Casaseca y Silván, José Luis. Salamanca, 25.VIII.1800 – Barcelona, 8.X.1869. Químico y divulgador de la ciencia.
Nació en el seno de una familia que tuvo que exiliarse a Francia debido a su colaboración con el gobierno de José Bonaparte. El gobierno afrancesado nombró a su padre intendente de Extremadura y, posteriormente, prefecto de Salamanca, por lo que, tras las sucesivas derrotas y la progresiva retirada de las tropas francesas de la Península, la familia de Casaseca se dirigió a París, donde se estableció a partir de 1813. El exilio permitió a Casaseca aprovechar los excelentes recursos educativos que ofrecía la capital francesa para desarrollar una vocación científica.
Realizó brillantemente sus estudios secundarios en el Colegio Henri IV y, más tarde, siguió diversos cursos de Ciencias, fundamentalmente de Química. Como otros muchos españoles, asistió a los cursos de Química del Collège de France, impartidos por Jacques Thénard, uno de los más influyentes químicos franceses de la generación posterior a Lavoisier.
Entre 1819 y 1821, colaboró en las investigaciones realizadas en el laboratorio de Thénard y trabajó junto con Louis René Lecanu. En estos años obtuvo los títulos de bachiller en Letras y bachiller y licenciado en Ciencias por la Facultad de París. Durante el Trienio Liberal volvió a España y fue ayudante de la cátedra de Química que ocupaba Alcón Calduch en la Facultad de Filosofía de Madrid. La caída del Gobierno liberal supuso la desaparición de la cátedra de Química y el exilio de Alcón Calduch, por lo que Casaseca quedó sin trabajo. En estas circunstancias, Casaseca se dirigió a Montpellier en 1824 para estudiar Medicina y trabajar en la farmacia de un boticario francés. Al año siguiente, fue nombrado miembro de la Société de Pharmacie de París, de donde ya era socio correspondiente extranjero.
Casaseca publicó varios trabajos en prestigiosas revistas científicas francesas, tradujo algunos de sus artículos al castellano y los publicó en un libro titulado Ensayos químicos. En estos trabajos, Casaseca ofrecía el resultado del análisis de diversas sustancias vegetales, sugería nuevos procedimientos de preparación de productos químicos de interés farmacéutico y describía un nuevo mineral que denominó thenardita en honor de su maestro y protector. Realizó otra notable contribución durante sus años en Francia: la versión castellana del famoso formulario de François Magendie que recogía novedades importantes en el terreno de la terapéutica. Su traducción se publicó inicialmente en París en 1826 y fue reimpresa al año siguiente en Madrid con diversas modificaciones y una “tabla sinóptica de las propiedades físicas, químicas, médicas y perniciosas” de los nuevos “principios vegetales” (fundamentalmente, alcaloides) recientemente descubiertos. Entre las notas que añadió se encontraba un método para preparar el sulfato de quinina según las indicaciones que recibió de Noël-Etienne Henry, director de la Pharmacie Centrale de París y autor de un procedimiento original para obtener este nuevo e importante medicamento. Casaseca realizó también otra importante traducción en esos años, esta vez de un famoso libro de divulgación: Chemical amusement (Recreaciones químicas) de Friedrich Accum, un auténtico éxito de ventas en diversos países europeos y en Estados Unidos. La traducción apareció en París en 1826 con numerosas notas de Casaseca, donde corregía o actualizaba los conocimientos ofrecidos por el autor.
Casaseca regresó a Madrid para hacerse cargo, a principios de 1827, de una cátedra de Química del Conservatorio de Artes y Oficios. Para estas clases, tradujo un libro de texto del farmacéutico francés Eugène Desmarets para ser empleado en estas enseñanzas, al que añadió numerosas notas, un apartado especial con unas “Correcciones hechas por el Traductor” y artículos completamente nuevos dedicados a tres elementos recientemente descubiertos, por lo que no habían podido ser recogidos en la obra de Desmarets: el bromo, el silicio y el circonio. En 1830, Casaseca realizó una visita a las regiones de Birmingham, Mánchester y Liverpool que le permitió entrar en contacto con algunos de los principales centros de la revolución industrial. A su vuelta, inició la publicación de una revista titulada El propagador de conocimientos útiles, donde describió no sólo los avances tecnológicos en el terreno de la siderurgia, sino también los nuevos métodos de organización del trabajo industrial que había observado en su viaje. Casaseca abandonó su cátedra en el Conservatorio de Artes en 1832 para ocupar diversos cargos administrativos de escasa relevancia hasta que una real orden de junio de 1836 lo puso al frente de una cátedra de Química en La Habana (Cuba). Sus trabajos y lecciones estuvieron dirigidos a la mejora de la industria y agricultura local, en particular, de la producción de azúcar, motivo principal para el que se creó un Instituto de Investigaciones Químicas. Publicó numerosos trabajos sobre esta cuestión, varios análisis de aguas y una traducción de otra importante obra de divulgación: las Chemische Briefe (Cartas sobre la química) del alemán Justus Liebig.
