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Pedro Alfonso

Biografía

Alfonso, Pedro. Portugal, f. s. xiii – Oporto (Portugal), 1355. Obispo de Astorga (1333-1342).

Era el cuarto hijo del matrimonio formado por los nobles portugueses Alonso Rois Espiño y María González.

El padre Flórez lo enlaza con las familias más rancias de Portugal y Castilla. Dedicado a la Iglesia, en marzo de 1327, el papa Juan XXII expide una bula por la que le nombra canónigo de Lisboa.

En 1328, celebrado el matrimonio del leonés Alfonso XI con la infanta portuguesa María, hija de Alfonso IV, Pedro Alfonso forma parte del séquito de la infanta, ya reina de León, como mayordomo y consejero.

Al lado de la reina María permanecerá, mientras ésta sufría los devaneos amorosos de su esposo con la bella viuda Leonor de Guzmán, sufriendo los desaires de la corte incitados por la amante regia, mientras era nombrado arcediano del cabildo lisboeta. Su meteórica carrera se ve compensada con el nombramiento de obispo de Silves (Portugal), en 1331, si bien nunca llegó a ocupar la sede permaneciendo al lado de la reina.

Dos años más tarde, por una bula del mismo papa Juan XXII, expedida en Aviñón el 9 de junio de 1333, es trasladado a la diócesis de Astorga.

Una de las primeras actuaciones en la nueva sede la orientó a poner algo de orden en el obispado. Como ocurría en otros muchos casos, los vecinos de Los Barrios de Salas, vasallos del obispado, llevaban unos cuantos años rebeldes y no se avenían a cotizar los aranceles estipulados. Pedro Alfonso revocó la concesión de su antecesor, el obispo Fernando, quien había eliminado un interdicto lanzado por el anterior prelado, don Bartolomé. El portugués recurrió, de nuevo, al interdicto, excomulgando a los vecinos reacios que se mantenían en la rebeldía. Los enfrentamientos se prolongaron, acaso por la postura crítica que nuestro obispo mantenía contra Leonor. Ante tal actitud el obispo decide solicitar la mediación real; es atendido por Alfonso XI, quien expide cartas a los vecinos y éstos, ante el adelantado del rey en León, Juan Martínez de Benavente, se sujetan al vasallaje del obispo y su iglesia, le reconocen como señor temporal y juran guardarle fidelidad; era ya el año 1339.

La actitud de Alfonso XI con la reina María —prácticamente recluida en un convento— exacerbó los ánimos del rey portugués, hasta el punto de invadir tierras del leonés por la zona de Badajoz, en clara declaración de guerra; por su parte, el leonés invadió territorios portugueses. Pedro Alfonso, que seguía fielmente al lado de la reina, actuaba como intermediario entre ambos monarcas sin lograr una reconciliación; sí la logró cuando ejerció como embajador ante Pedro IV de Aragón y el mismo rey portugués —en este caso al lado de la propia reina María— para que ambos ayudaran a Alfonso a conjurar el peligro de los benimerines. Los tres reyes unidos participaron en la gran victoria del río Salado el 30 de octubre de 1340.

Batalla en la que intervino el obispo astorgano, según se recoge en el “Poema de Alfonso Onceno”; y debió hacerlo bien vistos los elogios que se le tributan.

Cierto es que Pedro Alfonso recibía numerosos privilegios y donativos del rey, aunque su postura era delicada en la corte; nunca aceptó la vida disoluta del monarca, despreciando la situación de Leonor; actitud que estaba a la recíproca. La situación de Pedro Alfonso se hacía insostenible y solamente podía arreglarse desde el papado; así que una bula de 23 de septiembre de 1342 le concede el traslado a la sede de Oporto, alejándolo de las intrigas leonesas.

Tampoco en Oporto tuvo una vida fácil; en 1344, el rey portugués le incautó todos los bienes y el obispo se desterró a Aviñón; permaneció algún tiempo en Salamanca ayudado por los obispos españoles. Y expatriado vivió hasta 1354 que pudo arreglarse su situación retornando a Oporto. En el verano, u otoño de 1355 fallecería, pues el 23 de octubre Inocencio nombra obispo de Oporto al canónigo Álvaro Pérez, “por fallecimiento del obispo don Pedro”.

 

Bibl.: E. Flórez, España sagrada, XVI, Madrid, Imprenta de Gabriel Ramírez, 1762; Memorias de las Reinas católicas, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1951; M. Risco, Historia de la ciudad y corte de León y de sus reyes, Madrid, por Blas Román, 1792; P. Rodríguez López, Episcopologio asturicense, II, Astorga, Porfirio López, 1907; A. Ballesteros Beretta, “Doña Leonor de Guzmán”, en La España Moderna, 182 (1908); M. Rodríguez Díez, Historia de la muy Noble, Leal y Benemérita ciudad de Astorga, Astorga, Porfirio López, 1909; C. Eubel, Hierarchia Catholica, I, Patavii (Italia), 1970; A. Quintana Prieto, “Alfonso, Pedro”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, CSIC-Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 40; A. Quintana Prieto, El obispado de Astorga en el siglo xiv, s. f. (inéd.); Monasterios bañezanos, La Bañeza, Instituto comarcal de Estudios Bañezanos, 1989; S. de Moxó, “La sociedad política castellana en la época de Alfonso XI”, en Cuadernos de Historia, 6 (1975); J. Victorino (ed.), Poema de Alfonso onceno, Madrid, Cátedra, 1991; G. Cavero Domínguez, Conflictos y revueltas contra la mitra asturicense (ss. xi-xv): el ejemplo de los Barrios de Salas, Ponferrada, Institución Virgen de la Encina, 1996.

 

Martín Martínez Martínez

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