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Juan Manuel Amado Corchado

Biografía

Amado Corchado, Juan Manuel. Brozas (Cáceres), 21.VII.1796 – Garrovillas (Cáceres), 23.IX.1846. Religioso dominico (OP), catedrático de Filosofía y de Teología, historiador, periodista y escritor.

Hijo de Manuel Amado y de Cipriana Corchado, una humilde familia de Brozas. “Antes de cumplir los siete años, bajo la dirección de un hábil profesor de su pueblo, dominó con perfección el latín, cursando además nociones de griego”, dice el cronista de Brozas, E. Escobar Prieto (1995). Huérfano de padre, en vista de sus dotes intelectuales, en 1804, a los ocho años, una tía monja dominica en Plasencia lo llevó a esta ciudad para que iniciara estudios en el convento dominico de San Vicente Ferrer, estudiando con preferencia idiomas, pues aparte del latín y el griego, aprendió pronto el alemán, inglés, italiano y portugués.

Todo se truncó con la ocupación del pueblo por el general napoleónico Lefevre, después por el general Ney, que saquearon e incendiaron el convento dominico y clausuraron conventos y escuelas en 1809, por lo que el joven Amado regresó a Brozas, donde trabajó, con catorce años, en un lavadero de lanas.

Por la noche, robando horas al descanso, leía los libros latinos de Teología y Filosofía de la pequeña biblioteca de la parroquia, para lo que el sacristán del pueblo (otra anécdota narrada por el indicado cronista de Brozas) le facilitaba velas de cera que detraía de las del culto. Finalmente, fue importante para el joven Amado, otra tercera anécdota narrada por el cronista Escobar: En los vaivenes de la Guerra de la Independencia Brozas fue ocupada por la caballería británica. Un domingo, al salir de misa Juan Manuel Amado, se encontró con el jefe de esta caballería, el barón sir William Erskine. Amado era rubio y el general dijo a uno de sus edecanes que le preguntara si aquel joven era inglés. Amado, que oyó la frase, contestó al mismo general, “en correctísimo inglés”, que era natural del pueblo pero que sabía hablar inglés y otras lenguas. Admirado, el general Erskine lo tomó como intérprete. Después de vencer la oposición de la madre, que tenía ya otros tres hijos en el ejército español, se enroló en la Caballería británica, donde, aparte su oficio de intérprete, aprendió prácticas militares, como esgrima y tiro de pistola.

Su fama llegó a oídos de Lord Wellington, quien lo agregó a su Estado Mayor con el grado de capitán.

Amado conversaba con cultos oficiales ingleses sobre Geografía, Historia y Literatura inglesa y europeas y del jefe médico recibió nociones de Medicina, que practicó en los hospitales de campaña. Terminada la guerra, Lord Wellington le propuso que se marchara con él al Reino Unido, así lo hizo en un principio, pero no pasó de Burdeos. Allí, con gran sentimiento de Wellington, quien le llamaba familiarmente Manolo y le pronosticaba que sería un futuro general del ejército británico, el joven Amado renunció a ese porvenir ofrecido y prefirió regresar a Brozas, con su madre y hermanos. Continuó en el lavadero de lanas, y reviviendo los recuerdos del convento dominico de Plasencia, restablecidas las comunidades religiosas, ingresó en dicho convento a fines de 1815. Tomó el nombre de fray Manuel Amado del Rosario. Estudió con ahínco la Teología y el Derecho Canónico, además de hebreo y árabe, y marchó en 1820, a Portalegre (Portugal) por no encontrar en Extremadura un obispo que le impusiera la sagrada orden del presbiterado.

Regresó como fraile dominico a Brozas, donde se produjo una alteración del orden público entre liberales y el guerrillero El Empecinado. Tanta era la fama como orador del padre Amado que el prior de San Vicente le rogó que desde el balcón del ayuntamiento hablara a la multitud. El resultado fue el apaciguamiento de todos y el nombramiento, por aclamación, del padre Amado “como Corregidor de Brozas”, ya que las autoridades habían huido. Protegió a los liberales en el convento, los amotinados se fueron a sus casas, el padre Amado nombró una junta de doce ciudadanos y restableció el orden. A los dos meses dejó ese transitorio cargo de corregidor. En 1821 ingresó en el célebre convento de San Gregorio de Valladolid, donde sólo entraban sujetos de especiales prendas.

Aprendió en un año la lengua caldea y tomó parte en los frecuentes certámenes literarios y filosóficos que se celebraban. El maestro general de la Orden, fray Joaquín Briz, llamó a Madrid al padre Amado, confiándole una cátedra de Filosofía, y después otra de Teología en el convento de Santo Tomás. Su fama se extendió rápidamente. Fue nombrado maestro general de la Orden, y el papa Gregorio XVI le otorgó el título de Teólogo Consultor del Sacro Colegio. Fue uno de los dos representantes españoles en el Congreso Católico de Burdeos (Francia). Se inició en el periodismo católico, en la publicación de libros y colaboró en la gran Biblioteca de la Religión. En la revolución de julio de 1834 fue perseguido y salvado, por casualidad, de la muerte por el duque de Catro- Terruno. Enfermó del cólera y, abandonado, huyó a Brozas. Fue desterrado por el Gobierno a Valencia de Alcántara. Después de un indulto general, el obispo de Coria lo nombró párroco de Santa María de Baños; después, su propio secretario de cámara. Enfrentados los liberales con él, se retiró a Brozas, donde enseñaba Teología a los exclaustrados. Entró de redactor del periódico El Católico, por lo que el Gobierno le dio “orden de extrañamiento”; no la cumplió porque la ciudad de Cáceres se opuso. Era ecónomo de la parroquia de Garrovillas cuando falleció el 24 de septiembre de 1846.

