Gonzalo de Junias, San. ¿Chaves (Portugal)?, p. m. s. xv – Monasterio de Júnias (Portugal), 1500. Monje cisterciense (OCist.) de Oseira (Orense), abad de Santa María de Junias y santo.
Su nombre fue Gonzalo Coello de Portugal. La opinión más fundada de los autores modernos le hace originario de Portugal, de la comarca de Chaves, pero sin señalar fecha de nacimiento. Se cree que ingresó monje del Císter en el monasterio de Oseira, hacia mediados del siglo xv, cuando el monasterio distaba mucho de la categoría arquitectónica que hoy tiene. Además, eran tiempos de flojedad y de decadencia cultural entre sus monjes. Se habla de algún monasterio no lejos de Oseira, donde los monjes apenas sabían leer el oficio divino. No es de extrañar: el clero secular ofrecía igualmente un aspecto deplorable. Cuando en Roma —cabeza de la cristiandad—, los papas del Renacimiento no eran modelos de virtud, no podía nadie exigir mucho a los sacerdotes. A Oseira no habían llegado aún los abades comendatarios, pero los que entonces regían la abadía tampoco eran monjes canonizables, porque se olvidaban fácilmente del voto de pobreza, favoreciendo más de la cuenta a sus familiares.
En tiempos de fray Gonzalo, gobernaba el monasterio fray Suero de Oca, personaje de talla excepcional.
A pesar del desmadre en que vivía sumergida la mayoría de los monjes, fray Gonzalo dio pruebas palmarias de virtuoso, hasta el punto de que fray Suero le envió hacia el año 1490 como abad de Júnias. La Crónica de Oseira refiere un hecho portentoso que le sucedió en una ocasión en que fue a atender a la feligresía de Cela, dependiente de los monjes de Junias. Se dice que tuvo que acudir a prestar sus servicios eclesiales en aquella feligresía, en un día crudo de invierno y ventisca. Tenía que atravesar la sierra de Xerez, lugar escabroso y de difícil tránsito. “Después que huuo celebrado delante de sus feligreses —dice el cronista Yepes— se boluio a su monasterio, y en la cumbre del monte, se quedó muerto, entre peñas y riscos muy altos. Manifestó nuestro Señor milagrosamente la muerte deste Santo, porque las campanas de los dos monasterios de Junias y Cela, se tañeron sin llegar nadie a ellas. Y cuando se supo su muerte, reconocieron el milagro, y fue enterrado san Gonçalo en Santa María de las Junias con mucha veneración y respeto. Es tenido por santo y por tal se muestra su cabeza y en ciertos días acuden en romería los vezinos de aquella comarca y dizen que bueluen contentos de los buenos sucessos que tienen en sanar de sus enfermedades”.
Este santo, aun cuando figura en el Menologio —libro en el que se consignan los santos y bienaventurados de la Orden—, no ha tenido nunca culto alguno en España, ni siquiera en el monasterio de Oseira, de donde fue monje. En cambio, ha sido venerado con singular devoción en Portugal, en Júnias de Pitões, donde en los antiguos tiempos, mientras hubo monjes en el monasterio, se celebraba romería de los pueblos comarcanos, que acudían ante el sepulcro del santo para implorar su intercesión. Se ha localizado en la iglesia parroquial de Pitões la imagen de san Gonzalo en un altar lateral del templo, con la particularidad de que la cogulla monástica —prenda distintiva del monje cisterciense, con amplias mangas, y que es blanca como la piel de armiño— se la han teñido de color naranja.
Bibl.: C. Henriquez, Fasciculus Sanctorum ordinis Cisterciensis, Brussels, apud Ioannem Pfpermanum, 1624, pág. 254; Menologium Cisterciense, Antuerpiae, ex oficina Plantiniana Balthasaris Moreti, 1630, pág. 343; T. de Peralta, Fundación, antigüedad y progresos del [...] Monasterio de Oseira, Madrid, Melchor Álvarez, 1677, pág. 239; A. de Heredia, Vida de Santos, bienaventurados [...] de la religión de san Benito, t. IV, Madrid, 1686, pág. 74; S. Lenssen, Agiologium Cisterciense, pro ms, Tilburg, 1949, págs. 190-191; J. Gonçàlbes da Costa, Montalegre e terras de barroso, Braga, Ed. Câmara, 1968, pág. 126; D. Yáñez, “Junias, Gonzalo de”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, suplemento I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1987, págs. 418-419.
Damián Yáñez Neira, OCSO
