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Mateo Aymerich

Biografía

Aymerich, Mateo. Quintus Moderator Censorinus, Mateo Massanet. Bordils (Gerona), 27.II.1715 – Ferrara (Italia), 1799. Jesuita (SI) expulso, filólogo e historiador.

Según Batllori, entró en la Compañía el 27 de septiembre de 1733 en Tarragona, después de haber estudiado un trienio de Filosofía. Se le consideró poco preparado en letras y doctrina, y cursó un año de letras humanas en Tarragona (1735-1736), donde permaneció otros cuatro años enseñándola, mientras se dedicaba también a los estudios y a ministerios espirituales, que practicó toda su vida y promovió con escritos varios. Enviado a Cervera (1740), enseñó dos años la Gramática en el colegio de San Bernardo y durante seis cursos ocupó la cátedra de Filosofía suarista en la universidad. En ella dictó y publicó Sytemna antiquo novum iesuiticae philosophiae (1747), encuadrado en la corriente ecléctica predominante entonces en los colegios y universidades de la Compañía en Europa.

Según Hervás, “fue recibido entre los jesuitas, habiendo hecho con aprobación el examen que, entre éstos, se practicaba antes de la profesión solemne y que para ser admitidos a ésta hacían comúnmente los jesuitas después de haber concluido sus estudios.

Concluido el bienio de su noviciado en Tarragona, enseñó por seis años las letras humanas en esta ciudad, y en la insigne Universidad de Cervera, en la que por seis años explicó la filosofía en este tiempo”.

Hizo los últimos votos el 15 de agosto de 1748 en Barcelona. Misionero popular un año, y otro profesor de Teología en el colegio de Belén de Barcelona (1748-1750), fue prefecto de estudios del vecino colegio de nobles o de Cordelles desde 1750, al mismo tiempo que continuaba su docencia de Teología en el de Belén, hasta 1760. En palabras de Hervás: “Se empleó dos años en el apostólico ministerio de las misiones, después fue nombrado a explicar en Barcelona la Teología, que enseñó once años, y al mismo tiempo fue rector del seminario de nobles, llamado de Cordellas”. Según el padre Ignacio Casanovas, “Aymerich fue hombre de confianza del obispo Asensio Sales [Valencia, 1699-Barcelona, 1766], que venía de la escuela mayansiana con nuevos ideales de cultura, uno de ellos, el de hacer el Episcopologio de Barcelona, que encargó al padre Aymerich”.

En 1756 publicó en Barcelona las Prolusiones philosophicae que había explicado en Cervera y que entran en el género moderno de los ensayos filosóficos, género que, según Batllori, se “inauguró en España” con esta obra (La cultura, pág. 61).

Se inició en los trabajos de crítica histórica con el episcopologio de Barcelona (Nomina et acta episcoporum Barcinonencium ad historiae et chronologiae rationem revocata), que el obispo valenciano Asensio Sales había pedido a Gregorio Mayans, para lo que éste insinuó a José Finestres, quien finalmente propuso a Aymerich (a Mayans le pareció poco crítica la inclusión en él de san Olegario). Apareció (1760), poco antes de abandonar la ciudad, dedicado al citado obispo Asensio Sales y con un retrato grabado en cobre por Vicente Galcerán. Hervás se fija en esta obra, diciendo que vio la luz “a expensas del sabio y virtuoso monseñor Asensio de Sales, obispo de Barcelona”, y cita la reseña del jesuita Gener (en el primer tomo de su Teología dogmatico-scholastica, pág. 94), en la que hace mención de las Prolusiones filosóficas y del Episcopologio. Según Menéndez y Pelayo, el padre Aymerich exornó con las flores de la más pura latinidad un libro tan árido como éste.

Por aquellos años planeó una edición anotada del Chronicon de Idacio ya preparada por el padre Juan Mateo Garzón (sólo publicada en Bruselas en 1845) y una adaptación castellana de la geografía de Cataluña escrita en catalán por el padre Pedro Gil (inédita hasta 1949).

