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Simeno de Aibar

Biografía

Aibar, Simeno de. Simeno Périz de Aibar, Semen de Aibar, Semeno d’Aibar, Ximeno de Aibar, Simon Daynar. Aibar (Navarra), s. m. s. xiv – Constanza (Italia), 1417. Maestro en Teología, consejero de Carlos III, portavoz de la delegación navarra en el Concilio de Constanza.

Natural de Aibar, la primera vez que Simeno de Aibar aparece en la documentación es en 1384, como canónigo pitancero de la catedral de Pamplona. En 1390, una vez que el monarca Carlos III hubo declarado su adhesión al papa aviñonense Clemente VII, el Pontífice concedió una serie de beneficios a clérigos navarros, entre ellos la provisión del monasterio de Montearagón para Simeno de Aibar, a pesar de que éste ya poseía la expectativa de una porción íntegra en la parroquia de Aibar. También, en este año de 1390 Simeno fue el capellán de las infantas navarras.

En 1399 acudió a estudiar a la facultad de Teología de la Universidad de París. Previamente había obtenido la promesa del rey Carlos III de que perdonaría a su madre y hermana cualquier ayuda o impuesto que se votara en las Cortes, beneficiándose de este modo de la política real de protección y financiación de los universitarios navarros. De hecho, el Monarca le concedió de nuevo esta gracia al menos en otras dos ocasiones —en 1401 y en 1403—. Cinco años más tarde, en 1404, obtuvo el título de bachiller en Teología y alcanzó la dignidad de arcediano de la Tabla de la catedral de Pamplona, la cual le fue otorgada por Benedicto XIII. Se licenció en 1409 por la universidad parisina y ya en 1413 figura en la documentación como maestro en Teología.

No obstante, Simeno de Aibar también alcanzó puestos de cierta relevancia política, pues al menos desde 1404 fue consejero del rey Carlos III y en 1416 fue elegido como portavoz de la delegación navarra en el Concilio de Constanza, que puso fin al llamado Cisma de Occidente. Desde 1378, la cristiandad europea se encontraba dividida en torno a dos obediencias: Urbano VI, que residía en Roma, y el francés Clemente VII, instalado en Aviñón. Navarra se mantuvo neutral por razones políticas hasta 1390, cuando Carlos III se manifestó a favor del papa aviñonés. Sin embargo, el pontífice francés murió en 1394 y fue elegido sucesor el cardenal de Aragón Pedro de Luna, bajo el nombre de Benedicto XIII, a cuya obediencia se unían los reinos de Escocia, Navarra, Castilla y Aragón. En 1414 se inauguró el Concilio de Constanza y Carlos III de Navarra envió a sus embajadores. No obstante y a pesar de haber firmado la capitulación de Narbona, hasta 1416 no se publicó solemnemente la sustracción de la obediencia de Navarra a Benedicto XIII.

La delegación navarra en el Concilio de Constanza se componía de dos doctores en Teología —Simeno de Aibar y Juan de Liédena, alcalde de la Corte Mayor de Navarra— y dos obispos —el dominico Nicolás Duriche, obispo de Dax, y el franciscano Guillén Arnalt de la Borde, obispo de Bayona—. Como portavoz, Simeno de Aibar pronunció un discurso en la catedral de Constanza en el que, tras elogiar al monarca Carlos III, expuso la sustracción del reino de Navarra de la obediencia a Benedicto XIII y su voluntad de adherirse al concilio y colaborar en la unión de la Iglesia.

Nuevamente, en 15 de agosto de 1417, día de la Asunción de la Virgen, el arcediano pronunció un sermón ante la asamblea conciliar, donde exaltó la figura de la Virgen María explicando los misterios de su vida e insistió reiteradamente en la necesidad de elegir un Papa para la Iglesia romana. Posteriormente, Simeno de Aibar fue propuesto por los castellanos y los navarros como presidente de la nación española, mientras que los portugueses y aragoneses presentaron a otro candidato lusitano. Después de varios enfrentamientos entre ambas facciones, el concilio decidió que el portugués ocupara la presidencia durante el mes de septiembre, y el navarro en octubre. No obstante, Simeno de Aibar murió pocos días después. En 1418 y en agradecimiento a los servicios prestados a lo largo de su vida, Carlos III remisionó de cuarteles a su sobrino Pedro de Aibar, que había sido nombrado arcediano de la Tabla de la catedral de Pamplona por Martín V y a instancias del Monarca.

 

Bibl.: J. Goñi Gaztambide, “Los españoles en el Concilio de Constanza”, en Hispania Sacra, 18 (1965), págs. 111-113; J. Goñi Gaztambide, “Los obispos de Pamplona del siglo xv y los navarros en los concilios de Constanza y Basilea”, en Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, 8 (1966), págs. 261-409; J. Goñi, “Aibar, Simeno de”, en Q. Aldea Vaquero, J. Vives Gatell y T. Marín Martínez (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 25; M. Narbona, El hostal de Carlos III el Noble y Leonor de Trastámara, reyes de Navarra (1387-1415). Estudio prosopográfico, tesis doctoral, vol. II, Pamplona, Universidad de Navarra, 2004 (inéd.), pág. 18, n.º 32.

 

Beatriz Marcotegui Barber

 

 

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