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Joaquín Fernández Portocarrero y Moscoso

Biografía

Fernández Portocarrero y Moscoso, Joaquín. Conde de Palma del Río (IX). Madrid, 27.III.1681 – Roma (Italia), 22.VI.1760. Virrey de Nápoles, patriarca, cardenal.

Cuarto hijo de Luis Tomás Fernández de Portocarrero —muerto en 1723—, conde de Palma del Río, capitán general del principado de Cataluña, y de su mujer, María Leonor de Moscoso Osorio, fue bautizado el 2 de abril de 1681 en la parroquia madrileña de San Martín. De su hermano Pedro heredó el título de marqués de Almenara. En 1700 ingresó en la Orden de Santiago como caballero, gozando pronto de la confianza de Felipe V, quien lo ascendió a maestre de campo de un tercio de Infantería en la campaña de Cataluña y luego a general de Caballería.

Más tarde dejó la Orden de Santiago por la de San Juan de Jerusalén y Malta, de la que llegó a ser baile, Gran Cruz y almirante de galeras. Ocupó también el cargo de embajador de la Orden ante el emperador Carlos VI de Austria, quien lo nombró en 1722 virrey de Sicilia, pasando en 1728 con el mismo cargo a Nápoles, donde sólo estuvo unos meses, desde agosto a diciembre de ese año.

Renunció entonces a todos sus títulos en favor de su hermano Gaspar para ingresar en el estado eclesiástico; el 5 de enero de 1730 recibió la tonsura y a continuación todas las órdenes menores. El 10 de enero fue ordenado subdiácono y diácono el 15 del mismo mes. Dos días después recibió el orden sacerdotal.

Pero como simple sacerdote sólo permaneció cinco años, porque el 25 de mayo de 1735 fue nombrado por el papa Clemente XII patriarca latino de Antioquía, dispensándolo de la falta de grados académicos.

El 30 de mayo de ese mismo año, en la solemnidad de Pentecostés, fue consagrado obispo por el cardenal español Álvaro Cienfuegos en la iglesia de San Andrés del Quirinal, en Roma. Formó parte como consultor de varias congregaciones romanas, siendo también vicario de la patriarcal basílica vaticana.

Benedicto XIV lo creó el 9 de septiembre de 1743 cardenal presbítero del título de los Cuatro Santos Coronados, del que tomó posesión el 23 del mismo mes. Cambiaría este título por el de Santa Cecilia el 10 de abril de 1747, por el de Santa María del Trastévere el 9 de abril de 1753, reteniendo in commendam el de Santa Cecilia, y por el episcopal de Sabina el 20 de septiembre de 1756, reteniendo también in commendam los de Santa María del Trastevere y Santa Cecilia.

Fernández Portocarrero gozó de la confianza del papa Benedicto XIV, quien lo hizo prefecto de la Sagrada Congregación de Indulgencias y miembro de las Congregaciones de Ritos, de Obispos y Regulares, del Concilio y de Propaganda. Fernando VI lo nombró ministro plenipotenciario suyo ante la Santa Sede y protector de sus reinos en diciembre de 1748, cargos que desempeñaría hasta su muerte. Por razón de su oficio hubo de negociar el concordato de 1753. En 1749 hizo una visita a Madrid, recibiendo distintos homenajes y honores, entre ellos el de capellán mayor de la venerable congregación de San Pedro de sacerdotes naturales de la villa de Madrid (11 de junio de 1749). Fue camarlengo del Sacro Colegio desde el 19 de enero de 1750 hasta el 1 de febrero del año siguiente.

Como cardenal español y embajador del rey de España una de sus misiones era prepararse para la elección del papa que habría de suceder a Benedicto XIV.

Con este fin envió en 1754 un amplio informe a Madrid, pero la sucesión de Benedicto XIV se retrasó aún cuatro años, hasta su muerte, acaecida el 3 de mayo de 1758. El cardenal Portocarrero tomó parte activa en el cónclave que se abrió el día 15 de mayo del mismo año y que habría de prolongarse casi dos meses por la resuelta oposición del rey de Francia al candidato favorito, el cardenal Cavalchini. Al final, el 6 de julio fue elegido el cardenal Rezzonico (Clemente XIII), apoyado en última instancia por Portocarrero, a quienes algunos contemporáneos atribuyeron aspiraciones al sumo pontificado en esta ocasión.

Amigo de las letras, el cardenal Portocarrero fue mecenas de escritores, científicos y artistas. Donó su propia biblioteca a la Soberana Orden de Malta, siendo considerado uno de los fundadores de la gran biblioteca de dicha orden. El 4 de diciembre de 1759 organizó unos solemnes funerales por el rey Fernando VI en la iglesia de Santiago de los Españoles, con asistencia del colegio cardenalicio. Con tal ocasión se publicó un volumen en folio con grabados, titulado: Relacion de las exequias que a la Magestad del rey catolico D. Fernando VI se hicieron en la real Yglesia de Santiago de los españoles de Roma, Roma, Salvioni, 1760. No mucho después murió el cardenal; fue enterrado en un magnífico mausoleo, obra del escultor valenciano Francisco de Vergara, en la iglesia de San Basilio Magno, en el Aventino, propiedad de la Orden de Malta.

 

Bibl.: J. Goñi, “Fernández Portocarrero, Joaquín”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, suplemento I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1987, págs. 316-317; V. Guitarte Izquierdo, Episcopologio Español (1700-1867). Españoles obispos en España, América, Filipinas y otros países, Roma, Instituto Español de Historia Eclesiástica, 1994, pág. 55; R. L. Dauber, Bailiff fra Joaquin de Portocarrero (1681-1760): knight and ambassador of Malta; general and lieutenant fieldmarshal; austrian viceroy of Sicily; priest, patriarch, cardinal, bishop; ambassador of Spain at the Holy See; co-founder of the Library of Malta; a biography, Valletta, Publishers Enterprises Group, 2003; A. R. Peña Izquierdo, La Casa de Palma: la familia Portocarrero en el gobierno de la Monarquía hispánica (1665- 1700), Córdoba, Universidad, 2004.

 

Miguel C. Vivancos Gómez, OSB

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