Estos trabajos le pusieron en contacto epistolar desde 1757 con Mayans, con quien trabó amistad personal cuando Aymerich fue a doctorarse en Teología por la Universidad de Gandía, y mucho más cuando, tras un trienio en Cervera como rector del colegio y profesor de Teología suarista en la universidad (1760-1763), pasó a Gandía —cerca de Oliva, residencia entonces de Mayans— como rector del colegio y canciller de la universidad (1763-1767). Hervás añade un detalle bastante desconocido: “Desde Barcelona pasó a ser rector del colegio de Gandía de cuya universidad fue rector y canciller por 4 años.

A instancias del erudito señor [Juan] Santander, bibliotecario real en Madrid, pasó a esta Corte (de que salió para Italia) para imprimir la Historia natural y económica de Cataluña”.

Desterrado en 1767, y después de pasar catorce meses en San Bonifacio (Córcega), se estableció en Ferrara en el otoño de 1768, donde “fue rector y director del estudio teológico de los jóvenes jesuitas, que en 1767 había en el colegio de Barcelona, y en 1769 se establecieron en dicha ciudad para concluir su carrera literaria” (Hervás).

Aymerich, persona muy culta y magnífico latinista, gozaba de la entera confianza de José Pignatelli, líder de los jesuitas de la provincia de Aragón, quien lo nombró juez de las academias públicas que los hermanos humanistas celebraron en San Bonifacio, el primer año del destierro (1768), según el padre José María March: “El padre Provincial, a propuesta del Beato [José Pignatelli] nombró cuatro jueces para juzgar el mérito de las poesías: Tomás Serrano, de Valencia, Mateo Aimerích, de Gerona, Blas Larraz, de Zaragoza, y Bartolomé Pou, de las Baleares; uno de cada una de las cuatro regiones que comprendía la provincia de Aragón” (Beato José Pignatelli y su tiempo, vol. I, pág. 243).

En el aspecto literario, volvió a sus primeras aficiones por la literatura latina y en favor de los autores hispanorromanos. Sus De vita et morte linguae latinae paradoxa philologica, donde se defendía el latín eclesiástico, publicados con el seudónimo de Quintus Moderator Censorinus (1780), le valieron una polémica con el roveretano conde Clementino Vannetti, quien criticó la obra de Aymerich en una sátira italiana, bajo el seudónimo de Lagarinio, académico oculto (esto es, Vanetti), a la que replicó Aymerich, con su Relazione autentica dell’accaduto in Parnaso nel proceso, e nella sentenza contro Lagarinio academico oculto, e contro lo stampatore della sua satira etc.

(1782), respuesta en la que se contiene una censura anónima y favorable de la obra de Aymerich, redactada por la Academia de Artes y Ciencias de Padua, acompañada de una elogiosa carta latina del erudito Melchiorre Cesarotti (1730-1808), su secretario, que elogia la dicha obra.

Hervás reseña siete obras escritas en latín, tres en español, publicadas antes de salir de España, y ocho manuscritos con algunas observaciones. La obra Excelencias del Gran Privado, y Precursor de Christo, el glorioso San Juan Bautista (1746), se publicó en Cervera con el seudónimo de Mateo Massanet. Apoya la idea de que Aymerich fue sorprendido por la orden de destierro en Madrid el hecho de que el manuscrito de La historia natural y económica de Cataluña, “con otros manuscritos del señor Aymerich, quedó en el Colegio Imperial de Madrid en su salida de España”. Aymerich pronunció la “Oración latina a los jesuitas (que eran de la provincia de Aragón) congregados en la iglesia del Jesús en Ferrara para la primera instauración de sus estudios y academias literarias”. También informa Hervás de que Aymerich admiraba a Cicerón y llegó a redactar “Comentarios a algunos tratados de Cicerón”. De las “Trece alocuciones a sus compañeros los jesuitas con el título: Iter ad sobriam et eruditam sapientiam”, se llegó a imprimir la última.

