Gutiérrez de Toledo, Julián. Toledo, s. m. s. xv – ?, p. m. s. xvi. Médico de la Corte de los Reyes Católicos.
Nada se sabe sobre su juventud y adolescencia, ni siquiera dónde cursó sus estudios para conseguir su formación médica, si en Salamanca o en Valladolid, pero sí se puede afirmar, que sus primeros años de actividad profesional los desarrolló en Toledo, su ciudad natal, una de las ciudades castellanas con una minoría médica de más intensa vida intelectual. Su obra de mayor envergadura la elaboró en el círculo cortesano de los Reyes Católicos, siendo expresión de una buena relación de mecenazgo.
En 1491 fue nombrado médico de la Corte y aparece también como uno de los tres alcaldes y examinadores mayores de médicos, cirujanos y boticarios de la Corona de Castilla, cargo que conservaba todavía en 1515. Durante el ejercicio del mismo, se vio envuelto en agrias polémicas con sus otros compañeros y examinadores: el catedrático de Salamanca, Gabriel Álvarez Abarca (segundo doctor de la Reina), y el doctor Juan de la Parra, del influyente grupo de la escuela médica del monasterio de Guadalupe. Éstas le llevaron a formular entre 1511 y 1514 graves acusaciones de cohecho contra los oficiales de sus dos compañeros, que ponen de manifiesto la corrupción del aparato administrativo montado en torno al control de la práctica médica, y que a él le ocasionaron su encarcelamiento.
Las disidencias claves tuvieron como causa principal la inspección de los boticarios y lo relativo a sus pesos y medidas. Se desconoce el desenlace del episodio, pero se sabe que Julián Gutiérrez de Toledo todavía vivía en esta ciudad en 1518, ya que por entonces vendió unas propiedades en el término de Veragua, próximo a Toledo.
1494,1495 y 1496 fueron años de intensa producción científica, ya que publicó en Toledo tres obras: De potu in lapidis preservatione, De computatione dierum creticorum y Cura de la piedra y dolor de la yjada y cólico renal. Con la primera inició en la Corona de Castilla una importante literatura médica centrada en el conjunto de enfermedades que el galenismo englobó con el nombre de “mal de piedra, dolor de yjada y cólico renal”, de las que se estaban apreciando tal incremento que llevó a Julián Gutiérrez de Toledo a redactar su trabajo también en castellano en 1496. Su segunda obra, que se la dedicó a la reina Isabel, presenta los métodos matemáticos de objetivación de los llamados “días críticos” de una enfermedad, reflejando la preocupación reinante por conocer con la máxima precisión los momentos de la crisis, tanto para prevenirla como para ponerle remedio una vez presentada. Se decantó abiertamente por las posibilidades abiertas por la astronomía, o más bien astrología, ya que para él, el “aspecto” de la luna era la causa de los días críticos. Este recurso a la astronomía- astrología como instrumento de objetivación de la clínica en los casos concretos de los “días críticos”, fue muy utilizado en los círculos universitarios médicos de toda Europa a finales del siglo xv, siendo en la Península Ibérica Julián Gutiérrez de Toledo su más genuino representante.
Muy poco se sabe sobre su vida privada. Contrajo matrimonio con Catalina Briceño, de la que tuvo varios hijos. En 1509 ya era viudo.
Obras de ~: De potu in lapidis preservatione, Toledo, 1494; De computatione dierum creticorum, Toledo, 1495; Cura de la piedra y dolor de la yjada y cólico renal, Toledo, 1496.
Bibl.: I. de La Villa, Los médicos y la medicina en la época de los Reyes Católicos. Comentarios a unas ordenanzas del siglo xv reproducidas del Archivo de Simancas, Valladolid, 1939; N. Alonso Cortés, “Dos médicos de los Reyes Católicos”, en Hispania, 11 (1951), págs. 607-657; R. Sancho de San Román, La obra urológica de Julián Gutiérrez de Toledo, Salamanca, 1958; J. Gómez Menor, “Algunos de los documentos médicos toledanos del siglo xvi”, en Cuadernos de Historia de la Medicina Española, 8 (1969), págs. 119-168; M. E. González de Fauve y P. Forteza, “El tiempo de la enfermedad. Cuatro médicos al servicio de los reyes castellanos a finales del siglo xv”, en Fundación, 2 (1999), págs. 340-347.
Betsabé Caunedo del Potro