A pesar de las iniciales expectativas, Casaseca no pudo contar con un laboratorio químico bien equipado con los instrumentos necesarios para el análisis de materias orgánicas y azúcares, tal y como manifestó en un informe redactado poco antes de cesar por motivos de salud en su cargo al frente del Instituto de Investigaciones. Los años finales de su vida los pasó Casaseca en Canarias, Montpellier y, finalmente, en Barcelona, donde, sin apenas apoyos y con escasos ingresos económicos, atravesó momentos difíciles que describió en su correspondencia con su discípulo Álvaro Reynoso, en la que llegó a afirmar: “¡Qué desgracia ser hombre científico y haber nacido español!”.
Para hacer frente a sus penurias, Casaseca realizó su última obra científica conocida: una traducción de un popular libro de texto del francés Edouard Robin, de la que sólo apareció el primer volumen.
Obras de ~: Ensayos químicos por ~, Paris, Imprenta de Pablo Renouard, 1826; F. Magendie, Formulario para la preparación y uso de varios medicamentos nuevos [...], trad. de ~, Paris, J. Renouard, 1826 (2.ª ed. corr., Madrid, Imprenta José Collado, 1827); F. Accum, Recreaciones químicas [...], trad. de ~, Paris, Librería de Jules Renouard, 1826, 2 vols. (2.ª ed., Paris, 1836; reimpr., Valencia, Librerías Paris-Valencia, 2003); E., Desmarest, Química, trad. de ~, Madrid, L. Amarita, 1828, 2 vols.; El propagador de conocimientos útiles o Colección de datos interesantes aplicables a las necesidades y a los goces de todas las clases de la sociedad, Madrid, Imprenta de E. Álvarez, 1831; A. Bussy y A. F. Bonton-Charlard, Tratado de los medios de averiguar las falsificaciones de las drogas simples y compuestas y de comprobar su grado de pureza, trad. de ~, Madrid, Imprenta V. Larrez, 1835; Discurso inagural (sic) [...] al instalarse en la Habana la Cátedra especial de aplicación, de la física y de la química, a la industria y a la agricultura por ~, La Habana, Imprenta del Gobierno y Capitanía General, 1843; De la necesidad de mejorar la elaboración del azúcar en la isla de Cuba y de las mejoras de que es susceptible esta fabricación [...], La Habana, Imprenta del Gobierno y Capitanía General, 1843; E. Robin, Compendio de Filosofía química ó de Química General, experimental y razonada [...], trad. de ~, Santa Cruz de Tenerife, Imprenta F. C. Hernández, 1865.
Bibl.: L. F. le Roy Gálvez, Apuntes para la historia de la química en Cuba, La Habana, 1947; E. Portela, “Casaseca, José Luis”, en J. M.ª López Piñero, Th. F. Click, V. Navarro Brotons y E. Portela Marco, Diccionario histórico de la ciencia moderna en España, vol. I, Barcelona, Península, 1983, págs. 192-193; W. Gattorno Rangel y R. Misas Jiménez, José Luis Casaseca: Cartas a Álvaro Reynoso, 1853-1867, La Habana, 1985; R. E. Misas Jiménez, “Un químico español del reinado de Fernando VII: José Luis Casaseca y Silván”, en Llull, 19 (36) (1996), págs. 131-160; A. García Belmar y J. R. Bertomeu Sánchez, “Viajes a Francia para el estudio de la química, 1770-1833”, en Asclepio, 53 (1) (2001), págs. 95- 135; R. Roldán Guerrero, Diccionario biográfico y bibliográfico de autores farmacéuticos españoles, t. I, Madrid, Real Academia Nacional de Farmacia-Instituto de España, 2003, págs. 624-625.
José Ramón Bertomeu Sánchez