El inquisidor filojansenista Rodríguez Laso lo visitó el 10 de octubre de 1788 en Ferrara, cuando Mateo Aymerich estaba preparando un opúsculo (Vera imago) contra el jansenismo, publicado en 1790 “contra los de fuera y enemigos antiguos y modernos, cuales son los herejes jansenistas”, según Luengo, quien lo reseña (“está escrita con buen gusto en latinidad, con sólida y oportuna doctrina y no sin gracia en las demás cosas”) y retrata la situación de su autor: “Su autor es el padre Mateo Aymerich, de la provincia de Aragón, que escribió en España mucho, y no menos en Italia, el cual es ya un hombre de 77 años. Por lo mismo se puede dudar que tenga tiempo y fuerzas para ir continuando estos dialoguitos, como promete en este primero. En el país [Italia] ni será estimado ni aún leído por estar en latín y por ser obra de español” (Diario, t. XXIV, año 1790, págs. 731-768).

Sus contemporáneos estimaron la obra de Aymerich. Sempere Guarinos, en su Biblioteca española, hace mención de varias obras suyas (Q. Moderati Censoris de vita et morte Latinae Linguae y el Specimen veteris Romanae litteratura). El ex jesuita Miguel García llama a Aymerich “escritor latinísimo y erudito” en la biografía del abate Tomás Serrano (1715-1784).

Ignacio Casanovas define a Mateo Aymerich como “fundador de la nueva escuela filosófica cerverina” y como “el jefe, dentro de la Compañía, de la restauración literaria que fuera de ella dirigía Finestres. Poseía para esto las cualidades intelectuales necesarias, y, además, era hombre de gran prestigio y autoridad dentro de la corporación. Sus grandes amigos eran Mayans, con quien tuvo mucha comunicación los años que fue canciller de la Universidad de Gandía, y Finestres, a quien trataba como de casa, sobre todo el tiempo que fue profesor y rector del colegio de Cervera”.

 

Obras de ~: Oración fúnebre que en las exequias que hizo la Pontificia y Real Universidad de Cervera, a su segundo Cancelario difunto, el Ilmo. Sr. D. Narciso de Queralt, digníssimo Obispo de Ávila, etc., Cervera, Manuel Ibarra, 1744; Excelencias del Gran Privado, y Precursor de Christo, el glorioso San Juan Bautista, con un resumen de su Vida, virtudes y martirio, que expone en un devoto Octavario, Cervera, Manuel Ibarra, 1746; Systema antiquo-novum jesuiticae philosophiae contentiosam et experimentalem philosophandi methodum complectens, Cervera, Manuel Ibarra, 1747; Prolusiones Philosophicae: seu verae et Germanae Philosophiae Effigies, Barcinone, Pablo Nadal, 1756; Saludables recuerdos de la Santa Missión, dirigidos a renovar y practicar cada día los propósitos de servir a Dios, hechos en tiempo de ella: con un diálogo sobre las obligaciones de un padre de familias, Barcelona, Pablo Nadal, 1757; Nomina et acta episcoporum Barcinonensium, binis libris comprehensa, atque ad historiae et chronologiae rationem revocata, auctore Mattheo Aymerich, Barcinone, apud Joannem Nadal, 1760; Q. Moderati Censorini de Vita et Morte latinae linguae, Ferrara, Josepho Rinaldi, 1780; Relazione autentica dell’accaduto in Parnaso nel proceso, e nella sentenza contro Lagarinio academico oculto, e contro lo stampatore della sua satira etc., Ferrara, Giuseppe Rinaldi, 1782; Specimen veteris romanae literaturae deperditae, vel adhuc latentis; seu sillabus hystoricus, et criticus veterum olim notae e ditionis romanorum a Roma condita ad Honorii Augusti excessum, eorum imprimis quorum opera vel omnino, vel ex parte desiderantur, Ferrariae, Josephum Rinaldi, 1784; Novum Lexicon historicorum et criticum antiquae Romanae litteraturae deperditae, vel latentis, ac Romanorum eruditorum, Bassano, apud Remondinum, 1787; Opuscula nonnulla historica, Bassano, 1787; Vera imago Quesnelistarum appellantium ad futurum concilium ductis lineamentis ex eorum doctrina nonnullis colloquiis exposita una cum vindiciis scolarum catholicarum contra earum calumniatores. Accedunt Critilli colloquiorum editoris adnotationes respondentes locis per alphabeti litteras designatis, quae apponuntur ad calcem unius eius que colloqui, Andrinopoli, 1790; Libro segundo de la segunda parte de la Historia geográfica y natural de Cataluña, en Real Academia de la Historia de Madrid, ms. 9-14-6-2846 (inéd.); Oratio latina habita Ferrariae ad Provinciam Aragoniae de studiorum instauratione, s. l., s. f. (inéd.); Tredecim allocutiones latinae habitae Ferrariae ad sodales, titulo “Iter ad sobriam et eruditam sapientiam”, quorum 31.ª extat in opere “Quinti Moderati Censorini, etc.”, s. l., s. f. (inéd.); Supplementum speciminis, et novi lexici historici veteris romanae litteraturae deperditae, vel latentis, s. l., s. f. (inéd.); Accedunt selecta ex historia ecclesiastica a Christo nato ad S. Leonem Papam, s. l., s. f. (inéd.); Oratio latina de praestantia, singulari utilitate et necessitate jurisprudentiae pro tenenda Republica, s. l., s. f. (inéd.); Sacerdotis Egiptii de Atlantide insula et rebus atlanticis commentarius nonnullis concionibus ad athenienses expositus, s. l., s. f. (inéd.); Epistolae duae de scientia divina contingentium, s. l., s. f. (inéd.); Idatii Ep. Chronicon [...] a L. M. Garzon illustratum, s. l., s. f. [en Miscelánea Comillas, 40 (1982), págs. 287-289]; La historia natural y económica de Cataluña, s. l., s. f. (inéd.).

