido; tiene el crucifijo de los votos entre sus manos, sujetas por la cinta blanca de seda con que fueron atadas en su ordenación sacerdotal. Este detalle de que a su cadáver le fueran atadas las manos con la cinta de la ordenación, lo dejó él consignado en un papelito, que días antes de que muriera fue hallado entre sus cosas. En otro papelito (y es todo lo que de materias espirituales ha dejado escrito) se leen las intenciones por las cuales rezaba todos los días el santo rosario: 1) por las intenciones del Papa, que son: la propagación de la fe católica, exaltación de la santa Madre Iglesia, paz y concordia entre los príncipes cristianos, extirpación de las herejías, conversión de los pecadores, necesidades de la Iglesia e intenciones particulares del mismo; 2) por las intenciones de N. M. R. P. General; por la Compañía de Jesús; 3) por mí, para alcanzar una devoción tierna y verdadera a la Santísima Virgen, y el don de la perseverancia final; 4) por España, para que se acelere y se intensifique el reinado del Sagrado Corazón de Jesús; 5) por mis parientes, para que vivan y mueran en gracia de Dios; 6) por las ánimas del purgatorio de mis padres, mis parientes y conocidos, por las más necesitadas, por las más devotas de la Santísima Virgen.

 

Obras de ~: Index analyticus quaestionum theologicarum de Deo uno et trino de Deo creatore et de verbo incarnato, Burgos, Tipografía del Polo, 1900; Index analyticus quaestionum theologicarum de gratia Christi de sacramentis et de novissimis, Burgos, Tipografía del Polo, 1902; Tractatus de gratia Christi. Cursus Theologicus Oniensis, Bilbao, Elexpuru, 1916 (Bilbao, El Mensajero del Corazón de Jesús, 1929); Tractatus de De Deo creante, Bilbao, Eléxpuru hermanos, 1921; Tractatus de Deo elevante-de peccato originali-de novissimis, Bilbao, Mensajero del Corazón de Jesús, 1924; Tractatus de virtutibus infusis. Cursus Theologicus Oniensis, Bilbao, Mensajero del Corazón de Jesús, 1929.

 

Bibl.: E. Elorduy, “Blas Beraza y el ‘Cursus Theologicum Onienses’”, en Estudios Eclesiásticos, 56 (enero-junio, 1981) 271-277; R. Gaviña, “Beraza Gorostiza, Blas”, en Ch. E. O’neill, S.I. y J. M.ª Domínguez (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico Temático, t. I, Roma-Madrid, Institutum Historicum, S.I.-Universidad Pontificia Comillas, 2001, pág. 412.

 

José Martín Broco s Fernández

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