Publicó varios libros y traducciones del francés.

Dejó, además, manuscritos.

 

Obras de ~: Los siete días de la Pasión ó lecciones prácticas de virtud que nos da padeciendo por nosotros Jesucristo nuestro Redentor, Madrid, Imprenta de Aguado, 1828 (2.ª ed., Los siete días de la Pasión ó lecciones prácticas de virtud que nos da padeciendo por nosotros Jesucristo nuestro Redentor, dispuesto según el orden de los Misterios Dolorosos del Rosario y distruibuidos por los días de la Semana Santa [...], Madrid, Imprenta de Aguado, 1832); Compendio histórico de las vidas de los Santos canonizados y beatificados del sagrado Orden de los Predicadores, Madrid, Imprenta Eusebio Aguado, 1829, retratos grabados por Palomino y Vargas (2.ª ed., corregida y aumentada, título: Año Dominicano [...], Madrid, Librería Católica de Gregorio del Amo, 1912); La Monarquía y la Religión triunfantes de los sofismas de la rebelión y de la incredulidad [...], ó sea cuatro diálogos entre un americano y un español sobre la libertad [...], Madrid, Imprenta de Aguado, 1829; Dios y España o sea Ensayo sobre una demostración histórica de lo que debe España a la religión católica, por [...] Manuel Amado, religioso dominico en Sto. Tomás de esta Corte, Madrid, Imprenta de Eusebio Aguado, 1831, 3 vols.; Sermón que en la publicación de la Bula de la Santa Cruzada dijo en la Parroquia de Santa María la Mayor el M. R. P. Fr. Manuel Amado, catedrático de primer año de Instituciones Teológicas del Real Colegio de Santo Tomás, Madrid, s. i., 1832; Novena a la Pasión de Cristo (dedicada a su madre: Cipriana Corchado), Madrid, Imprenta de Aguado, 1838; Nueva Semana Santa. Traducción del Oficio de la Semana Santa, con explicación, Madrid, Imprenta Palacios, 1840; Homilías, discursos y panegíricos para todo el año, publicados por ‘El Católico’, Madrid, 2 vols., El Católico, 1842-1845. Libros publicados que no se han encontrado: El cristiano en la tribulación; Novena de la Purísima; Un mes santificado.

Traducciones. P. Guiglelmoti, Memorias de las misiones católicas en el Tonkin y persecuciones que ha sufrido la orden de Santo Domingo, traducidas al español por el P. Fr. Manuel Amado de la misma Orden, Madrid, Imprenta de Eusebio Aguado, 1846; Ch.-F. Lhomond, Compendio de la Historia General de la Iglesia, traducida (del francés) y aumentada en lo relativo a la historia de España y en la general hasta el presente año por F. M. Amado, y D. E. J., Madrid, D. E. Aguado, 1849 [Póstuma].

Manuscritos. Curso de Filosofía, 3 vols.; La vida de los dos venerables de la Orden; La razón; La Mexiada (traducción). Poesías varias.

 

Bibl.: Señor F., [artículo necrológico], en El Católico, Madrid, 22 de noviembre de 1846, pág. 419, y 22 de octubre de 1846, págs. 179-180; N. Díaz y Pérez, “Amado (Fray Manuel)”, en N. Díaz Pérez, Diccionario histórico, biográfico, crítico y bibliográfico de Autores, Artistas y Extremeños Ilustres [...], vol. I, Madrid, Pérez y Boix, Editores, 1884, pág. 35; Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana [...], vol. V, Madrid, Espasa Calpe, 1909, pág. 9; A. Palau y Dulcet, Manual del Librero Hispano-Americano [...], vol. I, Barcelona, Librería Anticuaria de A. Palau, pág. 301, n.os 10.591 a 10.497, y vol. VI, Barcelona, Librería Palau, 1953, pág. 459, n.º 110.491; C. Palomo, “Amado, Juan Manuel”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 57; Index Bio-Bibliographicus Notorum Hominum, vol. 4, Osnabrück, Biblio Verlag, 1975, pág. 3378; J. Salvador y Conde, Historia de la Provincia Dominicana de España, 1800- 1988, vol. I, Salamanca, San Esteban, 1989, págs. 106-107; E. Escobar Prieto, Hijos ilustres de la villa de Brozas, Brozas, Ayuntamiento, 1995, págs. 67-86.

 

Fernando Rodríguez de la Torre

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