 

Bibl.: C. Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jesus, vol. I, Bruxelles-Paris, Oscar Schepens, 1890, cols. 712-714; J. E. Uriarte y L. M. Lecina, Biblioteca de Escritores de la Compañía de Jesús pertenecientes a la antigua Asistencia de España, vol. I, Madrid, Imprenta de la Viuda de López del Horno, 1925, págs. 387-392; L. Casanovas, Josep Finestres, Estudis biogràfics, Barcelona, Biblioteca Balmes, 1931, págs. 112-166; José Finestres, Epistolari, Barcelona, Editorial Balmés, 1933-1969, 3 ts.; P. Blanco Trías, “De la correspondencia del P. Aymerich con Gregorio Mayans, 1757-1767”, en Almanaque Las Provincias (1948); J. Iglésies, Mateu Aymerich i la seva “Historia Geográfica y Natural de Cataluña”, Barcelona, Cuaderns de Geografía, 1949; I. Casanovas, La cultura catalana en el siglo XVIII, Barcelona, Editorial Balmés, 1953, págs. 92-93; J. Martínez de la Escalera, “El P. Aymerich y la obra del P. Garzón”, en Miscelánea Comillas, 40 (1982), págs. 283-289; L. Polgár, Bibliographie sur l’histoire de la Compagnie de Jesus 1901-1980, vol. 3-1, Rome, Institutum Historicum Societatis Iesu, 1983, pág. 184; J. M. Benítez, “Els escrits filosofics de Mateo Aymerich d’abans 1767”, en Revista Catalana de Teología, 24 (1999), págs. 109-154; M. Batllori, “Aymerich, Mateo”, en Ch. O’Neill y J. M.ª Domínguez (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús, Roma-Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu- Universidad Pontificia de Comillas, 2001, págs. 311-312; L. Hervás y Panduro, Biblioteca jesuítico-española, ed. de A. Astorgano, Madrid, Libris Asociación de Libreros de Viejo, 2007, págs. 125-129; J. L. T. Peris, “El Specimen veteris Romanae litteraturae deperditae... (1784) y el Novum Lexicon historicum et criticum antiquae Romanae litteraturae deperditae... (1787) de Mateo Aymerich: biblioteca de autores y herramienta ideológica”, en J. Mª. Maestre Maestre et al. (coords.), Humanismo y pervivencia del mundo clásico. V: homenaje al profesor Juan Gil, vol. 4, Alcañiz, Instituto de Estudios Humanísticos, 2015, págs.1939-1952.

 

Antonio Astorgano Abajo